Amy Adams es la película. Y si hay una actriz que puede con tremendo paquete es ella. Seguramente el director Denis Villeneuve lo vio desde un principio y recargó todo el peso de esta historia de Ted Chiang en su protagonista Louise Banks, una lingüista que es llamada por las fuerzas armadas para que establezca una vía de comunicación con una especie alienígena que acaba de invadir el planeta.
Sí, a diferencia de “Sicario” y “Prisoners”, las cintas anteriores de Villeneuve, aquí estamos ante ciencia ficción del más puro calibre, de esa que invita a la gente a reflexionar, a no dejar de pensar en el futuro.
El guion de Eric Heisserer hace eso y mucho más al dejar abiertas posibilidades medulares de esta trama conforme tampoco entendemos por qué los extraterrestres arribaron, qué quieren, y qué puede hacer el género humano ante un problema que no tiene una solución instantánea porque para comunicarse se necesita tiempo. Y tiempo es lo que menos queremos invertir.
De la falta de entendimiento viene la paranoia, la paranoia desata la agresión y de ahí lo que sigue es el caos que Banks, acompañada por un matemático (Jeremy Renner) acertado pero de pocas palabras, pues en sus expresiones sabemos que anticipa el desenlace.
Por cierto, qué trabajo tan excepcional de Renner, sobrio, comprometido ante la gravedad de lo que su personaje soporta y pronostica. Eso es lo que nos intriga en un filme con escenas sumamente bien logradas que poco a poco van construyendo un lenguaje con el que Villeneuve finalmente logra lo que Banks hubiera querido alcanzar: atrapar la atención del otro, evocar sus emociones, sacudirlo y finalmente llegar a un entendimiento. Vaya largometraje, sin duda de lo mejor de 2016 y con todas las posibilidades de sumarse a la lista de clásicos de este género sci-fi. ****
Punto final.- Ya está de vuelta Warren Beatty en la pantalla grande con “Rules Don’t Apply”. A ver qué tal.
