En Baja California hay seis titulares del Poder Ejecutivo, cinco son hombres y dos son mujeres; cinco decidieron no escuchar a los trabajadores y ciudadanos en general, que el 1 de mayo, como lo anunciaron, salieron a manifestar sus inquietudes e inconformidades por lo que se está haciendo mal o lo que se está dejando de hacer en la entidad.
Acompañadas por funcionarios de sus respectivas administraciones, las alcaldesas Nereida Fuentes en Tecate, y Mirna Rincón en Rosarito, decidieron encabezar el desfile conmemorativo del Día del Trabajo como ha ocurrido históricamente con quienes han asumido los poderes ejecutivos en el Estado, salvo cuando los organismos sindicales y agrupaciones de trabajadores han decidido cancelarlos “por inseguridad”, “porque no hay nada que festejar“, “porque no existen condiciones” o porque “no se están generando trabajos”.
De acuerdo a la prensa, la señora Fuentes, emanada del Partido Revolucionario Institucional, escuchó las consignas de los trabajadores respecto al incumplimiento de sus derechos laborales y, al concluir, sin discrepar ni resolver, “refrendó su apoyo o hacia las diversas actividades que día a día desempeñan exitosamente mujeres y hombres tecatenses”.
A la panista Rincón le fue mejor, mostró que tiene una más que excelente relación con los líderes sindicales que la escoltaron y, sin problemas en su turno al micrófono, enfatizó el reciente aumento del seis por ciento en sueldos y prestaciones para el personal de base, y la entrega de uniformes a bomberos y personal de obras públicas.
Con o sin acuerdo previo para evitar reclamos fuertes, al final las señoras hicieron lo que ninguno de los hombres que encabezan los gobiernos locales el 1 de mayo: dieron la cara.
Ni el gobernador del Estado, Francisco Vega de Lamadrid, ni el alcalde Gustavo Sánchez Vázquez, estuvieron para escuchar a los marchista en Mexicali, un vacío similar les hizo a los trabajadores en Tijuana el alcalde Juan Manuel Gastélum, eso fueron los panistas; pero el mismo desdén fue demostrado por el alcalde de Ensenada, Marco Novelo, de la coalición PRI-PVEM-PANAL-PT.
Como siempre, el gobernador desapareció de la entidad, se fue de gira como anunció vía boletín; del gobierno de Gastélum en Tijuana la excusa fue que no los invitaron; con Novelo la respuesta fue que ese día atendió secretarios en agenda privada; y de Sánchez en Mexicali no hubo información ni excusa pública.
Los señores simplemente decidieron evitar a los trabajadores, evadir a sus gobernados, de plano sacarle al vuelta a los votantes, esas mismas personas a las que seguramente corretearon, buscaron, invitaron, saludaron e incluso molestaron en el interior de sus casas, en sus lugares de trabajo, en las calles, o mientras hacían las compras en algún mercado sobre ruedas, porque querían votos durante la campaña.
En los respectivos desfiles, con mayores o menores cantidades, desde los cientos hasta los 15 mil, hubo de todo: trabajadores, los sindicatos de Burócratas y Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), secciones 2 y 37; de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC); de la Confederación de Trabajadores de México (CTM); de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM); del Congreso del Trabajo del Municipio de Mexicali (CTMM); la dirigencia del Congreso del Trabajo de Baja California (CTBC); y ciudadanos integrantes de Mexicali Resiste y BC Resiste. Pero ninguno fue escuchado.
Lo evidente fue que los gobiernos están fracasando en su labor, que no pueden con la inseguridad, que no están generando los empleos de calidad necesarios, con deficiente inversión en infraestructura, que no pagan a los maestros, que son incapaces de sostener los servicios de salud, señalados de corrupción, que aumentaron el precio de los servicios, que aprueban leyes abusivas, que no pueden con la recolección de basura, acusados de hacer negocios en lugar de gobernar… no estuvieron dispuestos ni disponibles a las inquietudes de su gente, “…no pueden dedicarnos dos horas de su tiempo para escuchar las demandas de sus trabajadores”, como dijo la líder de la Sección 37 del SNTE, María Luisa Gutiérrez.
Para ellos fue más fácil tomarse el día, irse a otro Estado, como si no fueran los responsables directos y primarios de atender la problemática en el caso de Vega, del Poder Ejecutivo estatal, y los alcaldes de sus respectivos municipios.
Por su deficiente labor, reclamos y manifestaciones, han sido una permanente en las entidades gobernadas por estos funcionarios ausentes el 1 de mayo. Ahora, después de cuatro años de gestión en el caso del gobernador, y cinco meses de los alcaldes, ya deberían saber que esconder la cabeza ni acalla las protestas, y menos aún modifica la realidad.
Si no quieren escuchar quejas, trabajen, resuelvan, gobiernen, para que la próxima vez que salgan a pedir el voto, la gente no se les esconda ni los ignore.