Un director de comunicación social está para hacer las veces de facilitador entre los integrantes del gobierno y los representantes de la prensa. Para pedir a uno y entregar a otros la información que se requiere para la elaboración de notas, reportajes y artículos que den cuenta de lo que sucede en la entidad con el manejo de los recursos públicos, las políticas públicas, los planes de desarrollo, las estrategias de seguridad, crecimiento y economía, entre muchos otros temas. Pero don Raúl Reynoso Nuño, o no puede cumplir con su papel de director de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Baja California, o no quiere o no lo dejan. Desde hace un par de semanas, una reportera de ZETA lo buscó para solicitar información y entrevistas con los secretarios del Trabajo y de Desarrollo Económico. Cuando finalmente Reynoso le comunicó los avances de su petición fue claro: “Con el secretario del Trabajo te doy la entrevista, pero con Carlo Bonfante (el de Desarrollo Económico) no, porque dice que en ZETA le tergiversan la información”. Finalmente, Reynoso no concedió ninguna de las dos entrevistas con los colaboradores de Francisco Vega de Lamadrid. Su trabajo dista mucho de aquel que desempeñó con Ernesto Ruffo Appel cuando era gobernador. Ahí se nota que el liderazgo estatal marca la pauta de la política, y en este caso, la diferencia. El Gobierno del Estado no deja su opacidad ni para dar entrevistas.