Narrar lo que pasó entre las películas “Return of the Jedi” (1983) y “The Force Awakens”(2015), fue el reto que Chuck Wendig consiguió con la trilogía de novelas editada por Del Rey Books. “Mi objetivo era que fuera una especie de enciclopedia de todas las cosas que no sabías que querías saber”, declaró el autor en su última visita a Anaheim, California
Atreverse a desear lo que parecía imposible, le funcionó al escritor Chuck Wendig para unirse al mundo de “Star Wars” desde las novelas gráficas: “Básicamente primero lo tuiteé y después pasó, así es como suceden actualmente las cosas en la vida: lo tuiteas y la magia sucede, digamos que tuve a la fuerza de mi parte”, compartió en la pasada edición de Wonder Con.
El relato tiene qué ver con un tuit que publicó el 4 de septiembre de 2014, donde Wendig expresó su interés por hacer una novela de “Star Wars” que se convirtió en una trilogía editada por Del Rey Books como “Aftermath”.
“Mucha gente detrás de bambalinas empujó el balón en la dirección adecuada y justo el 4 de septiembre de 2015, exactamente un año después, el primer libro se publicó, llegando a estar en el puesto número 4 de ventas. ¿Entienden? Obtuve el trabajo por ‘the force’ (la fuerza): 4 four/force”.
Una de las personas que ayudaron a que todo se diera fue Gary Whitta, quien estuvo dentro del grupo de guionistas de “Rogue One: A Star Wars Story”, pero el talento de Wendig habló por sí solo en la decisión final: “Mi primera impresión fue de asombro porque era como jugar con uno de los juguetes toda mi vida, pero entrar con ellos de manera oficial; ser dueño de un pequeño pedazo de bienes raíces dentro del gigantesco mundo que son y que ahora también es importante para mi hijo. El primer libro (Aftermath) salió un mes antes de ‘The Force Awakens’, que trataba de cambios generacionales y también abordaba ese tema. Teniendo a mi hijo vi de cerca estos cambios y era muy emocional para mí, pero no sabía que iba a ser un libro tan grande, no me lo vendieron así, me dijeron solo que iba a escribir un libro en determinado tiempo y acepté”.
Hasta que inició el marketing para el Force Friday -día en que podrían a venta la nueva mercancía de “Star Wars”- , el autor dimensionó la importancia de su novela: “Empezaron a hablar de mi libro como la gran cosa, la siguiente gran trilogía, ahí me percaté en dónde me había metido y empecé a cuestionarme si lo había tomado lo suficientemente en serio. Para fortuna creo que sí lo hice, solo era esperar a que funcionara porque todo mundo iba a estar al pendiente”.
Y efectivamente así fue, la gente compró su ejemplar apenas se liberaron, y hora y media después ya tenía reseñas en Amazon, aunque poco favorecedoras al ser de una estrella: “Dudé de mi universo y creí que iba a ser el final de mi carrera, en su momento fue un problema porque no estaba emocionalmente preparado para ello. Luego empecé a ir a las convenciones y firmas, y me di cuenta que lo de internet era casi una campaña de desprestigio porque a la gente le molestó que el Universo Expandido (material que exploró en otros canales las ramificaciones de la saga) ya no existiera. Se desquitaban conmigo en una situación muy extraña en la que me convertí en el culpable del cambio”.
Al igual que Walt Disney marcó los límites del canon para “Star Wars”, luego de comprar Lucasfilm en octubre de 2012, Lucasfilm Story Group hizo lo mismo con los planes de Chuck Wendig. Respecto a esa mediación para trabajar, aclaró: “Generalmente nuestra relación es muy buena porque me dan mucho libre albedrio, al menos conmigo estuvieron muy abiertos en escuchar ideas y nunca me impusieron qué hacer. Lo que sí pasó es que me dijeron qué no hacer, fue como ponerme una cerca de la que no podía salir de ella y todo lo que estaba dentro lo podía utilizar. Con el internet la gente ve al Story Group como un culto secreto para proteger ‘Star Wars’ y no es así, todos son súper fans, por eso están ahí. No son ejecutivos que te piden lo que más dinero genere, son fans y aman la franquicia, pero lo aman profesionalmente que para mí es la experiencia más impresionante”.
Crear bosquejos, mandárselos a la editorial Del Rey para que ellos los hicieran llegar al Story Group, obtener sus observaciones de cambios o visto bueno, y mandarlos de regreso en una dinámica de tantos ajustes como fueran necesarios, fue el ejercicio por el que pasaron “Aftermath” (2015), “Aftermath: Life Debt” (2016) y “Aftermath: Empire’s End” (2017), que en febrero concluyó la trilogía en la que Wendig explora lo que pasó entre las películas “Return of the Jedi” (1983) y “The Force Awakens”(2015), sin precisamente usar como figuras principales a Luke Skywalker, Han Solo y Princess Leia.
“Mi objetivo era que fuera una especie de enciclopedia de todas las cosas que no sabías que querías saber de personajes de la galaxia que no sabías que estaban conectados con otras cosas. Era una manera de encajar todo a través de los interludios, no una historia como tal, sino estar entrando y saliendo para ver el estado de la galaxia como un corte informativo. Eso estaba bien para mí, pero eso no es ‘Star Wars’; ‘Star Wars’ siempre debe tener un elemento épico, pero como soy una persona engreída, quería visitar estos elementos del canon y a la vez hacer una historia más grande sin tener que estar contando la misma una y otra vez”, concluyó quien debutó como escritor con la novela “Blackbirds” (2012).