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viernes, octubre 4, 2024
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Trump y la rebelión de las masas

¿La población trabajadora norteamericana vive las mejores condiciones (calidad de vida) en el ObamaCare?

El doctor Stephen Bezruchka, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, hizo una correlación para explicar la Esperanza de Vida. Como indicador usó la diferencia entre los sueldos: el primer ministro de Japón gana cuatro veces más de lo que percibe un trabajador común, y en las empresas niponas el director ejecutivo gana 10 veces más que un empleado recién ingresado; en cambio, en Estados Unidos los ejecutivos ganan 475 veces más que un trabajador de base. La conclusión del doctor Bezruchka es que, a mayor desigualdad entre ricos y pobres, peor es la salud de la población; por el contrario, en países con políticas públicas y tasas impositivas que nivelan la distribución de la riqueza y bienestar o donde el Estado garantiza cobertura total en los servicios de salud, la salud de la población es sensiblemente mejor.

Por eso los países que gozan de los mejores índices de Esperanza de Vida y longevos son los más equitativos: Japón, Suecia, Noruega, Suiza, Islandia y Canadá. Estados Unidos, el país con la medicina más sofisticada y cara del mundo, tiene la peor expectativa de vida de las naciones industrializadas.

Esta premisa resume y explica el desenlace electoral de la noche de ayer. El amanecer el 9 de noviembre fue un shock y balde de agua fría. Se equivocaron las encuestas, se subestimó y menospreció las condiciones de desigualdad, frustración, decepción, indignación e ira y caída del nivel de vida de los norteamericanos jodidos, los trabajadores que… también han sido golpeados por los métodos del neoliberalismo y la globalización.

Los demócratas y la clase élite de la política evadieron esa mirada de las mayorías excluidas de su sociedad y le apostaron, tontamente a las formas políticamente incorrectas de un candidato que representó las poderosas razones de los antisistema. Las mismas razones de incrementar el salario mínimo a 15 dólares la hora de Berni Sanders en políticas sociales debatidas con Hillary. Reivindicaciones sociales y educativas que abrazaron millones de jóvenes norteamericanos descobijados en sus esperanzas por la política neoliberal inhumana, antisocial que privilegia la concentración de la riqueza del capital transnacional y poderosa industria militarista.

Las empresas han visto las utilidades crecientes como el resorte de su política estratégica, por ello han despedido a millones (de electores), cerrado sus enormes plantas de todas las ramas industriales y trasladado a países tercermundistas donde se paga una miseria por la mano de obra, se evaden impuestos, se goza de privilegios en infraestructura, recursos naturales, se contamina el medio ambiente y la población sin escrúpulos. Así generan en sus entornos nativos, pueblos desolados que en varios de sus documentales el cineasta Michael Moore.

La visión del estrecho interés neoliberal, aniquila la competitividad social, ambiental, fiscal, y de mercado porque sin empleo, ingreso y estabilidad el consumo interno se desploma y se siembra enojo, violencia, indignación popular e irracionalidad política hasta creerle a un demagogo peligroso como Trump. No se aprendió la misma experiencia de la Alemania de Hitler en 1930.

El modelo neoliberal de maximización de las ganancias, tronó en su propia casa matriz y ahora están pagando las consecuencias de grandes desequilibrios y vacíos que generaron una inmensa e impagable deuda social y moral por los abusos de la especulación, la  economía de casino, y  abuso de creer que todo  reside en el crecimiento del capital financiero y el sometimiento del mundo.

Donde queda en la Ecuación General el medio ambiente, la población como recurso fundamental y los derechos humanos y sociales en educación, salud, un empleo y una vida digna.

Quien vio claramente ese ángulo del Estado Social norteamericano de decadencia, descomposición, desigualdad y pobreza fue un multimillonario ignorante, bravucón, sexista, xenófobo, racista, impulsivo con rasgos neonazis, y relativamente ajeno a la clase política tradicional (en 2008 apoyo la candidatura como senadora de Hillary Clinton), ya que nunca había detentado un puesto de elección popular.

Ondeó demagógicamente la bandera de reivindicar y hacer de nuevo un gran país, copiando la campaña electoral de Vladimir Putin y a contracorriente promete romper los tratados comerciales con Canadá y México (TLCAN) y el Acuerdo Comercial Transpacífico: regresar la riqueza de las empresas, el empleo a regiones devastadas de Estados Unidos y aunque no lo cumpla y haga lo contrario, ya ganó el voto desesperado de 60 millones de jodidos (47.5%). Nuevamente como en 2000, gana más sufragios una Demócrata, pero la Presidencia con Estados Claves el Republicano que sí es un peligro para la Humanidad.

 

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: hrgcuellar@yahoo.com

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Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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