Para exigir al gobierno un freno a la inseguridad y la violencia que enfrenta Tijuana, un grupo pequeño de personas vestidas de blanco se manifestó el domingo 4 de junio. El alto a la impunidad y el grito de justicia fueron las principales peticiones. En lo que va de 2017, más de 600 personas han sido asesinadas de forma violenta.
Inicialmente se buscaba que fuera una marcha, pero la poca afluencia – menos de 30 personas – provocó que los participantes se trasladaran, del Monumento al Libro de Texto Gratuito a la Torre de Agua Caliente, en el bulevar Fundadores, donde se realizó un pequeño mitin con la finalidad de presionar a las autoridades de los tres niveles de gobierno a responder en materia de seguridad y justicia.
Gran parte del contingente lo conformó la familia de Raúl Marín, a quien le clavaron una navaja 14 veces, afuera de un bar en la colonia Postal, el 16 de mayo de 2016, presuntamente por error de los delincuentes.
De acuerdo a Jaime Marín, sobrino de Raúl, la intención de la actividad era hacer un llamado a la sociedad bajacaliforniana a sumarse a la lucha contra la inseguridad, principalmente tras las ejecuciones de familiares a causa de grupos criminales.
“Nos preocupa mucho lo que sucede. Sentimos que a cualquier persona nos pueden arrebatar la vida en cualquier momento”, dijo Jaime, quien traía una camiseta con la imagen de Raúl. Por otro lado, un grupo de los asistentes llevaba urna con las cenizas de un hombre fallecido que se dedicaba a la construcción, en San Diego, California.
En el encuentro, en la Torre Agua Caliente, un grupo de niños – algunos familiares de Raúl – portaban una lona en la que se leía: “Yo quiero vivir sin miedo”.