El reglamento interno del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, aprobado en 2001, no fue ratificado en Cabildo y, por lo tanto, pone en riesgo la legalidad de las acciones de la paramunicipal. Francisco Villegas, quien inicia su segundo periodo al frente del organismo, reconoce que hace falta “darle certeza legal y jurídica” a COTUCO y entre sus planes para el siguiente año, está cambiar de nombre al Comité y prolongar la presidencia a dos años
A un año de estar al frente del Comité de Turismo y Convenciones (COTUCO) de Tijuana, su titular Francisco Villegas rompió relaciones con Miguel Ángel Badiola, quien mantenía control en la paramunicipal a través del restaurantero.
El divorcio no fue de a gratis. Meses antes de la elección del 13 de octubre de este año, Badiola colocó a Gerardo Alcalá como secretario del Comité, dentro de la mesa directiva que el propio Francisco Villegas presidía.
Ya que Villegas tomó la titularidad del Comité tras la renuncia de Badiola, sería su primera elección como presidente. Se veía solo en la contienda.
Sin embargo, una semana antes de la asamblea que elegiría a la nueva mesa directiva, Alcalá se registró como candidato por instrucciones de Badiola, quien hoy preside la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) Tijuana-Tecate.
Solamente 20 de los casi 40 consejeros pudieron ejercer su voto porque cumplían con más del 50 por ciento de asistencias a las sesiones durante un año. De ellos, 16 votaron a favor de Villegas, dos en contra y dos se abstuvieron.
Esto significó el triunfo de Villegas, quien llegó precisamente a la presidencia del organismo por maniobra de Badiola, en noviembre de 2015.
Dos semanas antes de que el publirrelacionista de Grupo Caliente presentara su renuncia a la presidencia de COTUCO, a causa de sus declaraciones a favor de la campaña “Tijuana Coqueta” para promover el turismo sexual, Villegas pasó de tesorero a vicepresidente.
Esto le garantizó la presidencia de la paramunicipal, ya que de acuerdo al reglamento del organismo, en caso de renuncia del presidente, el vicepresidente asume la titularidad.
“Entré en condiciones adversas por la renuncia de Miguel Ángel, porque no me querían aquí como vicepresidente. Sin embargo, recibimos todo el apoyo del alcalde”, admite Francisco Villegas desde su recién remodelada oficina.
En la esquina de su escritorio, hay una pequeña figura, emulando una figura de acción que porta un traje sastre, hecha a semejanza del presidente del Comité.
Muchos tijuanenses conocieron a quien los representa en el rubro turístico tras la muerte del cantante Juan Gabriel, hace dos meses. Ese día, Badiola y Villegas, entrelazados de brazos, caminaron al frente de la procesión de decenas de personas, quienes recorrieron la Avenida Revolución hasta llegar a la estrella del artista.
Una vez ahí, portando una camiseta con el logo de COTUCO, Villegas, en estado alcoholizado, dijo desde el micrófono sentirse agradecido con el “cabrón que le ha escribido (sic) a México, a todo el mundo”. Luego, en referencia a Badiola y a él, respectivamente, se autonombró “El dúo dinámico… Batman y Robin”.
A dos meses del célebre momento, Villegas se atreve a criticar las acciones del anterior presidente. Se refiere a las formas en que Badiola reestructuró al Comité y expulsó a consejeros de instancias como COPARMEX, CECUT, Aduana y los Comerciantes de la Revolución.
“Dejó fuera a muchos consejeros fundadores, pero los dejó en el aire porque no se hizo una extraordinaria, sino hizo una reunión de consejo. Se hizo una reestructuración, pero no se hizo correcta, tanto las empresas que metió él como los que había dejado fuera”.
Sin embargo, no es la única irregularidad en las formas de operación de COTUCO.
Un organismo demasiado autónomo
El COTUCO es una paramunicipal del Ayuntamiento de Tijuana, creada en 1966 para promover la ciudad a través de programas que fomenten el turismo.
Para el ejercicio fiscal 2016, el Ayuntamiento de Tijuana aprobó un presupuesto de 8 millones 531 mil 400 pesos para el Comité. De éstos, 210 mil consisten en ingresos propios por conceptos como ventas de camisetas, guías turísticas y otras tarjetas de promociones. El resto del recurso, proviene de fondos públicos municipales.
A esto hay que sumarle algunos apoyos adicionales que COTUCO recibe del Gobierno del Estado de Baja California, del Fideicomiso Empresarial del Estado de Baja California (FIDEM). En total, la paramunicipal ha ejercido en 2016 un presupuesto de casi 12 millones de pesos.
Además de la mesa directiva conformada por el presidente, vicepresidente, secretario y tesorero, 34 consejeros participan en el organismo. Éstos en calidad de vitalicios, propietarios y consejerías. Ninguno recibe un salario por su trabajo.
En cambio, sí se tienen presupuestadas 15 plazas administrativas y seis aportaciones para prestadores de servicio social.
Si bien, el reglamento para el funcionamiento de COTUCO data de 1966, éste ha pasado por diversas adecuaciones. Por ejemplo, el 22 de febrero de 2001, se aprobó el reglamento interno, éste fue protocolizado ante notario público, pero nunca se presentó en Cabildo para su ratificación.
De acuerdo con un análisis jurídico, realizado por expertos legales, esto implica una posibilidad de nulidad, ya que no se encuentra publicado en el Periódico Oficial del Estado y, como consecuencia de ello, dicho reglamento no es vigente, no se puede aplicar y cualquier disposición que se haya tomado con fundamento en el mismo “es nula”, opinaron en una consulta externa.
Ya que el reglamento para las paramunicipales de Tijuana sí está aprobado por acuerdo de Cabildo y publicado en el Periódico Oficial del Estado, el 19 de diciembre de 2003, sí se considera vigente.
Precisamente esta laguna jurídica, opinaron abogados, puede prestarse para que quien preside COTUCO, se ampare en el reglamento interno para abarcar más funciones de las contempladas en un origen y que no han sido propiamente aprobadas por Cabildo, contraviniendo así a los principios de una paramunicipal.
— Ya que COTUCO es una paramunicipal, su reglamento en sí tiene que ser aprobado por el Consejo y el de 2001 nunca se subió para su aprobación. ¿Han visto este tema sobre la regularización del reglamento para que tenga efectos legales plenos?
“No, precisamente la asamblea del próximo año es porque queremos darle certeza legal y jurídica a COTUCO para que el reglamento que sea votado y los estatutos sean ratificados por el pleno del Cabildo”.
— Entonces, ¿le preocupa hasta cierto punto que esta falta de ratificación de Cabildo, afecte la operatividad de COTUCO?
“Para nada, porque la asamblea extraordinaria es la que nos marca todos los cambios. Está protocolizada por el licenciado Gabriel Moreno, con copia para el Ayuntamiento, a Sindicatura y a Oficialía Mayor, porque dimos de baja todos los muebles que teníamos con la remodelación y estamos por entregárselos”.
Francisco Villegas se refiere a la asamblea extraordinaria celebrada el 20 de julio de 2016. Entre los cambios que realizó ese día, destacó la adhesión de la figura de consejeros vitalicios, quienes a diferencia del resto de los consejeros, no requieren contar con una carta de representación de algún organismo.
Ya que la paramunicipal se formó para promover la ciudad a través de organismos u asociaciones, cada uno de éstos nombra a un consejero propietario y otro suplente para que asistan a las sesiones mensuales y a las asambleas ordinarias y extraordinarias. Cada uno tiene voz y voto en estas reuniones.
Algunos de estos organismos son la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), el Consejo de Desarrollo de Tijuana (CDT), la CANIRAC o por ejemplo, el Clúster Médico, Dental y Hospitalario.
Por otra parte, están las consejerías, representadas por empresas, a su vez, clasificadas en grupos especializados como centros comerciales, mercados populares y aerolíneas. Ellos tienen voz, pero no voto para no permitir su injerencia en el patrimonio de cultura.
A pesar de que así lo explica el propio Villegas, al revisar a los integrantes del consejo 2015-2016, Miguel Ángel Badiola aparece como consejero por representación del Hipódromo Agua Caliente.
Esto a pesar de que por tratarse de una empresa, debería ocupar un lugar en las consejerías junto con otras compañías como Aerolíneas Volaris, Vinícolas L.A. Cetto y Agrupación Plaza Río, que sí aparecen en esa categoría.
Por otra parte, solamente hay dos consejeros vitalicios: Raquel Stabinsky y Mariano Escobedo. Los requisitos para calificar en esta figura es tener por lo menos 25 años “trabajando directamente en el COTUCO”, explica Villegas.
— ¿Cuál fue el objetivo de integrar esta nueva figura de consejero vitalicio?
“Porque cada año batallaban para que alguien les diera una carta para estar en el Consejo. Por ejemplo, Raquel Stabinsky ya no tenía representación en algún organismo porque se la daban a alguien más, andaba preguntando ‘dame una carta en COTUCO para ahí estar’. Entonces al ser vitalicio, ya no necesitas la representación de ningún organismo. Ellos como persona tienen la representación y tienen voz y voto”.
Más cambios
Durante la entrevista, Francisco Villegas comparte que en marzo de 2017 convocará a una asamblea extraordinaria “para hacer cambios en el reglamento y en los estatutos del Comité, ya que son muy antiguos”.
Adelanta que para postularse como candidato a la presidencia del organismo de turismo y convenciones, se exigirá un mínimo de tres años dentro del Comité. Lo dice expresamente para evitar casos como el de Gerardo Alcalá, quien a meses de haber ingresado, intentó colocarse en la presidencia.
También propondrá cambiar el nombre de COTUCO por el de Oficina de Convenciones y Visitantes, nombre que se ha adoptado en el resto del país, a excepción de Tijuana, Mexicali y Rosarito.
Además, se establecerá un límite de 30 consejeros, ya que el titular del Comité considera “no necesitamos más, pero sí que participen directa o indirectamente con el sector turístico”.
Por último, Villegas propone que el periodo del preside pase de un año a dos años, pero sin opción de reelección como actualmente se establece en el reglamento.
De aprobarse este último cambio, el restaurantero que heredó negocios de su padre en la Plaza Santa Cecilia tendría opción a reelegirse por un periodo dos años y, de ser así, llegaría a permanecer cuatro años al frente del Comité de Turismo y Convenciones.