Recordar cosas vanas, pasajeras
de un pasado colmado de amargura
¿es acaso vivir en la locura,
con deseos de salir de esa aventura
para emprender de nuevo otras quimeras?
Nadie podrá jamás saber qué cosas
el tiempo borrará de esos suplicios,
empresas que dejaron sacrificios,
ignorancia, fracaso, tantos vicios,
miseria y situaciones pesarosas.
¿Será posible ver la luz del día
quitando la tiniebla que oscurece
el camino a seguir y que merece
se ilumine la senda, y que no pese
ya nunca más esa melancolía?
De ser así, seré privilegiado,
pues la vida me paga con ternura
desasosiegos, ruina y desventura,
cambiando todo por dicha dulzura,
con el amor que tanto había anhelado.
José Miguel Ángel Hernández Villanueva
Tijuana, B.C.