De Claudia Cristina García Espinoza, Comandante de la Policía Municipal de Tecate con clave 03, se escribió en ZETA, que estaba en esa posición por la preferencia que el director de aquella corporación, Francisco Castro Trenti tenía por ella, aun cuando en una búsqueda de casos judiciales, su nombre aparecía en la comisión de hechos delictivos. Aparte que junto a su jefe, que también lo fue cuando Castro encabezó la Policía de Rosarito, habían sido señalados de cometer abusos, de actos de prepotencia. De ello dio cuenta en su columna Cuentahíloz el editor de política de ZETA, Isaí Lara Bermúdez, el viernes 3 de febrero. Las reacciones llegaron días después. Mientras Lara comía en un lugar público el domingo 12 de febrero, una mujer se aceró al reportero. Se lo dijo de frente: “Que te cuides mucho, porque la escolta de Castro Trenti y él, andan detrás de ti. Cuídate mucho por favor. Cuídate que andan detrás de ti. Es gente muy mala”. La joven agregó que le transmitía el mensaje por encargo de una persona que había trabajado con Castro Trenti en la Policía Municipal de Rosarito, y tenía información no solo del comportamiento del director y su escolta, también de sus intenciones. Oficialmente, ni Francisco ni su escolta Claudia Cristina aparecen en el Registro Nacional de Personas de Seguridad, aunque el hermano del actual embajador de México en Argentina declaró que ya aprobó el Examen de Control, Evaluación y Confianza que le practicó la Procuraduría General de la República para ejercer el cargo. La advertencia realizada a Isaí Lara por un extraño, y específicamente alertando la animadversión de dos personas a quienes se refirió en su columna política, representan para ZETA una amenaza que no se toma a la ligera. Aquí la denuncia pública a autoridades y lectores todos. Quienes en los gobiernos tienen la responsabilidad de proveer seguridad, no deben convertirse en represores de la libertad de expresión a partir de advertencias o amenazas. El caso preocupa cuando se refiere a personas que traen un arma de cargo, cuentan con la infraestructura de la Policía, la información de la autoridad y una insignia que los faculta a actuar, pero no a abusar.
Publicidad
