En un momento crucial, con oficinas gubernamentales bloqueadas desde hace tres semanas y en un contexto de efervescencia social que ha ido in crescendo -marchas de 15 mil, 30 mil y 45 mil participantes tan solo en Mexicali-, el gobernador del Estado, Francisco Vega de Lamadrid, parece no saber qué hacer, sobre todo tras el anuncio la semana anterior de la abrogación de la Ley del Agua.
Pero esa fue una entre la larga lista de demandas, y ahora él y su quipo parecen pasmados. En ese marco el jefe del Ejecutivo -se supone líder político del Estado- fue pillado por una reportera, Rosa María Méndez, del Canal 66, quien hizo su trabajo y le preguntó lo que debería haberle preguntado.
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Indeciso, errático, inseguro, malabareando, con sus frases el gobernador estatal trató -en el ir y venir a la comodidad del asiento de copiloto en la camioneta oficial- de explicar su cerrada posición de no acudir directamente y ver de frente a los representantes del grupo ciudadano que encabezan las tomas de los edificios gubernamentales. Al “primer panista del Estado” le faltó oficio político para responder a los llanos cuestionamientos, y en cada respuesta parecía enredarse más.
En ese contexto, la actitud gubernamental puede ser peligrosa y el peor escenario sería tomar una medida violenta, priorizando la fuerza al diálogo y la sinrazón como respuesta a las legítimas demandas ciudadanas. Llama la atención -entre otras cosas- que ninguno de los ex gobernadores panistas han aparecido en apoyo a “Kiko” en ésta que resulta la más grave crisis de gobernabilidad en la entidad en 28 años de dominio azul.
Ni Osuna, ni Elorduy, ni González Alcocer, ni Ruffo, han salido a dar la cara por su correligionario, quien está pagando los platos rotos en este capítulo de la historia regional que aún no concluye.
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Dominante
Por cierto que la situación gubernamental, los plantones y las marchas, han opacado lo que sucede en otros entornos, por ejemplo en la política sindical que tiene que ver con esos mismos gobiernos.
Tal es el caso del relevo en el Sindicato de Burócratas y las diversas secciones, sobre todo en Mexicali, donde la aún mandamás es la actual diputada -postulada por el PAN- Victoria Bentley, quien en este proceso de renovación de la dirigencia sindical ha implementado una serie de ocurrencias, ahora sí que una tras otra.
Foto: Sergio Haro/Victoria Bentley
Lo de esta semana fueron las observaciones planteadas a las cuatro planillas que contienden para ocupar la silla sindical que actualmente ostenta Bentley y que evidentemente se aferra a dejar, pese a que a la par se desempeña y cobra como diputada local.
Y es que la dirigente -parece que así lo establecen los estatutos- se unge como organismo electoral en el proceso de renovación, es decir, valida el registro de las planillas y que en ésta se cumplan los requisitos estatutarios. Sí, las planillas que competirán contra ella.
Por eso las observaciones a las cuatro planillas donde -según ella misma- sus integrantes han faltado a reuniones del sindicato, lo que implica no podrán competir por la secretaría general, a la par del anuncio de Bentley de que “siempre no” buscaría reelegirse -lo que impiden los estatutos-, sino que su planilla, la Blanca, postularía a uno de sus allegados: Genaro Díaz.
Según Victoria, los líderes de las planillas tendrían hasta el martes 30 de enero para enmendar las observaciones, caso contrario no podrían participar en las elecciones convocadas para el jueves 9 de febrero.
Esta medida añade un elemento de tensión en esta atropellada sucesión sindical, sobre todo en un contexto donde los reclamos están a la orden del día y donde públicamente la figura de Victoria Bentley como diputada ha sido severamente cuestionada.
Toma del SAT desde el gobierno
El domingo 22 de enero se citó a una manifestación contra el gasolinazo, el lugar era la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a las 5:00 pm, horas después de la programada en Centro de Gobierno y que logró una asistencia cercana a 30 mil ciudadanos.
Desde el primer día ya tenían a una vocera que se identificaba como Verónica de la Mora, la cual informó que desde las seis de la tarde del miércoles 18 de enero llegó la pequeña agrupación, ya contaban con suficientes víveres producto, según dijo, de la enorme simpatía que había causado el movimiento de ciudadanos.
No obstante fueron muy pocos los que se enteraron del bloqueo, incluso los primeros en subir imágenes fueron trabajadores del Gobierno del Estado y personas cercanas al ex diputado panista Gustavo Magallanes.
La realidad fue que desde las mismas instancias del Gobierno del Estado se fraguó la manifestación para aventarle nuevamente la bolita al Gobierno Federal, según narraron varios trabajadores de alto nivel, que fueron “invitados de a huevo” a la manifestación.
“No es de obligación pero te están mandando mensajes, los que sí no se salvan son los que están en el partido”, expuso un trabajador del gobierno estatal.
A la par, trabajadores a las órdenes de Francisco Vega de Lamadrid implementaron una campaña para recordar a sus contactos que el verdadero problema es el gasolinazo y no la corrupción y el mal gobierno del Ejecutivo estatal.
Foto: Cortesía
Curiel
A mediados de enero se reportó que Marco Antonio Curiel, añejo columnista, epigrafista, ligado al periodismo en Mexicali, se quejaba de la mala atención en el Instituto Mexicano del Seguro Social, adonde había ingresado por lesión en un tobillo, e insistía en ver al delegado para reclamarle airadamente. Luego mencionó que acababa de renunciar a La Voz de la Frontera, donde se desempeñaba como epigrafista desde hace varios años. La última conversación fue telefónica, el lunes 16, anunciando que al día siguiente ingresaría de nuevo a la clínica del IMSS. “Te mantendré informado”, advirtió, pero no cumplió su palabra. El fin de semana, su hermana Lilia anunció el deceso del buen Marco Antonio. (Con información de Cristian Torres)
