“A veces el exceso de justicia se convierte en la mayor de las injusticias”. Erasmo de Rotterdam
Dentro del paquete de Reformas que ya se preparan para el Sistema Acusatorio Penal en el que participaron un grupo de Diputados de diversos partidos; algunos aspirantes a puestos de elección popular que quieren contaminar la Reforma Penal con sus pretensiones a cargos políticos, como es el caso del doctor Mancera, coordinador de Conago, en la Ciudad de México; además de alguno que otro gobernador hasta empresario con aspiraciones propias; termina destacando por la demagogia empleada y la ignorancia que sobre materia penal tienen sus formadores, a quienes no les ha importado que esta sea la Reforma de mayor calado desde la Constitución de 1857.
Muchos son los factores que han favorecido para que hoy se criminalice al Sistema Acusatorio Penal. Una de las fallas fundamentales que tuvieron las administraciones, tanto federales como estatales, fue que la Reforma Penal no se ciudadanizó, es decir, al poder general no se le explicó el cambio trascedente e importante que implicaba la implementación de un Sistema Garantista en el Sistema Mexicano y no un Sistema que, como falsamente lo esgrimen los tartufos con aspiraciones políticas, favoreciera únicamente al imputado, sino que por ser un Sistema de Garantías, vigilara estrictamente los derechos que se consagraban a favor del ofendido o víctima del delito y aun los del Ministerio Público.
A más de un año de la implementación del Sistema Acusatorio Penal, que entró en vigencia el 18 de Junio del año pasado, la urgencia para los inmorales e incapaces políticos no es qué le vamos a reformar en el Sistema, porque para eso tuvieron ocho largos años antes de que entrara en vigor. La pregunta esencial que todos los ciudadanos deberíamos hacernos es, ¿cuál es el México que ahora queremos?, esto debido a que quizá queremos un país con valores que privilegien el uso de los Derechos Humanos y el debido proceso para garantizar tanto la seguridad, como la paz social; a diferencia de un México brutal e irresponsable que creíamos que con la Reforma, se había superado. Hablamos de un México que cree que con el encarcelamiento de todos, incluyendo a los responsables e inocentes, resuelve todos sus problemas.
Nuestro país está requiriendo del mejor de los esfuerzos de todos los ciudadanos para utilizar a los Derechos Humanos como principios que sostengan al Sistema Penal Acusatorio. Antes de pretender hacer Reformas al Sistema, ¿por qué esos mesiánicos y políticos de estanquillo, pertenecientes a los partidos o al sector empresarial, no reconocen algunos de los problemas que son fundamentales para comprender la esencia y no la forma? Nos referimos a circunstancias como:
A. La falta de una verdadera independencia técnica y operativa de las Procuradurías del país respecto del Ejecutivo Federal y de los gobernadores de los estados.
B. La necesidad de diseñar e implementar un modelo homologado de tecnologías de la información sobre Derechos legales a las víctimas y mejora la atención de la burocracia de las Fiscalías hacia los ciudadanos y litigantes.
C. La poca confianza ciudadana en las instancias encargadas de la procuración de justicia.
D. La falta de un servicio profesional de carrera, sólido, atractivo, bien remunerado, así como programas integrales de capacitación que permitan mejorar los resultados del personal Ministerial Policial y Pericial que hoy, más del 95% tienen que recurrir a universidades privadas a fin de capacitarse, sin ningún apoyo de sus superiores, ni en becas, ¡caray! Lo que es desastroso, sin darles el apoyo para que asistan a capacitarse, aunque la institución no coopere en lo absoluto para su mejoramiento profesional.
E. La pluralidad de diseños institucionales que impiden comunicación y cooperación efectiva en el esclarecimiento de hechos delictuosos.
Benigno Licea González, ex Presidente del Colegio de Abogados Emilio Rabasa, A. C., Doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional. Correo: liceagb@yahoo.com.mx