Los cerros siguen cayendo
para hacer fraccionamientos,
no importa si hay hundimientos
y las casas destruyendo.
Esas Cumbres del Rubí
por siglos han existido,
jamás de ahí se han movido,
siempre estuvieron ahí.
Cordilleras milenarias
que engalanan mi ciudad;
mas hombres con su maldad
destruyen con maquinarias.
Para hacer fraccionamientos
destruyendo la flora,
la fauna desaparezca
por causar deslizamientos.
Esas cumbres ancestrales
resistieron mil temblores,
el paso de los ciclones,
hoy solo son arenales.
Las máquinas sí alteraron
la estática y resistencia
que los cerros como herencia
al formarse la heredaron.
Me hicieron mastectomía
de mis hermosas montañas,
revolvieron mis entrañas,
cambió mi fisonomía.
Dónde quedó la bolita
entre tanta autoridad,
tiene miedo a la verdad
y a perder su tajadita.
Atentamente,
Alberto Torres B.
Tijuana, B.C.