Con muchos años siendo oficial de la política fronteriza de los EE.UU., apoyo el derecho de los estadounidenses de controlar las fronteras. Así como México puede restringir el acceso al territorio mexicano, también podemos hacerlo. Pero un país civilizado necesita una política civilizada, con aplicación civilizada. Separar a las familias migrantes en la frontera es lo contrario. La política de la Administración de crear nuevas “guarderías” fronterizas, llenas de niños separados de sus queridos padres para “enviar un mensaje” a los migrantes potenciales, es inaceptable y grotesco.
Alentados por brujas racistas, como Ann Coulter, fuera del gobierno, y criptones del Ku Klux Klan, como Jeffrey Sessions, dentro del Departamento de Justicia; nuestro personal policial fronterizo está dividiendo a las familias inmigrantes en la frontera, sin más motivo que aterrorizar a esta gente. La política es doblemente inmoral porque no mejora la aplicación de la Ley, pues está enfocada en mantener el control republicano del Congreso y Senado en las elecciones de noviembre, en los Estados Unidos. ¿La razón? Las encuestas muestran que una aplicación dura de política de la inmigración es popular con la única fuente confiable de apoyo de la Casa Blanca: los que votan por el Partido Republicano. Y si esta gente no sale a votar, Donald Trump corre el riesgo de perder el control del Congreso.
Una encuesta de la Universidad Quinnipiac, del 18 de junio, cuenta la historia. La pesquisa solicitó opiniones de los votantes sobre la política de la Administración Trump, respecto a separar de inmediato a los inmigrantes de sus hijos. El 66% de los votantes (el 91% de los demócratas y el 68% de los independientes) dijeron que se oponían a la política. Pero lo que es más importante para la Casa Blanca es que el 55% de los republicanos lo apoya, contra solo 35% en oposición a la separación de la familia migrante. Una encuesta independiente, realizada por una organización afiliada a los republicanos, descubrió que el 46% de los republicanos apoya la separación familiar, y el 32% se opone.
La Casa Blanca ha encontrado una política por la cual recibe apoyo constante de los republicanos, pero de nadie más. No les importa. Esta Casa Blanca sabe que representa a una minoría enojada y agresiva de partidarios de Trump que, lamentablemente, ahora controlan el Partido Republicano, no a la mayoría tolerante y acogedora de los estadounidenses. Para permanecer en el poder, la Casa Blanca busca el apoyo de esta minoría molesta y simplemente ignora a los demás.
Nuestras grotescamente horribles “guarderías” fronterizas demuestran el espíritu antiinmigrante que actualmente anima al Partido Republicano. Pero las encuestas muestran que la política realmente no refleja las actitudes de los norteamericanos hacia la inmigración, ya sea legal o ilegal. El apoyo a la inmigración ha estado aumentando en los Estados Unidos desde 2010. Con respecto a la política específica de separación familiar, literalmente, todas las voces responsables en la política de los Estados Unidos se oponen.
Todas las exprimeras damas de los Estados Unidos, incluida la republicana Laura Bush, han denunciado la separación familiar fronteriza. Incluso la notoriamente silenciosa Melania Trump ha hecho referencia oblicua a su oposición a la política de su marido. El republicano Jeb Bush ha atacado públicamente la separación familiar. Incluso algunas iglesias evangélicas, que han apoyado firmemente a esta Casa Blanca en prácticamente todo, han roto con ella debido a la separación de las familias. Sin embargo, la Casa Blanca persiste.
El sitio web “Político” informó, el 18 de junio, que la Casa Blanca está buscando nuevos elementos disuasorios para la migración antes de las elecciones de noviembre. Las ideas incluyen restricciones adicionales a las visas de estudiantes; limitar las visas agrícolas temporales; hacer que las Green Cards sean más difíciles de conseguir; y otras medidas antiinmigrante. Lo que está detrás de nuestras nuevas “guarderías-cárceles” es el deseo del señor Trump de dominar en las elecciones. Desafortunadamente, falta mucho para noviembre. Desde ahora hasta entonces, podemos esperar más historias de horror sobre familias migrantes divididas, más desafíos con las regulaciones fronterizas y en los cruces fronterizos, y más hostilidad por parte de Washington.
Andrew S.E. Erickson es un orgulloso ex residente de Tijuana, ex diplomático de los Estados Unidos, con Maestría del Colegio Nacional de Guerra, y un fuerte creyente de la importancia de las buenas relaciones entre mexicanos y estadounidenses.