Un reportaje publicado ayer por el diario estadounidense The New York Times, aseguró que Enrique Peña Nieto “ha gastado más dinero en publicidad que ningún otro presidente en la historia de México, casi 2000 millones de dólares en los últimos cinco años”, y con ello obtiene el control casi total de los medios de comunicación en México, porque estos, a su vez, dependen de los patrocinadores y clientes que puedan tener.
Dicha situación crea lo que muchos ejecutivos y periodistas llaman un “gigante de la marca presidencial” que es capaz de suprimir artículos de investigación, dirigir portadas e intimidar a las salas de redacción que lo desafían, señaló una nota firmada por el jefe de corresponsales del rotativo, Azham Ahmed.
El reportaje otorgó testimonios y ejemplos de algunos medios, que este martes respondieron al diario estadounidense, entre ellos, El Universal, el cual aseguró que “la línea editorial de El Universal no se vende, no tiene precio y nadie la puede comprar. Esta es la respuesta que este periódico hace a las críticas sin sustento de que la información publicada en el diario responde a la cantidad de publicidad oficial otorgada por el gobierno federal”.
“Ayer el periódico estadounidense The New York Times publicó una nota en la que da voz a personas que lanzan acusaciones, sin mayores pruebas que sus dichos, en contra de esta casa editorial que con una trayectoria de 101 años ha sido reconocida por su pluralidad, así como por su compromiso con la democracia y la libertad de expresión”, abundó El Universal.
El rotativo dio el ejemplo de lo que sucedió el 23 de agosto pasado, cuando el diario mexicano publicó sobre la supuesta influencia política que el presidente del Partido Acción Nacional (PAN) y ahora candidato a la Presidencia en las elecciones del próximo año, ejerció para que su familia política generara una millonaria fortuna.
El NYT narra cómo Anaya se defendió en tribunales, y que estos le dieron la razón “al lograr demostrar que gran parte de la información era errada, sesgada o simplemente incorrecta”.
“El Universal afirmó que tenía derecho a publicar la noticia amparándose en la libertad de expresión, un argumento que el juez cuestionó porque el periódico ‘no había basado su investigación en hechos’. El diario apeló la decisión del tribunal. […] Este caso plantea preguntas sobre la confianza en los medios de comunicación, en un país en el que reciben tanto dinero de la publicidad gubernamental.”, señaló el diario neoyorquino.
El New York Times también afirmó, basado en datos de Fundar, que El Universal “recibe más publicidad gubernamental que cualquier otro periódico de la nación, alrededor de 10 millones de dólares el año pasado”. Por ello, dijo, los críticos del rotativo mexicano argumentan que el diario se ha convertido en algo así como “un perro de ataque del gobierno para las elecciones presidenciales del próximo año”.
Según el periódico, esa sugerencia es “falsa y ofensiva”. La publicidad oficial “no afecta de ninguna manera la línea editorial del periódico”, dicen los voceros del medio y agregan que “los pensadores de todos los partidos políticos” están representados en sus páginas.
“No todos sus periodistas están de acuerdo. En julio, media docena de columnistas anunciaron sus renuncias en protesta por lo que calificaron como cobertura parcial, diciendo que los propietarios habían destruido la credibilidad de la institución”, indicó el periódico estadounidense, que también narró el caso de Salvador Frausto, un exeditor de investigación que ganó muchos premios en el periódico, quien también se marchó.
“Sus colegas dijeron que estaba claramente incómodo con lo cerca que estaba el periódico” del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su nuevo candidato presidencial, José Antonio Meade Kuribreña. “La persona que remplazó a Frausto como el nuevo editor de investigación fue recientemente un funcionario de prensa en la Secretaría de Relaciones Exteriores, según su perfil de LinkedIn”.
“Y el director de noticias de El Universal tiene vínculos estrechos con el nuevo candidato: su esposa era la jefa de prensa internacional de Meade en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México. […] El diario dice que no hay conflicto de intereses y que no tolera la cobertura parcial de ningún tipo”.
“Pero no es la primera vez que los reporteros del periódico cuestionan su independencia. Los periodistas contaron que en 2012, cuando Peña Nieto se postulaba para su cargo actual, los editores y directores de noticias comenzaron a cambiar las columnas que eran críticas con el candidato sin advertirles, a veces en el último momento”.
También recordó el caso de la reportera Laura Castellanos, quien en enero del 2015 difundió un reportaje en el que aborda los hechos ocurridos en Apatzingán, Michoacán, donde murieron 42 civiles y un policía federal, lo que testigos definieron como una ejecución extrajudicial. Antes lo intentó publicar en El Universal, el medio para el que entonces trabajaba.
Aunque era una investigación bien sustentada, el “tema fue especialmente delicado porque un aliado cercano del presidente, Alfredo Castillo [Cervantes], que había sido designado para supervisar la situación de seguridad en Michoacán, afirmó que las muertes se produjeron en un tiroteo con asaltantes armados”, indicó el NYT.
“Después de días de edición y verificación de datos, dijo que el reportaje estaba listo para publicarse. Pero eso no sucedió. Castellanos y sus editores no se sorprendieron. Peña Nieto ya estaba bajo una fuerte presión pública por su manejo de la desaparición de los 43 estudiantes universitarios, así como por la compra que hizo su esposa de una casa multimillonaria a un importante contratista del gobierno.”
“Pero después de dos meses y medio —durante los cuales una de sus fuentes fue torturada y asesinada, según contó la reportera— Castellanos comenzó a preocuparse porque su reportaje nunca se publicara. Al consultar con abogados dijo que descubrió una laguna en su contrato que le permitió publicar el material en otra parte.”
“Uno de los pocos medios dispuestos a contar esa historia fue el sitio web fundado por Carmen Aristegui, otra periodista galardonada, que perdió su trabajo en una estación de radio después de revelar el caso de la casa de la esposa del presidente. Pero en la mañana en la que se programó la publicación del reportaje de Michoacán, con el titular ‘Fueron los federales’, el sitio web de Aristegui dejó de funcionar”, ya que fue “intervenido”, señaló el diario estadounidense.
“Finalmente el reportaje se publicó, pero es un caso que suscita preguntas sobre la independencia editorial en un país inundado de publicidad gubernamental. Ni los asesinatos ni el hackeo se resolvieron por completo. El Universal dijo que no había publicado el trabajo de Castellanos porque no cumplía con los estándares del periódico.”
Por su parte, el diario Milenio indicó que respondió al reportaje del NYT antes de ser publicado, sin embargo acusó que el rotativo neoyorquino “omitió integrar las respuestas”, por lo que lamentó que el texto del periódico estadounidense incluyera lo ocurrido hace más de un año, con un reportaje sobre la Cruzada contra el Hambre por el que salieron dos periodistas del medio mexicano.
“Aquel fue un deplorable trabajo que nos fue presentado por una ex colaboradora y su editor de entonces, mucho más activistas que periodistas, como ‘reportaje’, y que no fue otra cosa que vulgar periodicazo, razón por la que ella renunció y su esposo fue despedido’, apuntó Milenio.
“La coordinadora de Milenio/DataLab expresó su desacuerdo con la manera como se atendió la respuesta de las autoridades y así lo expresó en plataformas diferentes a MILENIO, arguyendo ‘censura’ y reprochando que las rectificaciones se publicaran en la primera plana, a pesar de que a orgullo tenemos privilegiar el legítimo derecho de réplica.”, señaló el medio mexicano.
“Tan no hubo censura que el texto se publicó en primera plana y continúa en milenio.com. El martes 15 renunció a Grupo Editorial MILENIO y al día siguiente la empresa decidió finiquitar la relación con su esposo, el subdirector responsable”, abundó el medio mexicano.