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martes, octubre 1, 2024
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Adiós

Como nada puedo darte,

nada te pido tampoco;

cómo ofrecerte miserias,

mi vida vale tan poco

 

Mi corazón pobrecillo,

juguete roto y deshecho,

que de miedo a lastimarse

ya no se mueve en mi pecho.

 

¡Amor, sería una vergüenza!

El pobre ya es un mendigo

que en sus harapos de ensueño

se esconde pidiendo olvido.

 

¿Qué pues te voy a ofrecer

si están mis manos vacías?

No es justo que yo te dé

tristezas por alegrías.

 

Tú eres la aurora que llega,

yo la tarde que se va,

porque envolverme en mis sombras

la noche se acerca ya.

 

Adiós, se acerca la hora

mira el sol, ya va a morir;

yo me voy y tú te quedas,

nada te dejo al partir.

 

Alberto Torres Barragán

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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