La película es emocionante como fue la historia misma de Tami y Robert, una pareja de navegantes que emprendió la aventura de cruzar el mar desde Tahití hasta San Diego, sin considerar que en el trayecto enfrentarían uno de los peores huracanes de todos los tiempos. Categoría 5, claro.
Sin mucho más que hacer, excepto narrar lo sucedido, el director Baltasar Kormakur -mejor conocido por “Everest”- se dio a la tarea de recrear esta tragedia protagonizada por Shailene Woodley y Sam Claiffin, que ocurrió en 1983, cuando el veterano marino conoció a la típica chica californiana sin experiencia en la navegación.
Primero fue el encuentro amoroso y de ahí la decisión de hacer la imposible travesía juntos que transforma a la muchacha en una sobreviviente a prueba contra la madre naturaleza.
Las escenas del meteoro están bien logradas y hay química entre los actores para hacer de esta odisea una tragedia tan creíble como lo que sucedió. Hay suspenso, acción, romance y una buena dosis de adrenalina que no permite perder la atención, aunque también se nota que Kormakur no se atrevió a indagar más en la transformación de
Tami (Woodley), como sí pudo exponer las razones por las cuales Robert (Claiffin) era un hombre acostumbrado a vivir ahora sí que en la rayita.
De haber tenido el detalle de desarrollar más la lucha interna de cada uno de los personajes, el filme hubiera sido uno para recordar hoy, mañana y siempre, en vez de quedarse entre esas cintas bien hechas, entretenidas, pero que seguramente no sobrevivirán con el tiempo, sobre todo considerando cuántas historias similares ya fueron ambiciosamente contadas en la pantalla grande. “Lo imposible” es tan solo un ejemplo. ***
Punto final.- ¿Qué nadie más vio “Han Solo”?