Vaya manera de triunfar por parte de Andrés Manuel López Obrador y Morena, sinceramente ni en el escenario más optimista estaba previsto tal contundencia. Ganarle a su más cercano perseguidor por 30 puntos porcentuales, me parece francamente inverosímil, pero la realidad es que así sucedió.
Es evidente el hartazgo de la gente hacia sus políticos y gobernantes en general. López Obrador supo atraer todo ese humor social negativo y transformarlo, a través del voto, a su favor. Ahora, el popular “El Peje” tendrá la responsabilidad más grande de su vida: cumplir con lo que tanto ofreció a los ciudadanos. Hay gente muy entusiasmada con su victoria, en sus manos está el no convertirse en un Vicente Fox, es decir, en un gran candidato, pero pésimo presidente.
Además, no solo fue la victoria en la presidencia de México, sino gobernadores, senadores, alcaldes, diputados federales y locales, que lograron un cargo público gracias a la ola morenista. Es evidente que varios candidatos obtuvieron su triunfo por méritos propios, pero también una gran cantidad de estos lo hicieron por el simple hecho de que tuvieron la inigualable suerte de que AMLO fuera la figura de Morena. La forma en que ganaron Tabasco, Morelos, Ciudad de México, Chiapas, Veracruz, es brutal y en el caso de Puebla, aún la pelean.
Unos días antes de la jornada electoral, los candidatos del PAN y PRI se encasillaron en un juego que les resultó muy caro; permanentemente discutieron sobre quien ocupaba el segundo lugar. Los llamados al voto útil fueron simplemente inútiles, nadie se lo creyó y solo reforzaron la viabilidad de Andrés Manuel.
El voto útil se vuelve relevante cuando un porcentaje importante de la población, no quiere que llegue determinado candidato o partido, aquí fue impresionante la gente que sí quería el triunfo de AMLO; en pocas palabras, Ricardo Anaya y José Antonio se pelearon por quitarse votos de los denominados “duros”, porque el voto “blando” ya tenía destinatario. Tan es así que ni sumando la cantidad de votos del PAN y el PRI logran siquiera acercarse al puntero.
Por cierto, para aquellos que afirman que la gente con más carencias fue la que votó por Morena, es falso: empresarios, gente de clase alta y media, con niveles de escolaridad universitaria, sufragaron mayoritariamente a favor de “El Peje”.
También fuimos testigos cómo en los últimos días se empezó a “sembrar” la idea del voto cruzado, esto era que se invitaba a sufragar de distinta forma, los puestos de elección popular; por ejemplo, si se votaba por López Obrador para Presidente de la República, se hiciera de manera diferente para legisladores o alcaldes. Lo anterior tampoco sucedió. El control mayoritario en cámara de senadores y diputados será de Morena. Los contrapesos, parece, existirán en el límite. Partidos políticos en extinción, como el PRD, serán los primeros que harán fila en el Congreso de la Unión por negociar sus votos por unas cuantas monedas, no los culpo, solo para eso les alcanzó su fallida alianza.
De esta manera quedó demostrado que en México, los llamados al voto útil fueron solo discursos huecos y más bien pretextos discursivos ante la derrota inminente. Lo mismo sucedió con el voto cruzado que no tuvo ninguna posibilidad ante el crecimiento inusitado de Morena.
Vendrán ahora los análisis a detalle, los cuales compartiremos. En lo personal, desmenuzar qué fue lo que sucedió y los porqués, son asuntos que me apasionan, máxime cuando surgen figuras como Andrés Manuel López Obrador, un personaje que tuvo que esperar 18 años para lograr el objetivo que siempre se trazó: ser Presidente de México.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas y comunicación; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal, así como Director de Medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro
