“¿Qué es lo que le llama la atención al mundo? ¿Qué vivo con poca cosa, una casa simple, que ando en un autito viejo, esas son las novedades Entonces este mundo está loco porque le sorprende lo normal”. José Mujica, ex presidente de Uruguay
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En 2006, con motivo de las elecciones presidenciales en México, el candidato del PRD, Andrés Manuel López, arribó a la plaza municipal de Mexicali en varias lujosas, nuevas y blancas camionetas Suburban, con unos letrerotes amarillos en las puertas: “Primero los pobres”.
En reciente entrevista con Grupo Reforma, AMLO expresa que son bienvenidos a Morena empresarios como don Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y Emilio Azcárraga, además de Lino Korrodi, el exitoso coordinador de “Amigos de Fox”. Seguro de que la gente sencilla, el pueblo, se da cuenta de los buenos políticos. Incluso, ocurrentes como el de Guamúchil, Sinaloa, todo un personaje político: “El Loco Chenell”, que reparte dinero y cosas a manos llenas cuando lo eligen para algún puesto de elección popular en pueblos o sindicaturas.
Claro que no se puede gobernar a un gran país como México con populismo y ocurrencias, habría que repasar la biografía y trayectoria de muchos políticos en el mundo que han gobernado a sus pueblos con sobriedad e incluso desprendimiento material. José Mujica, el llamado “Presidente pobre”, que acaba de gobernar Uruguay, es un gran ejemplo de honradez y amor por vivir como su pueblo.
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“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”, Pepe Mujica. De visita en Mexicali, en las instalaciones de UABC, el ex presidente de Uruguay invitaba, con su testimonio vivo, a que los futuros profesionistas y políticos tuvieran entre sus objetivos a la gente, servir al pueblo, vivir con desprendimiento, en resumen, decía: “¿qué nos vamos a llevar en la tumba ya muertos?”.
Ante la gente y los medios, resultaba sorprendente cómo algunos políticos rebozaron de cinismo y tuvieron que buscarlos y extraditarlos de otros países donde se ocultaban a causa de los abusos que cometieron en perjuicio de los ciudadanos, por los que juraron servir.
No conformes con millonarias jubilaciones, muchos políticos se quisieron asegurar el “cielo” en la tierra. Como si fueran a vivir “eternamente” acá. Seguro irán al infierno por arrebatarle a los enfermos la salud, la comida y bebida a los hambrientos, la dignidad a los migrantes, la libertad a los presos, el salario a los sin techo, sin hogar.
Seguramente como Pepe Mujica, ha habido y habrá en México buenos políticos. Los que buscan el bienestar de los ciudadanos. Quizá no solo a nivel de la Presidencia de la República, sino en muchos pueblos, comunidades, municipios, estados, donde la opinión de los medios no es tan relevante, sino más bien las voces populares que, con sinceridad, identifican las buenas administraciones, las que seguramente no están exentas de limitaciones y errores, pero no por mala voluntad. No creo que los buenos políticos estén exentos de errores.
“La economía sucia, el narcotráfico, la estafa, el fraude y la corrupción son plagas contemporáneas cobijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos sea como sea”: José Mujica.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com
