Hedwig es un personajazo que no podría haber salido de otro contexto más que de la Alemania del Este, justo antes de la caída del muro de Berlín.
En la era ochentera del punk rock, el glam rock, el heavy metal y el hard rock surge este joven que, abandonado por el padre, vive con una madre distante y tal vez de ahí parte la búsqueda incesante del amor que se complica por un detalle: es un transexual con una operación fallida que le deja una disfuncional protuberancia de apenas 2.5 centímetros.
Pero ese pequeño trozo de carne no significa mucho para el extravagante vocalista que escapa de la cortina de hierro cuando se casa con un militar norteamericano y ahí empieza su accidentado camino hacia la libertad.
En el camino unos van y otros vienen, pero Yitzhak es, finalmente, el que se queda, una drag queen de pocas palabras, una mujer oculta bajo la ropa de un rocanrolero, que forma parte de The Angry Inch, la banda que encabeza Hedwig.
Euan Morton y Hannah Corneau son los que llevan a cuestas la titánica labor de encarnar estos roles centrales en la puesta en escena de un atípico musical que bajo la dirección de Michael Mayer se presentará en el Teatro Civic hasta el domingo 4 de diciembre, como parte del programa de Broadway San Diego.
Con largos monólogos de Morton llenos de inteligencia y mordacidad, junto a la voz sorprendentemente versátil de Corneau, es imposible perderlos de vista sobre el metalero escenario en el que el grupo da un concierto que resume el trayecto de Hedwig.
Entre pelucas, botas doradas de plataforma, un escandaloso maquillaje, conocemos y poco a poco asimilamos a quien es producto de su tiempo, y vaya tiempos en los que este joven se formó. Por cierto, cualquier similitud con el presente no es ninguna coincidencia.
En el desarrollo de la trama todo se explica y entendemos la trágica búsqueda del protagonista que finalmente le entrega su falsa cabellera a Yitzhak para que ella ocupe su lugar y su genuina identidad. Hedwig seguirá su camino ya sin tanta carga, o eso es lo que se le desea. Vaya jornada que es este musical. Con justa razón se llevó el Tony en 2014, y es ahora Corneau quien describe aún mejor lo que esta obra representa, en entrevista con ZETA.
— ¿Cómo asumes un personaje tan singular como Yitzhak y la compleja relación que tiene con Hedwig?
“Interpretar a un hombre en escena es una nueva tarea para mí, pero es emocionante. En realidad estoy encarnando un alma distinta cada noche. ‘Hedwig and The Angry Inch’ está escrita de una manera tan propositiva y conmovedora. Tengo una música y una historia fantástica con qué trabajar así, es que el personaje de Yitzhak y mi interpretación se da a través de mi exploración de eso. Mi relación con Hedwig es extremadamente complicada. Yitzhak es el esposo de Hedwig, así es que él la ama intensamente. Sin embargo, hay un inmenso resentimiento y dolor dentro de la dinámica que se destaca. Cada noche es verdaderamente una travesía emocional y física”.
— ¿Cuál es la experiencia más valiosa que has tenido al ser parte de este elenco?
“Contar una historia tan importante cada día con un grupo de individuos increíblemente sensibles y talentosos”.
— Has estado involucrado en obras tan populares como “El Violinista en el Tejado”, “Les Miserables”, ¿cómo es para ti trabajar en una obra que musicalmente es completamente diferente a todas las anteriores que has hecho?
“Poder representar una historia a través de un concierto de rock es una experiencia nueva y apasionante. Yo crecí escuchando rocanrol clásico, pop y música folk. Aunque aprecio el canon del teatro musical, yo prefiero estos otros géneros. El poder interpretar canciones de rock en un contexto teatral es muy alucinante”.
— ¿Cómo describirías mejor “Hedwig and The Angry Inch” como una experiencia teatral para el público?
“Es una exploración alentadora y dinámica del espíritu humano”.