El Centro Cultural Tijuana conmemora su onomástico número 36 con una gala a cargo del reconocido flautista Horacio Franco, quien celebra cuatro décadas de trayectoria. “Son 40 años de carrera, de que emití mi primer concierto en Bellas Artes como solista de una orquesta”, expresó a ZETA el artista
Con obras de Antonio Vivaldi (1678-1741), el reconocido flautista Horacio Franco ofrecerá, junto con la orquesta Cappella Barroca de México que dirige, un concierto para flauta, cuerdas y continuo, para celebrar 40 años de trayectoria, así como el 36 Aniversario del Centro Cultural Tijuana (CECUT), el sábado 20 de octubre en el teatro del organismo federal, a las 8:00 pm.
“Estoy muy feliz y muy orgulloso de regresar a Tijuana”, expresó Horacio Franco en entrevista con ZETA, recordando que en 2017 celebró el 35 Aniversario del CECUT ejecutando algunas piezas junto con Nortec (Bostich + Fussible).
Previo a la gala de su 40 Aniversario de carrera, Horacio Franco (Ciudad de México, 1963) contó a este Semanario sus inicios como flautista, un instrumento no tan tradicional como en otros países como Holanda, donde se especializó desde muy joven.
“PESE A LA OPOSICIÓN DE MIS PADRES DE QUE ESTUDIARA MÚSICA”
“Desde que tenía once años descubrí la música en la secundaria. Mis habilidades genéticas con la flauta se dieron muy rápido y, luego, por pura casualidad, por una compañera que tocaba el piano, oí Mozart por primera vez en mi vida, que nunca había oído tan de cerca el piano, fue aquí que me cautivó la música clásica, me volví fanático y no oía otra cosa más que música clásica”, contó Franco sobre sus orígenes musicales.
Rememoró que incluso dos años después, a los 13, decidió profesionalizar su inquietud por la música, aunque su instrumento predilecto no se impartiera en México, pues el piano llamaba su atención.
“Me metí al Conservatorio Nacional de Música dos años después, cuando entro a tercero de secundaria, pese a la oposición de mis padres de que estudiara música; y bueno, ahí seguí con la música, pero no había flauta de pico”.
Después de escuchar a Mozart ya no hubo vuelta atrás y, aunque originalmente quería ser pianista, la flauta le tenía un lugar reservado en México y el mundo.
“Yo era tan nerd que oía las estaciones de música clásica y compraba discos de acetato en las tiendas de autoservicio y me topé con música para flauta, entonces empecé a tocar mucha música de flauta de la época barroca; ahí fue donde finalmente definí mi vocación por la música barroca, del Siglo XVII y XVIII, y sobre todo por la flauta de pico, que era el único instrumento que tenía yo a la mano; fue el instrumento que me tocó a mí tocar, no hubo de otra, yo quería ser pianista, pero no había piano en mi casa ni había posibilidades de comprar uno; entonces tuve que seguir con la flauta, para la cual ya tenía yo mucha predisposición y mucho talento”, evocó.
“A los 14 años toqué mi primer concierto como solista. Son 40 años de carrera de que emití mi primer concierto en Bellas Artes como solista de una orquesta”, rememoró Franco del 12 de abril de 1978, cuando compartió un concierto para flauta de pico de Antonio Vivaldi con la Orquesta de Cámara del Conservatorio Nacional de Música en el Palacio de Bellas Artes.
Debido a que México no contaba con una tradición de flautistas tanto como en otros instrumentos, entre éstos piano o violín, seguro de su vocación, Horacio cruzó el Atlántico a los 17 años para perfeccionar su pasión por la flauta de pico:
“Cuando me fui a estudiar a Holanda ya sabía yo que era el país donde se impartía la mejor escuela de flauta en el mundo con un maestro particular, fui aceptado en el Conservatorio de Ámsterdam con Walter van Hauwe, fue ahí donde finalmente hice toda mi carrera con un maestro, donde me recibí con grado de maestría. Estaba yo muy jovencito, tenía 17 años cuando me fui a Holanda. Walter van Hauwe y Marijke Miessen, que era su asistente, me dieron toda la preparación necesaria para realmente ser un flautista hecho y derecho; en México no había nadie quien me enseñara”.
Lo demás es historia para la música, debido a que Horacio Franco ha compartido su arte por los cinco continentes.
LA MISIÓN DE UN FLAUTISTA DEL SIGLO XXI
En el Siglo XX, al artista mexicano Horacio Franco le toca ampliar el repertorio de flauta que no había en épocas anteriores, no sólo en México, sino en el mundo.
— ¿Cómo han sido estos 40 años de trayectoria como flautista, tocando un instrumento no tradicional en México?
“Vivir de la flauta dulce no es nada fácil, es un instrumento muy marginado, pero también fue muy marginado dentro del barroco, tiene un repertorio realmente muy pobre en comparación con el violín, el órgano o el clavecín, fue realmente un instrumento secundario.
“Y bueno, del flautista profesional del Siglo XX depende precisamente cambiar la imagen del instrumento, el ampliar el repertorio, el tener una serie de planteamientos con el instrumento que rebasen más allá del pensamiento o de la misma imagen sonora que tenía la flauta en el barroco”.
Por último, en cuanto al concierto para flauta, cuerdas y continuo, dirigiendo la orquesta Cappella Barroca de México, el maestro Horacio Franco adelantó que en el CECUT ejecutará, por supuesto, obras de Antonio Vivaldi.
“El concierto que voy a dar en el 40 Aniversario con Cappella Barroca de México van a ser precisamente las obras más difíciles que escribió Antonio Vivaldi para flauta de ese entonces, o sea, son pocas, se cuentan con los dedos de una mano; pero también voy a tocar otras obras para otros instrumentos que yo mismo he adaptado a la flauta y que, finalmente, esa es la misión de un flautista del Siglo XXI: incrementar el repertorio y las posibilidades técnicas de la flauta”.