Panistas exigen la sustitución inmediata de Damián Zepeda, a quien ven sin “legitimidad colectiva” para mantenerse al frente de Acción Nacional; entre los posibles sucesores figura el anayista, Marko Cortés, Miguel Márquez y Gil Zuarth
Tras la derrota de Ricardo Anaya en los comicios del 1 de julio, distintas corrientes del PAN demandaron la renovación de la dirigencia partidista, que en manos de Damián Zepeda volvió a dejar a Acción Nacional al margen del control de la administración pública federal (de cara al periodo gubernamental 2018-2024). Con todo y que por estatutos, los liderazgos blanquiazules se deben remplazar “en el segundo semestre del año que se celebren elecciones ordinarias federales”; mandatarios y exfuncionarios panistas solicitaron con carácter de urgente, el relevo en la presidencia de esa fuerza política.
Tanto la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (Goan), como figuras cercanas al expresidente de la República, Felipe Calderón (quien de 2006 a 2012 encabezó el último gobierno blanquiazul), se pronunciaron en ese sentido.
El mandatario estatal de Querétaro, Francisco Domínguez, indicó que la coordinación del partido debe suplirse en agosto. A su vez, personajes que se desempeñaron como servidores públicos en el periodo calderonista, entre ellos la expresidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Patricia Espinosa, y el exsecretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Juan Manuel Alcántara, manifestaron que el actual líder panista, así como Ricardo Anaya (quien delegó la dirigencia a Zepeda), “deben convocar de inmediato a la renovación de los órganos estatutarios”.
Para Espinosa y Alcántara, ninguno de los dos mandamases tiene “legitimidad colectiva para seguir conduciendo” a ese instituto político; según lo hicieron saber mediante un documento avalado por 32 panistas.
Finalmente, Damián Zepeda es uno de los seis integrantes de la coalición “Por México al Frente” (PAN-PRD-MC) que conformarán la XLIV Legislatura en calidad de senadores plurinominales. El político sonorense afirmó que, previo a ocupar su escaño correspondiente, se encargará de coordinar el proceso para renovar el Comité Ejecutivo Nacional panista. De manera que el cambio en cuestión tendría que darse a más tardar en agosto, siendo que el 1 de septiembre toman posesión los próximos legisladores federales.
Zepeda Vidales adelantó que Ricardo Anaya no ha dado señales de que vaya a retomar las riendas del partido, tras su aventura fallida como candidato presidencial y lo cual podría suceder por razones estatutarias. Bajo esos términos, el camino quedó despejado para que otros cuadros busquen conducir los destinos de Acción Nacional.
Perfiles para el relevo
Uno de los militantes que se proyectaba con soporte para disputarse la presidencia del PAN era Miguel Márquez Márquez, gobernador de Guanajuato, donde Acción Nacional retuvo la gubernatura y la mayor parte de presidencias municipales y distritos locales, en las elecciones del 1 de julio.
Siendo que el mandatario estatal afirmó que buscaría la dirigencia siempre y cuando la sucesión se programara para después del 25 de septiembre, fecha en que concluye su periodo como gobernante, quedará excluido del proceso de selección, en vista de que éste habrá de celebrarse antes del primero del mismo mes, según planeó Damián Zepeda, pues ese día asume como legislador.
Márquez contaba con respaldo de la Goan (cuyos integrantes exigieron la salida inmediata de Zepeda). El lunes 16 trascendió que el gobernador se descartó como aspirante al máximo cargo blanquiazul. “No voy”, manifestó al respecto y agregó tener como prioridad, concluir su mandato.
Otra figura contemplada para el reemplazo en cuestión es el senador con licencia Roberto Gil, quien a propósito recibió el espaldarazo del presidente de la mesa directiva del Senado, Ernesto Cordero.
Gil Zuarth se separó de su posición en la Cámara Alta a mediados de febrero por oponerse a la línea partidista que encabezaba el entonces aspirante presidencial Ricardo Anaya, a quien le adjudicó “intereses a corto plazo” y “de grupo”, así como el control de los liderazgos. En ese contexto, declaró que no podía “tomar la tribuna y defender un proyecto” en el que no creía.
A Roberto Gil, lo mismo que a Ernesto Cordero (expulsado recientemente del PAN), se le identifica con el ala partidista encabezada por Felipe Calderón.
Cordero Arroyo ha dicho que antes que el calderonismo, hay de por medio “gente bien molesta” que está en desacuerdo con la forma en que Anaya condujo al panismo, por lo que es preciso “oxigenar” la dirigencia.
El exgobernador del Puebla, Rafael Moreno, igualmente sobresale como posible sucesor de Zepeda Vidales. Según se dio a conocer, el exaspirante presidencial ha buscado respaldo en los comités estatales, toda vez que preside la Comisión Política del CEN panista.
Entre los posibles sucesores, también destaca el exmandatario morelense Marco Antonio Adame y el senador Héctor Larios; con apoyo de la expresión conservadora del PAN (en buena medida integrada por exgobernadores).
Rumbo al consabido relevo, se han perfilado otros políticos, no tanto por contar con el impulso generalizado desde las filas del partido, sino en razón de haberse pronunciado por cuenta propia; siendo estos los casos de los senadores Ernesto Ruffo y Jorge Luis Preciado, lo mismo que del coordinador de los diputados panistas Marko Cortés.
Además de la dirigencia nacional, se renovarán los liderazgos estatales, como parte de un proceso que a decir de Zepeda Vidales, “será abierto y transparente” y el cual, cuando más tendría que celebrarse el próximo mes.