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domingo, febrero 18, 2024
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“Un Rinconcito de Sonora”: San Luis Río Colorado

* 1539, Francisco de Ulloa, observa pero no navega el río

* 1540, Hernando de Alarcón navega el Colorado


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* 1605, Primera Misa en el Río Colorado. Los franciscanos

* 1701, El padre Kino se encuentra con miles de ribereños

* 1771, Fr. Francisco Garcés, evangeliza a los yumas y cucapá


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Comisión del Centenario de San Luis R.C.

María Isabel Verdugo Fimbres, historiadora y cronista, recuerda cómo la expresión referida a San Luis Río Colorado, como “Un rinconcito de Sonora”, es del primer Arzobispo de Sonora, don Juan Navarrete y Guerrero (1920/1989).

Las fechas e historias sobre San Luis son abundantes e históricas. Desde 1539 cuando enviado por Hernán Cortés, el expedicionario Francisco de Ulloa llega al Golfo de Santa Clara; mira, observa, pero no penetra ni navega en el Río Colorado. Considerando el historiador de Yuma, Georges Chavez, pues que se perdió la gloria de haber sido el primer hombre europeo blanco en navegar el Colorado.

Chávez, exaltará a Hernando de Alarcón, porque él sí tuvo la osadía de navegar el Río Colorado rumbo a Yuma, evangelizando y enseñando a persignarse a cucapá y yumas; esto en1540 cuando el enviado por Cortés, decide navegar el llamado “Nilo”de Norteamérica, el Colorado, nombrado también el Río de la Buena Esperanza o del Tizón, o Colorado.

Ante la falta de sacerdotes o frailes, Alarcón se toma la libertad de enseñar a los yumas, pimas y cucapá, a persignarse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Lo que será causa de que lo encarcelen en España, por evangelizar a las tribus de esta región del Río Colorado.

 

1605, primera misa en el Río Colorado. 25 de enero

Julio César Montané, doctorado en historia, maestro de la UNISON y prolífico expositor y escritor chileno, en alguna ocasión hablando en Mexicali de las misiones del Padre Kino en Sonora y Arizona, expresaba su admiración por la devoción de los sonorenses al misionero jesuita venido del norte de Italia. Algunos llegando a la “Kinolatría”. Reconózcalo usted mismo desde Baja California Sur y Norte, Arizona y Sonora; diga usted si no el abierto amor de la gente por el padre Kino: boticas, bulevares, institutos, hoteles, talleres, abarrotes, frutas, productos, todo Padre Kino. Kino Gas, papeles Padre Kino, etcétera.

A este rinconcito de Sonora, llegaría el padre Kino en noviembre del año 1701. Y como han demostrado los investigadores Óscar Sánchez y Javier Palacios, ambos del Archivo Histórico de Mexicali, el jesuita haría dos viajes por el Río Colorado. 1701-1702. El Ingeniero Óscar Sánchez, trabajó por casi cincuenta años en las cuestiones hidráulicas del Colorado, en los valles de Mexicali y San Luis. A él debemos el libro sobre fray Francisco Garcés, “El mártir del Río Colorado”.

Los festejos del Centenario de San Luis han sido realmente un milagro y no tanto una ocurrencia o improvisación.

Por muchos años el profesor de historia en el Arizona Western College, el originario de Yuma, George Chavez, gracias también a las investigaciones del profesor Federico Iglesias Serafín “Puerto Isabel”, Fijó su atención en una referencia histórica relativa a la primera misa celebrada en el Río Colorado, un 25 de enero de 1605.

Así pudo impulsarse el Centenario de San Luis y sus celebraciones, considerando que la fecha referida por Federico Iglesias y profundizada por Georges Chavez era crucial. Por la presencia del primer Gobernador del Nuevo México, Juan de Oñate, zacatecano que con dos frailes y nueve soldados se vinieron por tierra desde Nuevo México para tomar posesión de estas tierras pobladas desde hace más de 2 mil 500 años por nuestros ancestros, los cucapá, pimas y yumas.

 

El romance del Padre Kino

Entre la bibliografía kiniana, en Sonora es célebre “El Romance del Padre Kino”, del padre diocesano hermosillense, Cruz G. Acuña. La G. por lo de Gálvez español expedicionario del siglo XVII/XVIII Juan José de Galvez. Parte de la historia de Sonora.

En 1969 el P. Acuña dedicó su primera edición: “Al Sr. Obispo Juan Navarrete, en sus bodas de Oro Episcopales (1919-1969), quien por espacio de 50 años ha sido fiel continuador de la obra de Kino en Sonora”.

Al mismo padre Eusebio Francisco Kino, se debe la memoria de estas fechas en que va a explorar el Río Colorado en los años 1701 y 1702.

Los datos los consigna en su obra autobiográfica, la más importante quizá: “Favores Celestiales”, en el libro III, Capítulo V, página 93.

Escribe el Padre Kino: “El 21 de noviembre (1701), día de la Presentación de María Santísima, Señora Nuestra, casi al mediodía, habiendo por la mañana acarreado unos palos largos y secos del muy cercano montecillo ayudados personalmente en eso muy mucho el mismo capitán de los quiquimas, y amarrándolos muy bien y haciendo una buena balsa, con unos lazos de esmiquilpa que a ese fin traíamos, en ella pasé este caudaloso Río Colorado, que tendrá de ancho como 200 varas, y no se hallaba fondo si no era en las dos orillas. (Libro III, Cap. V., p. 93, “Favores Celestiales”).

“Así que pasamos el río, acudió mucha más gente; hubo bailes y fiestas al modo dellos; les prediqué con intérprete aquí y en el camino, y a la tarde, cuando como a las tres leguas de camino llegamos a la casa del capitán de la nación, y en todas partes fue bien recibida la Palabra de Dios y la doctrina cristiana. Todo el camino era lleno de pequeños, pero muy continuadas rancherías con muchísima gente, muy afable, muy bien gestada, algo más blanca que las demás de las indias”.

“La Crónica de la Pimería Alta”, o “Favores Celestiales” del jesuita italiano Eusebio Francisco Kino, escribe el mismo misionero: “Dormí en una casita que me hicieron y casi toda la noche hubo varias pláticas entre ellos en orden a querer abrazar nuestra amistad muy de veras y nuestra santa fe… Y vine a decir misa en nuestra ramada en acción de gracias de tantos favores celestiales de Nuestro Señor y de María Santísima y de San Francisco Javier. Y a la tarde volví a San Félix (Ejido Independencia) con más de 200 pimas y yumas; y aunque todos cargamos con cuanto bastimento pudimos, era tanto el maíz, frijol y calabaza seca y fresca que nos dieron los muy amigables quiquimas (Cucapá), que los más de 200 pimas y yumas no lo pudieron cargar y llevar todo.”

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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