Recientemente se conmemoró el día nacional de la donación de órganos y tejidos. Una conmemoración que pretende concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de poder ser un donante y, sobre todo, de hacerlo saber a las personas más allegadas.
De acuerdo a los datos estadísticos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del año 2013 al 2017 se alcanzaron 2 mil 940 donaciones de órganos, de los cuales 134 fueron donados en Baja California Sur.
Un avance muy significativo con los años anteriores que apenas reflejaron los 25 trasplantes en los cinco años anteriores al 2013.
El Coordinador Estatal de Donación de Órganos y Tejidos para Trasplante en Baja California Sur del IMSS, Juvenal Vidrio Almeida reconoció que la situación geográfica de ese estado ha llevado a buscar mejores oportunidades para los pacientes que radican ahí. Esto sin la necesidad de que tengan que salir del estado, por lo que han generado sus propios tejidos para solventar la necesidad que los aqueja.
“Vivimos en una especie de isla que hace difícil que las personas se trasladen a otros lugares para poder realizar un trasplante, entonces nos vemos en la necesidad de generar nuestros propios tejidos para poder solventar esta necesidad. Y bueno, se ha estado trabajando desde los últimos años, y se ha ido mejorando la donación altruista de órganos y tejidos y también la realización de los trasplantes”, señaló el coordinador de donación de órganos y tejidos.
Actualmente, se tiene una demanda en el estado de 70 pacientes en esperan un trasplante, 50 de ellos en el IMSS y 20 más en el Hospital Juan María de Salvatierra perteneciente a la Secretaría de Salud. Sin embargo, eso no significa que son los únicos pacientes que necesitan de uno; estos son quienes permanecen en la lista debido a que no tienen un donante, pues existe una lista más de quienes ya tienen a un donador.
Con base a los datos históricos del Instituto Mexicano del Seguro Social, más de un 78% de los trasplantes tienen que ver con aquellos que son renales, es decir la operación que permite colocar un riñón sano.
“Estamos lejos de cubrir una demanda, sobre todo en el órgano de mayor necesidad que es el riñón, sobre todo porque el número de donantes es muy poco en comparación a todos aquellos pacientes que esperan una donación”, comentó el doctor Vidrio Almeida.
Enseguida del órgano de riñón, sigue la donación de córnea, de hígado y corazón, esto de mayor a menor necesidad.
Pero la capacidad de una persona de ser donante va más allá de eso, incluso pueden ser donadores de tejidos como la piel y los huesos.
Según explicó el coordinador de donaciones de órganos y tejidos, existen tres tipos de donadores: donadores vivos y donadores fallecidos. Dentro de este último hay dos clasificaciones según su forma de morir en el que pueden cambiar la posibilidad de los órganos y tejidos a donar.
“Se puede donar prácticamente de todo, pero los donadores se clasifican en dos grupos, los donadores vivos y los donadores fallecidos, pero de estos últimos también hay una clasificación, el que fallece por una parada cardiorrespiratoria, es decir, aquellos pacientes que una enfermedad los lleva a la muerte y el otro grupo son aquellos pacientes que tienen una muerte cerebral. Este último puede donar casi todo tipo de órganos, desde el corazón, pulmones, hígado, riñones, intestinos, páncreas, y tejidos como piel, huesos, córneas y quienes mueren por una parada cardiorrespiratoria sólo pueden donar los tejidos”, explicó Juvenal Vidrio Almeida.
En Baja California Sur, de enero a septiembre de 2018 se han tenido 39 donaciones de tejidos y órganos, destacando 17 de riñón. Viridiana Ramos Cuevas, es una joven que vivió en carne propia el proceso de tres años en la espera de un trasplante, pero no para ella, si no para su esposo quien padecía una enfermedad renal.
“Mi esposo es un joven de 27 años, tenemos tres pequeños hijos y estuvimos tres años esperando que alguien fuera su donador. La gente dice que tuvimos mucha suerte porque fue muy rápido, aún recuerdo el día que pasó, estábamos a punto de comer, ya en la mesa y suena el teléfono, le dicen que tiene que ir al hospital y mi esposo dijo que en un rato. Pero no, nada de en un rato ya tenía que irse porque alguien iba ser su donador, pero aunque era algo feliz yo me pongo en la otra parte de la familia: ¿Cómo reír, cómo estar feliz cuando sabes que alguien está llorando? ¿Cómo poder sentir emoción cuando sabías que otra familia estaba sufriendo? Para mí fue un choque emocional y eso me hizo pensar la importancia que es tener la cultura de la donación, porque nunca piensas en eso hasta que estás en la situación y necesitas ayuda”, explicó la joven esposa.
Ella asegura que la angustia que vive es mucha, no solamente para el paciente que lucha por tener una oportunidad más de vida, si no para la gente que lo acompaña en la ella.
Viridiana asegura que fueron tres años de angustia, tres años de no saber que iba pasar cada que su esposo entraba a hemodiálisis, porque, según explica, había gente que entraba y no la libraba, pero por fortuna el caso de ellos fue diferente.
“Al momento que nos llaman del seguro que necesitaba mi esposo estar ya en el hospital porque alguien más sería su donante, empezó la nueva esperanza de vida, pero no sólo para él, sino para todos nosotros porque vivíamos en una angustia de no saber que podía pasar. Cada que él entraba a hemodiálisis yo no sabía si él iba salir, eran cuatro horas de angustia, desgaste y tristeza, y ahora se me pone la piel chinita de saber que ya no las va necesitar más. Con ello se vienen todos nuestros sueños adelante, sacaremos adelante a nuestra familia y nuestro trabajo” comentó.
Finalmente la donación de órganos es considerada como uno de los mayores actos de amor y solidaridad ante los demás, pero también de reciprocidad pues uno nunca sabe cuándo puede ser uno más en la lista de espera.