En Aguaje de la Tuna ya están hartos de los políticos y los funcionarios. En elecciones anteriores les han ido a pedir el voto, a hacerles promesas y cuando requieren de la ayuda del gobierno, no se las dan. Resulta que después de verse afectados por un incendio en diciembre 2017, que acabó con 24 casas, les han dicho que no pueden aportarles porque viven en terrenos irregulares. Por eso los vecinos arengan:
“Al gobierno actual que no se le olvide que pisó este lugar, que haga memoria, que recuerde. A los que van a venir, mejor que no vengan”.
La señora Alicia Barusta Serratos, líder de los afectados, señaló que estas colonias sirven de carne de cañón para las campañas electorales, dejando a su paso tan solo promesas incumplidas y comunidades divididas por los liderazgos que promocionan los partidos políticos, y al final de cuentas, la ayuda nunca llega.
Dijo que el hecho de que la mayoría de los afectados ocupe en forma irregular los predios, ha sido el principal impedimento para acceder a recursos gubernamentales; si bien se trata de familias necesitadas.
Y lo que buscan no es solo solventar las necesidades físicas de los afectados, también superar emocionalmente la pérdida de sus casas y su patrimonio, pues lo único que han recuperado a la fecha son sus documentos personales.
En un recorrido por la zona, se palpa la necesidad. Aunque algunos predios se encuentran abandonados y las huellas del incendio siguen presentes a manera de escombro y tizne en las estructuras que quedaron en pie, la mayoría de los afectados se encuentran en labores de reconstrucción, incluso algunos las han concluido.
Raúl Armenta, quien afirma ser propietario regular del predio que ocupa, compartió que a pesar de haber existido una promesa de ayuda por parte de las autoridades estatales y municipales, ésta fue insuficiente. Solo le dieron un vale por dos mil pesos en material de construcción, incluso dice que la sociedad civil y los vecinos son quienes más han aportado con víveres, ropa y material. De las tres viviendas que existían dentro de su predio, dos fueron consumidas por completo por las llamas, dejando sin hogar a uno de sus hijos y a una familia que rentaba, salvándose la vivienda que él ocupa con su esposa. En este momento se encuentra trabajando en la reconstrucción de una de las edificaciones perdidas, para lo que calcula deberá invertir alrededor de 150 mil pesos y un par de años de trabajo.