Integrantes de la sociedad civil continúan con la recaudación de firmas para que la secretaría del medio ambiente y recursos naturales (Semarnat), regule las carreras fuera de camino.
Carlos Lazcano, historiador de ensenada y activista, aclaró que la intención no es acabar con la organización de la baja 1000 y 500, sino regular la corrida. Mencionaron que no solo el daño lo ocasionan los corredores el día en el que se desarrollan tales eventos, sino que es por varios días, ya que semanas previas a los mismos, sin vigilancia, realizan hasta 13 recorridos de reconocimiento de la pista.
una de las zonas que más preocupa, dijo, es el valle de los cirios, que es la región con protección más grande de México, con más de dos millones de hectáreas de área protegida en la categoría flora y fauna.
Ahí están las especies más raras y únicas en el mundo, “sabemos que hay impactos fuertes, pero no se han estudiado”, anotó.
La Semarnat es la entidad que debe inspeccionar los daños, pues, aunque existen reglas, los corredores no las respetan. A diferencia de México, en estados unidos hay grupos activistas que han realizado estudios para comprobar que existe daño ecológico con imágenes catastróficas.
“nos mandan las carreras que allá están desechando, somos como basurero de estados unidos”, comparó.
Ante ello, la primera semana de septiembre, los ciudadanos conformaron una mesa de trabajo en el centro estatal de las artes (Cearte), para iniciar con la entrega de formatos, los cuales, una vez completados, tienen que ser depositados en la delegación de Semarnat, ensenada, de manera individual con una copia de identificación oficial.
Por primera ocasión, la empresa score internacional presentó el Manifiesto de Impacto Ambiental (Mia) en tiempo y forma, los ciudadanos quieren conocer que el contenido de éste, incluyendo los anexos; también solicitaron que se publiquen en el portal de transparencia de la dependencia federal.
Posteriormente al conocimiento de los detalles del manifiesto, demandaron llevar a cabo una reunión pública de información con el objetivo de explicar los aspectos técnicos ambientales de la obra y/o actividad.
Una vez que concluyan con el procedimiento de recolección de las firmas, buscarán un fondo para, de manera independiente, contratar a una empresa que realice el estudio de impacto, calculan que el costo puede ir desde los 400 mil pesos al millón de pesos.
