En su plática “Actividad física y ejercicio: ¿Es lo mismo para todos?”, durante el Primer Congreso Wellness, el nutriólogo Jorge Dieter Villasana destacó la importancia de privilegiar, como objetivo principal, la generación de tejido músculo-esquelético y no la pérdida de peso al momento de ejercitarse.
Contar con músculo está correlacionado con una mayor expectativa de vida, al contribuir esto de manera importante con la salud metabólica, independientemente del porcentaje de grasa corporal que presente un individuo, anotó.
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Argumentó que este par de actividades es recomendable para cualquier persona, sin importar su edad, a pesar de que se afirme perjudicial en el desarrollo lineal o de estatura en menores de edad, asimismo de considerarlo como causantes de lesiones en adultos mayores, siendo que el sedentarismo produce daños severos al estar ligado con la obesidad y las enfermedades que ésta produce.
El avance tecnológico y la facilidad con el que es posible hacerse de productos y servicios, han propiciado la vida sedentaria, lo que ha conllevado una prevalencia importante de obesidad a nivel mundial -siendo México uno de los primeros lugares en este rubro- y de enfermedades, donde este padecimiento resulta ser el factor principal de males como la diabetes, síndrome metabólico y padecimientos cardiovasculares.
“El hecho de ser sedentario durante el día va a presentar desventajas metabólicas, un almacenamiento de grasa donde no debería de ir, que se manifiesta muchas veces como grasa visceral, grasa en el hígado, se va atrofiando la musculatura… el hueso se va debilitando a manera que no estamos físicamente activos”, explicó a ZETA.
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Actividad física representa todo movimiento corporal que represente un mayor gasto de energía, mientras que el ejercicio representa una actividad física planificada, estructurada, repetitiva y propositiva, es decir, que cuenta con un objetivo específico, aclaró el nutriólogo.
Añadió que además de adquirir buenos hábitos físicos, la población debe hacer lo mismo con su alimentación, dejando de lado la comida industrializada y con poco valor nutricional, así como darse el tiempo de descanso, todo esto representado en un estilo de vida saludable.
Dieter manifestó que un estudio de la Universidad de Harvard demostró que caminar poco más de 2 kilómetros al día mejora en un 22 por ciento la expectativa de vida, de igual modo, caminar 30 minutos al día reduce en un 18 por ciento enfermedades cardiovasculares y en un 35 por ciento el riesgo de un ataque cardiaco.
Durante su conferencia, Dieter incluso puntualizó que en un trabajo interdisciplinario, dentro de las indicaciones en toda receta médica, deberá recomendarse a los pacientes el mantenerse físicamente activo durante el día y realizar ejercicio de manera regular.
“Todos los individuos estamos obligados a la práctica de actividad física y ejercicio, independientemente de si encontramos factores de riesgo, a toda edad, de cualquier grupo etario y sexo”, concluyó.
