Conzultoría Matrimonial y Familiar
Según las sagradas escrituras, el origen del matrimonio se dio cuando Dios creó a Adán, le pidió que les pusiera nombre a los animales. Adán vio que todos los animales tenían su pareja menos él, así que al quedarse dormido Adán, Dios tomó una de sus costillas y con esa costilla hizo una mujer y se la dio a Adán como esposa. Así fue como llegó a existir el matrimonio (Génesis 2:20-24). Muchos años después, Jesús repitió lo que Jehová dijo en el jardín del Edén: “El hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne” (Mateo 19:4, 5). Principio de solidaridad por el cual él nunca quiso que las parejas se divorciaran, ni que una persona tuviera más de un esposo o esposa al mismo tiempo.
Con el correr del tiempo el matrimonio se desvirtuó, apareció la poligamia (muchos matrimonios), la poliandria, una mujer con muchos hombres, la poliginia (muchas esposas). Este tipo de uniones se dieron principalmente en pueblos antiguos, tribus, que con el tiempo fueron desapareciendo hasta quedar instituido el matrimonio que se creó como debía de ser desde el principio, entre un hombre y una mujer.
Durante todo ese tiempo la unión conyugal se organizó sobre la supremacía masculina, donde la mujer debía subordinarse a los mandatos del esposo, que tenía y mantenía el control legal y económico. La mujer se encargaba de las tareas domésticas, la crianza de los hijos y ayudaba en las labores del campo. El hombre se dedicaba al trabajo, a la manutención de los hijos y a las actividades de la esfera pública, como la política y las leyes. El matrimonio era algo que se llevaba a cabo por intereses económicos y sociales, más allá del enamoramiento o la elección personal de la pareja.
Sin embargo, el matrimonio con el tiempo ha ido cambiando; el amor romántico y la sexualización fueron instalándose como fuente primordial para contraer matrimonio. A raíz del feminismo, el derecho al voto y el uso de la píldora anticonceptiva, viene la liberación sexual en que la mujer puede regular su maternidad y con ello entrar con más fuerza a la educación, al mundo del conocimiento y a la fuerza laboral. Por esto, los clásicos roles de la mujer como “esposa ama de casa” y el hombre como “marido proveedor” han cambiado. Hoy en día hay mujeres que proveen el sustento de su familia y hombres que participan en las labores domésticas, así como en el cuidado de los hijos.
En la actualidad un porcentaje elevado de parejas se casan por erotismo, sin haberse planteado consciente y verbalmente (menos por escrito) qué es lo que cada uno de ellos espera del otro dentro del matrimonio. Evidentemente, esto suele ser fuente de serios conflictos que llevan a importantes sentimientos de frustración y a fracturas en la pareja ante los compromisos y obligaciones que no previeron, y que tienen como desenlace el divorcio. Situación que siempre conlleva un doloroso proceso, sobre todo cuando hay hijos de por medio.
Es por ello, que es importante que cuando decidan casarse afronten y hablen de temas importantes y trascendentales y tomen acuerdos conscientemente; como si la mujer va a seguir trabajando (tema central por la situación económica, y si deja de hacerlo, la mujer queda desamparada, si se llega a enfermar él y tenga ella que trabajar, si llegan a divorciarse y no estar preparada/capacitada para un trabajo). También, la aportación económica de cada quien, el cuidado, atención, estudios, religión de los hijos cuando estos lleguen, los compromisos adquiridos con sus familiares, amistades, sociales, porque quiérase o no influyen en ocasiones negativamente en uno u otro, que podrán irse modificando de acuerdo al ciclo de la vida de matrimonio y la familia.
De existir vicios y/o enfermedades antes de casarse deberán afrontarlos y cómo los van a tratar sin que afecte el matrimonio por sus posibles consecuencias. Y si están dispuestos a seguir así y no les causen frustraciones posteriormente.
Como siempre, gracias a mis dos que tres lectores por sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com
El Licenciado Roberto Bautista reside en Tijuana, B.C.