Mucho ruido y pocas nueces,
lo quieren desaforar
porque se puso a robar,
no una vez, sí muchas veces,
porque son gobernadores
tienen el plato servido
mientras que al pueblo sufrido
lo esquilman depredadores,
gozando lo sustraído
estos malos servidores.
***
El mandil
Que hermoso tu delantal,
que embellece tu cintura,
cual de mármol escultura
de una diosa celestial,
entallado está el mandil
que acrecienta tus encantos,
de carne tus curvos cantos,
tan duros como el marfil,
que yo gozaré entre tanto,
aunque te quite el mandil.
Alberto Torres B.
Tijuana, B.C.