De Trez en Trez
1.- Criado en una familia que profesa la fe católica, apostólica y romana, me bautizaron y confirmaron en ella (sin preguntarme). Desde pequeño iba a misa todos los domingos y “fiestas de guardar”, luego hice la primera comunión -con padrino, pastel, chocolate y todo- y posteriormente fui monaguillo en la iglesia de la colonia, hasta pertenecí al grupo Aguiluchos de la Acción Católica, gracias a una de mis hermanas que estuvo a punto de ingresar a un convento y pertenecer a la vida religiosa.
Me aprendí todas las oraciones y, como después iba de monaguillo todos los días con el padre Chava, pues también me sabía completita la santa misa; me confesaba (a medias, debo reconocer), cumplía la penitencia y en el mes de mayo, todo vestido de blanco, iba a “ofrecer flores”. Todo gracias a mi casi monja hermana.
Con tales antecedentes, es claro que conocí la Biblia y sufría la “Semana Santa.” La sufría porque escuchaba los relatos de la pasión de Cristo; mi, siempre sabia, abuela -quien sigue acumulando años y olvidos- el Viernes Santo no nos dejaba ver televisión, ni escuchar la radio, se hablaba en voz baja y contaba cómo en su pueblo natal se encendían un pequeño fuego que producía solo humo, “para esconder a Jesucristo y que los romanos no lo encuentren”, repite hasta la fecha. Y por supuesto, nos daba nuestro merecido “Sábado de Gloria”.
Me contaban las catequistas y las madres de la Iglesia de La Merced, cómo Dios hizo el cielo y la tierra, cómo creó también al hombre y, a su vez, a cambio de su obediencia y fidelidad, le dio la oportunidad de vivir en el Edén, en el que había árboles hermosos y frutos que comer; asimismo le mostró el Árbol de la vida, el del conocimiento y también el del bien y el mal; puso a disposición de Adán, un vasto territorio con todos los animales domésticos a los que les dio nombre y, para coronar su obra, como punto culminante, hizo a la mujer, Eva.
2.- Todo iba bien…hasta que empezó a ir mal, y no solo me refiero a Adán y Eva que fueron expulsados del paraíso por desobedecer al Creador, sino también a mí, porque poco a poco, a medida que crecía y continuaba con mi educación, empecé a dudar de todo, a cuestionar muchas cosas, a no dar por sentado todo lo que alguna vez me dijeron y me contaron. Ya no fui a misa cada día, dejé de confesarme y comulgar, separé la fe y la religión de la iglesia creada y administrada por el hombre, y luego, con los “pecados” de representantes de la Iglesia Católica aquí y allá, pues menos.
Aquí es -como dice mi abuela- “donde la puerca torció el rabo y los puerquitos el rabito”, porque, pues lo del “Fraccionamiento El Paraíso”, donde todo había y nada faltaba, ya no me resultó tan creíble y todo lo que siguió después, quedó como un recuerdo de mi infancia.
3.- Ahora, me encuentro con otro tipo de “paraíso”, que me demuestra cuánto tiempo viví engañado, pues resulta que en el “paraíso” actual no hay árboles, frutos, animales, ríos, vasto territorio, paz, armonía ni felicidad; lo que hay son miles de millones de dólares yendo de aquí para allá en fantásticas triangulaciones.
Este “paradisiaco” lugar no es obra divina, es mala obra del ser humano, es toda una tentación, es todo delicia; pero también tiene mucho de engaño, de acciones ilegales, inmorales, de gozo para unos cuantos a costa del sufrimiento de muchos, lo que demuestra -según leí en alguna parte que no recuerdo- que la serpiente del mal no fue expulsada del Edén como Adán y Eva…el mal continúa.
Y es en este “paraíso” donde coinciden los nombres de gobernantes, líderes sindicales, artistas, deportistas, empresarios, políticos, religiosos y más: el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, empresas como Facebook, Apple y Nike, el difunto Marcial Maciel Degollado, fundador de la orden católica los Legionarios de Cristo; la cantante Shakira, Madona, Bono de U-2, el piloto de F-1 Lewis Hamilton; los mexicanos millonarios Carlos Slim Helú, Alberto Baillères González, Manuel Zubiria Maqueo, José Fernando Calderón Ayala, Pablo González Carbonell, Paul D’Agata, el extinto líder sindical Joaquín Gamboa Pascoe, entre otros.
También el nombre de Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá aparece ligado a este paraíso; la reina Isabel II, el príncipe Carlos, políticos de Indonesia, y muchos más…
Paradise Papers, o Papeles del Paraíso es una colección de 13 millones de documentos que evidencian los miles de millones de dólares que se mueven -la mayoría en forma ilegal-, de los países de origen a otros donde pueden evadir el pago de impuestos. Una investigación hecha pública por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) que tiene como centro al bufete legal Appleby en Las Bermudas.
Lo dicho, hay de paraísos a “paraísos”…
P.D.- Cierto, no es delito ser rico, tampoco es ilegal sacar capitales del país. Siempre y cuando los dineros no sean malhabidos, no sean ajenos y se paguen los correspondientes impuestos.
Adendum.- Mi hermana no se hizo monja, desistió, se divirtió, se casó y ya en la tercera edad, reincidió en asuntos religiosos. Por mi parte, sigo dudando y cuestionando todo lo que huela o apeste a dogma religioso.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com