Consultoría Matrimonial y Familiar
En toda relación de pareja es necesario probar todos los medios posibles cuando muchos deciden acabar con una relación en pareja que en ocasiones después la mayoría se arrepiente; si no por la decisión tomada sí por la forma, es por ello tan necesaria y recomendable la asesoría, consultoría o terapia de alguien especializado en apoyar en cualquier forma pero profesionalmente. Y esto aplica y recomienda tanto en novios, parejas, casados, separados o divorciados; cuya finalidad será llegar a un acuerdo pacífico que hasta donde sea posible tratar de seguir manteniendo una relación lo más afectiva o amistosa y que no se pierda totalmente la comunicación, sobre todo cuando existen hijos de por medio.
El objetivo principal del asesor, consultor o mediador de pareja o familiar es que la pareja exprese libremente sus sentimientos, dudas y corajes sin interrupciones para que una parte escuche y asimile lo que la otra exprese, manteniendo el control de emociones e impulsos negativos que han deteriorado la relación y crear la solución del conflicto.
Una vez expuesto lo que cada uno manifieste, y el consultor vaya dándose cuenta de los sentimientos negativos expresados como el resentimiento, el odio, la soberbia, el orgullo, egoísmo u otros negativos, no debe distorsionar la perspectiva de los conflictos o problemas y que lo lleve a un juicio erróneo y poco amigable hacia alguna de las partes manifestándose imparcial (una de sus cualidades) para facilitarles lo más posible la solución a los problemas.
Debemos de entender que cuando se inicia la convivencia entre dos personas existen o pueden existir grandes diferencias en su educación, costumbres, religión, hábitos y rutinas diarias que se anteponen y que se va dando la etapa de adaptación para llegar lo más posible a compartir esas diferencias, y cuando una de ésas no se logra superar puede ser fuente de los conflictos o desavenencias que pueden ser desde muy insignificantes pero que si no se superan se vuelven enormes, por lo que con una comunicación efectiva, pacífica y un espíritu de comprensión y apacibilidad pueden irse resolviendo.
Ahora bien, el ir con un especialista a que los oriente y/o facilite cómo resolver sus problemas no necesariamente les dará el resultado que puedan esperar, como que se acaben dichos problemas y vuelvan a vivir en paz, feliz y contentos, ya que un buen especialista al facilitarles el cómo resolver sus problemas quizás lleguen a considerar que lo mejor es la separación y definitivamente el divorcio, porque por más ayuda que les ofrezcan sus problemas pueden no tener una mejor solución, pero si consideren que finalmente es lo mejor para los dos. De haber hijos es necesario también que se aborde en la consulta porque muchas veces eso es otro gran problema, desde el cómo compartir su custodia, si resolverlo desde el principio o que un juez decida por ellos, sin soslayar el aspecto de los bienes materiales, de cómo los van a repartir.
Tomar la decisión de tener el apoyo de un consultor para resolver sus problemas puede ser otro problema, y es cuando uno de los miembros de la pareja desee asistir y el otro no porque piensa en que nadie más que él es el que va a resolver sus problemas o pensar que es una pérdida de tiempo y dinero, lo cual no es cierto porque el consultor es un especialista, preparado y capacitado en las diferentes vertientes en que pueden tener conflictos parejas, ya sea desde el punto de vista psicológico, legal, económico y sexual que es donde se dan principalmente éstos.
Hay parejas que entienden que asistir a una consulta matrimonial es importante desde que se van empezando a dar los conflictos y se sientan insatisfechos o molestos con respecto a cualquier cosa que se presente en la relación, o que haya asuntos sin resolver y sentimientos acumulados aun desde el inicio de la relación y que poco a poco se vayan presentando, y que el consultor les vaya facilitando tener una comunicación efectiva y se enseñen a escuchar y cuidar de la relación antes que destruirla.
Como siempre gracias por sus consultas y comentarios al e-mail: bautista46@hotmail.com
El autor, reside en Tijuana, B.C.