Sin más colores ni estimaciones,
esos portales y callejones…
les dan albergue provisional
a esos niños sin papás.
¿Esos son niños o delincuentes
entre cartones y suelo cruel?
Con su miradas tiernas y esquivas,
trémulos viven en tales sitios.
Entre los botes de la basura,
hambrientos buscan un duro pan,
pero, ¿los padres de las creaturas
a estos mismos recordarán?
De cuerpos y almas ya muy mermadas,
apenas cubren una porción;
montón de harapos, sucios harapos,
para esos seres sin formación.
¡Ah!, y policías y vividores,
día con día, sin compasión,
los atosigan y explotan más;
diario sucede…sin un final.
Mientras los ricos y poderosos,
en muelles camas se dormirán,
y entre discursos y demagogias
a los muchachos olvidarán.
Sin instrucciones, ni buen consejo,
estos no aciertan camino hallar;
en las prisiones toman escuela
y en varios sitios perecerán.
Sin sus derechos elementales,
a nadie importa su dignidad;
nadie ilumina sus horizontes;
nadie rescata su soledad.
Arturo López D.
Tijuana, B.C.