Los edificios se caen y matan mucha gente, por desgracia, lo vimos con el terremoto del pasado 19 de septiembre, que al principio había sido calificado como inocuo porque no se veía mayor destrucción, no como desde el primer instante se conoció en 1985. Desde la Torre Latinoamericana (que ahí está señorial y firme, como ejemplo de que, cuando se quiere hacer bien las cosas, se puede. Mientras no haya moches) desde donde dicen, la devastación se veía por toda la Ciudad de México.
Cada día, en esa capital (no así en los cuatro estados, también castigados por la naturaleza), se informa que los edificios se colapsaron por abuso de los constructores y por supuesto, de funcionarios corruptos que permitieron duplicar los pisos a cambio de dinero, para que los dueños multiplicaran su fortuna. Debería haber castigo, a unos y otros, aunque eso no devuelva la vida a los fallecidos encontrados bajo los escombros.
Aquí mismo, contra nuestra costumbre de estar repitiendo temas (o hablando de supuestos éxitos personales, que a los lectores ni les importa, solo al protagonista), ya hemos dicho varias veces sobre la forma tan acelerada y peligrosa en que se está llenando Tijuana de edificios, en zonas tremendamente inseguras o que complicarán el tránsito de personas y automóviles.
Ya hemos hablado de los altísimos y apiñonados edificios de la Colonia Cacho. También de la gran cantidad de construcciones con muchos pisos que cubren el cielo, en la estrecha zona de la frontera con San Ysidro, los cuales complicarán y hasta harán peligroso, en caso de emergencia, el tránsito por ahí, sin considerar las fiestas de Estados Unidos que atraen miles de visitantes que van de ida y vuelta. El caos ya se sufre, después será peor.
Las autoridades e inversionistas inmobiliarios se sienten orgullosos (declarado en julio 2017) porque en el primer semestre del presente año, se habían invertido 74 millones de dólares en 398 edificios; de ellos, 187 dedicados a ser habitados por familias. El problema es que las mismas autoridades de Protección Civil dudan que los permisos que Administración Urbana entregó hayan considerado la seguridad de Tijuana. Ya se verá.
Nota 1.- Ernesto Ruffo desde hace años cobra como senador, aunque honestamente no desquita sus altísimas dietas. Tuvo expresiones ofensivas contra Margarita Zavala, una mujer digna, honesta, panista de abolengo que ha escrito su propia historia. Algo como en el caso de Margarita, inadmisible para algunos hombrecitos. Quisieran que se divorciara de Felipe y aun así le seguirían llamando Sra. Calderón, como si fuera insulto.
Nota 2.- A los que manejan automóviles, sería bueno que las autoridades de tránsito los observaran muy bien, pues insisten en utilizar sus celulares, mandando textos, hablando y descuidando lo que hacen, que apliquen el reglamento, solo eso pedimos, por el bien de todos.
Nota 3.- Transportes urbanos de pasajeros, otros que mueven mercancía o que son usados en forma privada, siguen fumigando nuestras ciudades. Y frente a las autoridades que se voltean para el lado opuesto para no multar como es su obligación.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana. Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.gob
