Tantas interrogantes en el aire,
tantos experimentos en los laboratorios,
tantas experiencias sin reflexionar,
tanto filosofar en las bibliotecas,
tantos sufrimientos sin esperanza de felicidad.
Tantos pensamientos que invaden nuestras mentes,
tantas armas creadas por mentes criminales,
tantos niños con hambre en la batallas,
tantos discursos de políticos,
tanto trabajo para el esclavo,
tanto dinero para los ricos,
tanta carencia de agua en las urbes,
tanta crisis a nivel mundial en la era de la globalización.
Tanto vacío de amor en los matrimonios,
tanto vacío de valores por las calles y callejones,
tanto vacío de democracia en un pueblo dormido,
tanto vacío de esperanza en la partidocracia,
tanto vacío en el discurso de los reyes en los palacios de mármol.
Vacío desolador en los pobres de corazón,
vacío de virtudes por todas partes,
vacío de pensamiento crítico,
vacío de imaginación objetiva,
vacío en la copa de la sabiduría del caballero,
vacío en el corazón, en el interior y en la mente del poderoso señor.
¡Vacío, vacío, vacío!
Jaime Aparicio Ramírez
Tijuana, B. C.
