Como excelente predicador, hombre sencillo, cercano a la gente y mártir de la Iglesia Católica, fue recordado ayer el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, durante una homilía celebrada por el Arzobispo de la Arquidiócesis de Tijuana, Francisco Moreno Barrón.
En la homilía por el 25 aniversario del asesinato del cardenal en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, Moreno Barrón expuso que los hechos no se conocen a cabalidad y “han despertado gran inquietud en el pueblo, deseando que se descubra la verdad, que se haga justicia”.
Lo anterior, en línea con el pronunciamiento de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), confió que la investigación, todavía abierta, algún día esclarezca el asesinato, en clara referencia a que ninguna persona ha sido sentenciada por la muerte del prelado, pese a que once continúan en proceso judicial. Además, persisten diversas hipótesis de lo acaecido en 1993.
Durante el acto conmemorativo en el Instituto Juan Jesús Posadas Ocampo, el arzobispo de Tijuana evocó la vida del cardenal, quien nació en Salvatierra, Guanajuato, el 10 de diciembre de 1926. Estudió en el seminario en Morelia, Michoacán, y recibió la orden sacerdotal el 23 de septiembre de 1950.
El 21 de marzo de 1970, el Papa Pablo VI lo designó como segundo obispo de la diócesis de Tijuana, ya que entonces no era arzobispo, recordó Moreno Barrón. Además, en 1982 Juan Pablo II lo eligió para ocupar la sede episcopal de Cuernavaca y el 20 de mayo de 1987, el arzobispado de Guadalajara.
A lo largo de su gestión, Posadas Ocampo se caracterizó por ser un hombre excelente en la evangelización de estas tierras e integró las estructuras eclesiales de la diócesis, organizando asambleas pastorales, el Consejo Presbiteral y pastoral.
A pregunta expresa de ZETA, el arzobispo de Tijuana indicó que el proceso de beatificación del cardenal no se ha iniciado, pues requiere de un acto formal que no se ha hecho en el Episcopado ni en ninguna de las diócesis.
“Pero no quiere decir que él no sea un santo (…) Para nosotros es una persona muy cercana a Dios. Es un ejemplo de vida e intercesor ante Dios de todos nosotros, en la diócesis de Cuernavaca y de Guadalajara”.
Al citar: “la sangre de los mártires es semilla de los nuevos cristianos”, Moreno Barrón confió en que la vida del cardenal inspire a más vocaciones sacerdotales.