Benjamín Serment Rosique, hijo y presunto asesino de sus padres, el cineasta Juan Salvador León Serment Guerrero y de la productora cinematográfica María Adriana Rosique Manjarrez, afirmó que él no los asesinó: “Yo niego ser el autor intelectual de las muertes […] Yo soy inocente”, indicó sobre los homicidios ocurridos el 27 de agosto y el 19 de septiembre pasados.
El joven de 22 años de edad aseguró que nunca pensó en matar a sus progenitores, pues la relación con ellos “no era mala, aunque sí tenían problemas”. Según la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX), él y su novia Pamela Soto Miranda, fueron los autores intelectuales del crimen.
Además, el hijo de los cineastas, que está vinculado a proceso penal, negó que haya pagado a una pareja de expolicías -Alejandro Domínguez y Sarahí Navarrete- para matar a sus padres con dos motivos: cobrar un seguro de vida y por resentimiento del joven, tal como informó la procuraduría capitalina.
“No le voy a mentir, teníamos problemas como todo padre e hijo. Discutíamos de vez en cuando”, dijo el joven entrevista en el reclusorio norte de la Ciudad de México, entrevistado por el periodista Joaquín López-Dóriga, para el programa ‘Chapultepec 18’.
El presunto asesino aseguró que sus padres eran “personas difíciles”, a las que les costaba mucho expresar lo que sentían, por lo que él comenzó a ir a terapia para mejorar su relación. Según el joven, nunca pensó en matar a sus padres, sino solo no verlos nunca más y hacer su vida independiente.
“Lo más que llegué a hacer es me quiero desaparecer, quiero hacer mi vida y no volver a tener contacto con ellos”, dijo uno de los dos presuntos autores intelectuales del crimen. “Yo mis problemas los quería solucionar a través del diálogo y del mutuo acuerdo utilizando terapias”, señaló.
Sobre el presunto asalto en el que murió su padre, Benjamín negó que no hiciera nada para defenderlo, y aseguró que confió que el cineasta “actuara de manera pacífica que siguiera órdenes y que no pasara nada”.
Dijo que cuando se dio cuenta que los agresores golpeaban a su padre, y que a él lo tenían encañonado, tirado sobre el suelo, lo único que pensó fue: “mantén tu vida, mantente seguro, no hagas estupideces”.
“Mi primera intención era salir corriendo pidiendo ayuda, pero sabía que mi padre me necesitaba ahí, necesitaba saber que estuviera vivo […] le pregunté qué necesitaba. Me dijo que estaba muy mal, que pidiera ayuda y pues eso fue lo que hice. Pedí ayuda a quien pudiera pedir ayuda y me quedé a su lado”, relató en la entrevista.
A pregunta expresa de López-Dóriga sobre si alguna vez le dijo a sus padres que no los quería o si ellos le dijeron que no lo querían, confesó que en un momento “explosivo” le dijo a sus padres que no los quería ver y que quería hacer su vida aparte.
En la entrevista, Serment Rosique reconoció que sí conoce a Alejandro Domínguez Hernández, uno de los expolicías, presunto autor material del crimen. “Pero muy brevemente, jamás lo llegué a conocer a profundidad”, ya que sus novias eran amigas, dijo.
Aseguró que ambos asesinos materiales sólo los conoció de manera ocasional, durante una fiesta infantil, ya que los expolicías eran cercanos a su pareja sentimental. También descartó haber pagado 200 mil pesos a los autores materiales del homicidio.
“Niego haber pagado esos 200 mil pesos para su muerte, no solo porque no lo quería hacer, sino porque no lo quería hacer, sino porque yo no estuve tras el dinero, yo jamás quise una herencia, o algo por el estilo”, enfatizó el joven estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, las investigaciones revelan que la novia del hijo de los cineastas “era una persona manipuladora y que incluso trataba de manera agresiva y prepotente a sus suegros”. Por ello María Adriana Rosique Manjarrez temía por su vida, tal como se lo dijo antes de morir, a una persona con la que mantenía amistad.
Tras la muerte de su esposo Juan Salvador Serment, la madre del presunto asesino temía por su vida, incluso declaró ante el Ministerio Público que se tuvo que mudar a la casa de una de sus hermanas, pues sospechaba que su hijo y su nuera eran los responsables del homicidio.
En un principio, tras el doble homicidio, las investigaciones de la Procuraduría capitalina apuntaban a la muerte del cineasta como resultado de un presunto robo y que su esposa se habría suicidado.
Sin embargo, la investigación dio un giro al señalar que el hijo del cineasta fue quien planeó el supuesto asalto y que también dejó la puerta abierta para que los homicidas pudieran pasar a asesinar a Rosique.
“Yo salí, cerré la puerta. No me aseguré de que estuviera cerrada”, dijo Benjamín Serment cuando se le preguntó si era verdad que había dejado la puerta abierta de la casa de su madre para que los homicidas pudieran pasar y simular que se había suicidado colgándose.
Ahora, tanto el joven, como su novia, y los dos últimos los presuntos autores materiales del asesinato, serán procesados por un juez por el delito de homicidio en pandilla.
Juan Salvador León Serment Guerrero era egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), y durante su carrera profesional dirigió las películas ‘El efecto Tequila’ y ‘Kada Kien su Karma’, además de algunos cortometrajes. Asociado con su exesposa, era dueño de la casa productora Taller de Luz. Su trabajo también fue reconocido como documentalista.
Inició en 1996 con la dirección del cortometraje ‘Proporciones humanas, dimensiones divinas’. Le siguieron producciones como ‘Virgen de Guadalupe, entre la fe y la razón’ (2002), ‘Maquío: La fuerza de un ideal’ (2003) y ‘El afán educativo’ (2012).