Después de ser aplastados por Morena, los panistas -aún con mayoría en el Congreso del Estado- se encuentran buscando por debajo de las piedras a un candidato para contender por la despreciada gubernatura de dos años en 2019, y en la Capital consideran que el único que queda “vivo” es el actual alcalde, Gustavo Sánchez Vásquez. Dos características debe tener el próximo candidato: que no pertenezca al gabinete del mandatario en turno y que no sea un aspirante derrotado. Tras el deplorable desempeño de Juan Manuel Gastélum, su homólogo en Tijuana, y la terrible caída de Jorge Ramos rumbo al Senado de la República, le allanan el camino a Sánchez Vásquez de cara a los comicios del próximo año, aunque su nula actividad política en Tijuana, municipio con la mayoría de electores, es un punto en contra. Además, refieren, el mexicalense está más interesado en reelegirse como presidente municipal y después buscar la gubernatura de seis años. Otro detalle: considerado el alcalde panista menos peor posicionado, al igual que la edil de Rosarito, Mirna Rincón, no están en la gracia política del gobernador Francisco Vega de Lamadrid, quien con todo y la derrota de sus candidatos en los comicios del 1 de julio, intentará colocar a su sucesor. Con la derrota azul y el carro completo de Morena en Baja California, todos los planes se vinieron abajo, y como nunca, a poco más de tres meses que inicie el proceso electoral, no existe certidumbre en absolutamente nada dentro del partido blanquiazul. Ni la permanencia de Carlos Aguirre como dirigente estatal, ni los candidatos, ni los interesados en la reelección de sus respectivos cargos. Ahora sí que Morena los dejó desorientados.