“Blade Runner” es el clásico de ciencia ficción de Ridley Scott. Eso ya está más que claro. “Blade Runner 2049” es la secuela de Denis Villeneuve que solo él podría haber hecho hasta convertirla en una obra maestra.
Uno de los aspectos que enriquece el filme, sin duda, es el trabajo de cámara de Roger Deakins que resulta francamente insuperable para este artista de la imagen. Sumémosle a esto la música de Benjamin Wallfisch y Hans Zimmer, y el sólido guion de Hampton Fancher y Michael Green, para redondear una propuesta estelarizada por Ryan Gosling y, por supuesto, Harrison Ford.
La historia, en parte basada en la novela de Philip K. Dick “Do Androids Dream of Electric Sheep?”, ocurre 30 años después de la era de “Deckard”, pero ahora el protagonista es “K”, un runner replicante que enfrenta la deshumanización al máximo, en un futuro donde reina el aislamiento, en el que es casi imposible un nacimiento de vientre de madre replicante.
Al igual estamos en un momento donde lo digital ha sido revertido hacia una cultura de lo análogo, como si la experiencia retro que actualmente es tan cotizada tuviera una razón de ser y si existiera la certeza de que no habrá tiempos mejores.
“K” tiene que encontrar a un niño que podría desatar la guerra entre las especies, en un mundo donde la barbarie parece superada por una expresión peor que, desde la butaca, nos obliga a cuestionarnos sobre la naturaleza humana.
Gosling hace un trabajo comparable con la destreza de Ford, quien desde un inicio supo cómo hacer suyo el personaje. “K” también es un ser que tiene alma y la manifiesta no con palabras, sino con emociones que se reflejan en su rostro y una inteligencia moldeada por sentimientos que reflejan el límite entre el ser humano y el robot.
Cierto, es difícil sostener un largometraje por casi tres horas y, aunque Villeneuve casi lo logra -después de todo tiene la experiencia de haber dirigido filmes para recordar como “Sicario”, “Prisoners” y “Arrival”-, el desenlace no parece estar a la altura de la cinta.
Finalmente uno no se queda con eso, sino con la belleza de la desolación, la estética superada de “Blade Runner” y su capacidad de cuestionar, a través de la ciencia ficción, no solo lo que somos, sino lo que vamos a ser. *** y media.
Punto final.- ¡Vaya, qué tráiler el de “El Último Jedi”! Contando los días hasta el 15 de diciembre… Los boletos ya están en preventa.