A menos de un metro de profundidad, de donde se asientan las columnas apiladas del Nodo Express 20 de Noviembre, se observó agua, mientras que trabajadores de las constructoras que edifican la obra, continúan limpiando las estructuras de concreto que de por sí, solo se les desprende, “las limpiamos para luego recubrirlas con un material especial”, comentaron a ZETA.
No obstante, la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado -SIDUE-, a cargo de Manuel Guevara Morales, insiste en que las acciones de rehabilitación para reparar el evidente daño de la obra, en la que se invierten 182 millones de pesos, se encuentran en análisis de un grupo colegiado.
A decir de SIDUE, quienes decidirán las medidas para la reparación del daño estructural, cuyo resarcimiento se definirá la próxima semana, son: Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, Colegio de Arquitectos de Tijuana, Constructora Makro, S.A. de C.V., Constructora Crisol, S.A. de C.V. y funcionarios de la propia secretaría.
No obstante, César Romero Sauceda, representante de Crisol, se desmarcó sosteniendo que la empresa solo ha sido llamada para recibir instrucciones del proceso constructivo de la segunda fase del proyecto, consistente en obras de pavimentación de la parte inferior del Nodo, para que estos trabajos se compaginen con las acciones de reparación de las columnas, edificadas en la primera etapa del proyecto.
Respecto a la acumulación de agua al pie de las columnas, Jorge González Belmont, ingeniero estructuralista, consideró que “las únicas causas probables se pueden atribuir a un nivel freático próximo al nivel de piso de la vialidad y/o al flujo de agua a través del suelo de relleno retenido y, obviamente a la falta de un sistema de drenaje o subdrenaje. Es evidente que en vez de columnas, debieron construirse muros de retención de tierras con drenaje directo hacia la vialidad o con un sistema de subdrenaje”.
El especialista expuso que la reparación no debe limitarse a los trabajos de albañilería observados a la fecha, “en este caso, deben realizarse acciones de reparación y de reforzamiento estructural necesarias, para lograr que la obra cuente con la debida estabilidad estructural global”; es decir, debe ser capaz de soportar carga permanente, variable y accidental por sismo, subrayó.
Reiteró que el estado actual de las columnas las pone en riesgo de colapso, aun sin la aplicación de fuerza sísmica.
El “desconchamiento” del recubrimiento de concreto que dejó expuesto el acero de refuerzo y, en algunos casos, hasta pérdida de concreto en el núcleo, reduce su capacidad de resistencia, lo cual es un aviso de daño estructural severo.
El concreto empleado para la construcción de columnas presenta características de muy baja resistencia a la compresión, ya que éste se desmorona y desprende al simple raspado de su superficie, por lo que se observa a simple vista que los materiales empleados para su elaboración (agua-cemento-agregados), no satisfacen las Normas de Calidad al respecto. El concreto fue elaborado por la empresa que construyó las columnas, Constructora Makro.