En principio, mi artículo iba a ser sobre los sucesos de 1911, pero esta semana vi algo que me molestó mucho y creo, tiene prioridad.
En 1992, Luis Donaldo Colosio era el secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, que después se transformó en la Secretaría de Desarrollo Social. A mí, como diputado federal, me correspondió llevar la transformación. Pero antes de este cambio, Colosio tuvo bajo su control todos los terrenos nacionales, uno de esos fraccionamientos fue, en su momento Playas de Tijuana.
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En esa época, se generó un problema con las ligas de béisbol de Playas, a quienes les habían dado permiso de establecer campos deportivos en lo que hoy es el fraccionamiento La Perla, en los terrenos frente al mar. Esos terrenos muy valiosos fueron vendidos, nunca supe quiénes fueron los intermediarios, pero fue un gran negocio. Se los vendieron a Múzquiz, se dijo en su momento que había sido el mexicano de origen japonés, apellidado Asano, el intermediario.
A las ligas de béisbol, para que aceptaran salirse de aquellos terrenos, les ofrecieron otros en la misma sección de Playas, que en aquel tiempo eran unos canales, para que ahí construyeran campos deportivos. Esos terrenos se encuentran ahora, la mayoría, rellenados y ahí se construyeron canchas y unidades deportivas. Pero, el más valioso, el que da al mar por la avenida Paseo Playas, han tardado en rellenarlo. Está exactamente en la esquina de Paseo Playas de Tijuana, entre Parque Azteca Sur y Parque Azteca Norte. Ahí pusieron un gran letrero que decía, “Aquí se construirá la Unidad Deportiva Luis Donaldo Colosio”.
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Quien viva desde hace tiempo en Playas, seguramente lo recordará. Yo lo recuerdo muy bien por varias razones: en primera, porque en ese tiempo vivía a tan solo dos cuadras de estos terrenos y todos los días daba vuelta precisamente donde estaba el letrero. En segunda, debido a que, posterior a la muerte de Colosio, siempre que veía el letrero, recordaba a mi amigo asesinado en Tijuana.
Pasó el tiempo, el letrero se hizo viejo, obviamente las autoridades tanto municipales como estatales de aquella época eran panistas y no iban a rendirle homenaje a un personaje priista; así que, con el paso del tiempo, el letrero se despintó, luego se cayó y todo quedó en el olvido.
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Los terrenos poco a poco fueron rellenados por las autoridades municipales para la construcción de canchas, pero aquí viene lo importante de este relato, de repente, hace muy poco, parte importante de este terreno apareció bardeado, con un camper adentro, con gente que aparentemente lo cuida y que anunciaron su venta. ¿Quiénes son estos roba terrenos? ¿Quiénes son estos granujas que quieren despojar de estos terrenos a la comunidad de Playas y a todo el municipio? ¿Quién les autorizó la venta, si fueron donados a la ciudad de Tijuana? ¿Quién está haciendo negocio con este robo a la ciudad?
Seguro son muchos los involucrados, tal vez jueces, seguro alguien de catastro. ¿Tal vez algún notario? No lo sé, pero seguro quienes se ostentan como dueños, algún documento poseen. ¿Quién se los otorgó? Les pido a los regidores y a los diputados locales intervengan. No podemos permitirlo. En Tijuana se ha hecho costumbre robarse terrenos y que no pase nada. Hay muchos que han hecho su fortuna de ello.
Amigos, no permitamos que esto pase. No permitamos este robo. Detengámoslo y castiguemos a los responsables. Si queremos combatir la impunidad, ésta no debe ser solo en lo penal o contra asesinos o narcos, sino en todas sus modalidades. Tijuana debe dejar de ser la ciudad de piratas que creen que todo se puede y que a nadie se le castiga. Es tiempo de actuar.
Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo: [email protected]
