Luis Daniel Nava Jiménez, corresponsal del diario El Sur en Chilapa de Álvarez, Guerrero, fue privado de la libertad durante casi una hora por dos hombres que lo golpearon, interrogaron y robaron, además de que lo abandonaron a las afueras de dicho municipio ubicado en la Región Centro de la entidad.
Según el propio rotativo, el hecho ocurrió afuera de un negocio de comida ubicado en el centro de la cabecera municipal, de donde dos hombres se llevaron a Nava Jiménez en su propia motocicleta. Los agresores despojaron al reportero de su vehículo, teléfono celular y credencial de elector.
“El Sur exige a las autoridades correspondientes que se investigue esta agresión y se castigue a los responsables”, señaló el medio de comunicación guerrerense en una nota publicada en su edición digital, sobre su corresponsal en Chilapa de Álvarez, municipio de la Montaña baja.
El 28 de octubre del año pasado, Nava Jiménez compartió su experiencia en un foro organizado por Artículo 19 y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), junto a otros cuatro periodistas del país -uno de ellos de Baja California Sur y otro de Tamaulipas-, quienes dijeron que en los últimos meses han visto cómo se ha incrementado el riesgo de su trabajo en sus lugares de origen.
Nava Jiménez dijo en ese entonces que hay zonas del país donde por la inseguridad y violencia se han vuelto sistemáticos los ataques contra periodistas, activistas, defensores de derechos humanos; y en su caso, dirigentes sociales y funcionarios públicos.
Dijo que en Chilapa, de 12 años para acá, han cambiado mucho las coberturas: “antes de salir a reportear, tenemos que hacer un pequeño estudio, valorar si acudir o no, si hay condiciones o no, aun cuando haya presencia policiaca, ya no podemos. Ya no se cubre la nota roja, los hechos de ese tipo, se ha evitado salir a zonas a la periferia de la ciudad, se ha evitado salir a la zona rural por los mismos hechos”.
El corresponsal de El Sur aclaró en ese entonces, que “no es que haya una amenaza en contra de nosotros, o una amenaza específicamente, pero todo lo que pasa nos pone en riesgo, ya no hay margen de movilidad. La sociedad no tiene garantías de seguridad en Chilapa”.
Nava Jiménez afirmó que tanto emocional, como físicamente le ha afectado la situación, “pero nunca se ha bloqueado al escribir una nota, porque es su obligación como ciudadano”. Le han afectado los efectos de la violencia entre grupos del crimen organizado, pero enfatizó que la mayoría de las agresiones registradas vienen por parte de servidores públicos y miembros de corporaciones policíacas.
“En mi caso en la Montaña baja nos tenemos que desenvolver en una zona de conflicto entre grupos, una zona de alta incidencia de homicidios, desplazados, desaparecidos, autoridades que en muchas de las ocasiones son las mismas; ahorita hay más de 600 escuelas cerradas a causa de los efectos de la inseguridad”.
El corresponsal de El Sur compartió que los cuatro reporteros que siguen trabajando notas diariamente en Chilapa, han tomado medidas, como analizar las zonas a donde se dirigen, no cubren casi nunca la zona rural, que es donde más enfrentamientos se generan. “Ha habido casos de autocensura y desplazamiento de compañeros”, afirmó.
El reportero recordó en el Foro un caso ocurrido en mayo de 2015, cuando por la irrupción de civiles armados, les quitaron sus equipos de trabajo y los intimidaron. Ello, pese a que Chilapa “es una zona prácticamente militarizada, donde se han anunciado al menos tres operativos importantes, luego de 2015. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció una zona militar y no hay información, no hay visos de nada para construir”.
Luis Daniel Nava Jiménez, un reportero de 32 años de edad, que lleva al menos ocho ejerciendo el periodismo, consideró que algunas veces sí ha pensado en abandonar la profesión, pero “es lo que elegimos y en este contexto tenemos que trabajar, lo tenemos que hacer porque alguien lo tiene que hacer. Es un compromiso con la sociedad”.