La aclamada obra musical de Andrew Lloyd Webber abrió su temporada el 22 de agosto y permanecerá en el Teatro Civic de San Diego hasta el 2 de septiembre
“El Fantasma de la Ópera” está de gira por Norteamérica y es la producción más grande que en estas fechas recorre los teatros del vecino país, incluyendo una estadía en el Civic como parte de la oferta de Broadway San Diego.
La aclamada obra musical de Andrew Lloyd Webber abrió su temporada el 22 de agosto y permanecerá en el teatro sandieguino hasta el 2 de septiembre, con un espectacular diseño escénico a cargo de Paul Brown que empata a la perfección con el vestuario de Maria Björnson, la iluminación del aclamado Paule Constable, una nueva coreografía de Scott Ambler y la propuesta escénica del director Laurence Connor, todo bajo la supervisión de Matthew Bourne y Cameron Mackintosh.
En conjunto, esta escenificación cuenta con efectos especiales -hasta con pirotecnia- que se suman al poder dramático de la historia ahora interpretada en forma y fondo como una intensidad nunca antes vista, con un gigantesco candelabro que pende a lo alto del teatro, listo para desplomarse en cuanto el Fantasma quiera vengarse del personal que labora en la Ópera de París, por un capricho no cumplido.
Luego tenemos la música a cargo de una orquesta integrada por 15 elementos que exploran con total entrega la partitura de temas como “Music of the Night”, “All I Ask Of You” y “Masquerade”.
Dentro de este magnífico contexto, Quentin Oliver Lee desarrolla el papel principal con maestría y una voz que matiza de manera insuperable para expresar los demonios internos del genio cuyo rostro deformado lo obliga a vivir tras bambalinas, o mejor dicho, perdido en un lugar secreto, con la cara cubierta por una máscara.
Desde ahí el Fantasma propone el rumbo de la Ópera de París, escribe las historias que habrán de llevar a escena y, sobre todo, descubre a Christine Daaé, educa su prodigiosa voz y no se conforma hasta llevarla al estrellato.
La soprano Eva Tavares lleva a cuestas el rol de la protagonista que de chica del coro, para a ser la prima donna mientras el desafiante Fantasma la guía y trágicamente se enamora de ella.
Oliver Lee y Tavares, son una pareja perfecta en el escenario, contrastando el canto casi espontáneo de la intérprete con la emotividad del artista que se manifiesta a través de excesos, revienta en ira cuando se siente incomprendido y no escatima la posibilidad de venganza al momento en que considera que lo han agredido, o, peor aún, que alguien como Gustav podría interponerse en su romance ficticio.
Lee, quien es oriundo de San Bernardino, California, y egresó de la Universidad de Arizona, tras especializarse en actuación vocal, recibe ovaciones después de su presentación en San Diego, y esta respuesta del público es más que merecida. Además del amplio rango musical del talentoso barítono afroamericano, hay en él una gran capacidad para asimilar un papel tan bien representado por gigantes como Michael Crawford y hacerlo suyo.
De tal suerte que, con la suma de todos estos elementos, esta escenificación de “El Fantasma de la Ópera” adopta nuevos bríos desde la novela que Gastón Leroux publicó en 1910, y fue llevada al teatro por Lloyd Webber, los letristas Charles Hart y Richard Stilgoe hace más de 25 años.
A esto agreguémosle un elenco versátil, capaz de aportar los acentos cómicos cuando es necesario y, de un momento a otro, también contribuir al misterio que rodea al protagonista, como si se tratara de una apuesta terrorífica mezclada con gran pasión. Todo esto permite ver “El Fantasma de la Ópera” con otra mirada y, además, recomendarlo mientras esté en el Teatro Civic hasta el 2 de septiembre, con funciones para las cuales hay boletos desde 27 hasta 166 dólares en la taquilla del foro, ubicado en el Centro de San Diego.