La invitación y visita del candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos a México, fue rechazada por el 85 por ciento de los mexicanos. Fragmentó la vapuleada imagen pública de su anfitrión, el Presidente Enrique Peña Nieto, cuya salud mental, capacidad cognitiva y habilidades políticas fueron estrictamente diagnosticadas. El debate público cerró ocho días después con la salida del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y la mejora en los números electorales de Donald Trump
El candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, se anotó la salida del ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso -brazo derecho del Presidente de México, Enrique Peña Nieto- como una victoria a su favor, como “todo un éxito”.
Videgaray fue para la opinión pública, el artífice del cuestionado encuentro entre el candidato estadounidense y el Presidente Peña, aunque él no lo reconoció. Vía comunicado, lo más que admitió fue que participó y dio su opinión favorable a la decisión. Y eso fue “la gotota que derramó el vaso”, dijo en una entrevista el analista político Javier Tello, tras la renuncia del ex funcionario a su cargo como poderoso secretario de Hacienda.
Tello enfatizó que con la renuncia de Videgaray, el mandatario nacional “se cortó el brazo derecho”, ya que el ex funcionario “era más que el secretario de Hacienda, era más que un vicepresidente; era un amigo del Presidente y su cómplice político”. Pero cometió un error con la organización de la visita de Trump a México: así lo considera el 85 por ciento de los mexicanos, según una encuesta del diario Reforma.
La que pasó, fue una muy larga semana de cuestionamientos públicos y discrepancias en el gabinete federal por el papel político de Luis Videgaray en la organización de la visita de Trump a Los Pinos, que culminó con la salida de un hombre “que sirvió a la nación”, del colaborador “leal” de Peña, tal como lo calificó el Presidente.
Ambos, Peña y Videgaray, sufrieron cuestionamientos por corrupción. Al Ejecutivo por el asunto de la “Casa Blanca”, también salió a relucir otro conflicto de intereses del secretario de Hacienda, cuyo titular habría recibido un crédito de Grupo Higa para financiar una propiedad en Malinalco. Sin embargo, el ex funcionario fue exonerado por la Secretaría de la Función Pública (SFP), al igual que el Presidente.
Las escenas del anuncio de Peña sobre la renuncia de Videgaray son muy ilustradoras. Cuando el Presidente subrayó, visiblemente afectado, su agradecimiento, Videgaray asintió brevemente con la cabeza y apenas sonrió. Después recibió un fuerte abrazo y unas duras palmadas en la espalda baja por parte de Peña Nieto.
Por otro lado, el Presidente apuntaló a José Antonio Meade, ahora titular de la SHCP y a Miguel Ángel Osorio Chong, a quien ratificó como titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y quien durante el relevo permaneció sobrio y tranquilo. Este último era, según los politólogos, el rival más fuerte dentro del gabinete legal y ampliado para ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2018.
Sin embargo, si se trata de currículum, Meade Kuribreña es el que se muestra más fuerte. Es el funcionario que ha ocupado el mayor número de secretarías en diferentes sexenios en la historia de México. Ha sido secretario en cuatro ocasiones, y la quinta, es su regreso a Hacienda. Ya supera, incluso, al fundador del PRI, Plutarco Elías Calles, quien fue titular de Hacienda, Guerra y Gobernación.
Adicionalmente, Meade es un nexo entre el PRI y el Partido Acción Nacional (PAN). Fue titular de la Secretaría de Energía en 2011 con Felipe Calderón y secretario de Hacienda del panista de septiembre de 2011 a noviembre de 2012. A partir de diciembre de 2012 a agosto de 2015, ya con Peña, ocupó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y desde septiembre de 2015 hasta el martes 6 de septiembre, ocupó la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
El anuncio de los cambios en el gabinete se dio en el salón “Adolfo López Mateos” de Los Pinos, el mismo escenario donde, el 31 de agosto, Peña dio un mensaje junto al magnate estadounidense, tras su reunión privada con Donald Trump. El resultado de ese encuentro fue “desastroso”, tal como coinciden analistas y diversos liderazgos que se pronunciaron al respecto en todos los medios disponibles.
Los estragos hicieron olas en la de por sí ya muy apabullada popularidad del Presidente Peña. Algunos, incluso, se atrevieron a decir que la reunión de Peña con el “enemigo” de México fue “una traición a la Patria”. Uno de ellos fue el siempre objetivo Jesús Silva-Herzog Márquez, columnista del diario de circulación nacional Reforma, quien también calificó al mandatario de “estúpido”.
La fractura en el gabinete es evidente, dijo el periodista de Proceso, Jenaro Villamil, en un análisis. Con Videgaray se fueron el subsecretario Fernando Aportela y el titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez. Ambos ex funcionarios que los analistas consideraban de lo “más eficiente” en el Gobierno Federal.
El Presidente, acorralado por sus rivales políticos y hasta porque quienes antes lo aplaudieron o alabaron, tuvo que salir a justificarse, al afirmar que hay decisiones de gobierno “que a veces no se terminan de entender”. Sin embargo, dijo, asume plenamente su responsabilidad sobre las mismas.
“Las decisiones en el orden político a veces también están sujetas a enorme polémica, pero me sostengo en lo que siempre he dicho, solo las he tomado pensando en México y en el futuro que tendrá”, expresó.
“Y quizá hoy no se terminen de entender, pero estoy seguro que llegará el momento que se comprenda el por qué de cada decisión tomada, soy el primero en asumir plenamente mi responsabilidad, soy quien asume las decisiones plenamente consciente del por qué y para qué las he tomado”, acotó Peña.
Al Presidente parecieron calarle las frases que el periodista Carlos Marín, director editorial de Milenio, le espetó durante una entrevista de Peña Nieto con dicho medio: “Este miserable se vomitó en su casa (…) Trump vino a chamaquearlo (…) No representó los intereses de la Nación”.
“Es consecuencia de ese escándalo, el sacrificado fue Luis Videgaray, pero es muy extraño que se lleven a cabo estos cambios un día antes de que se presente el paquete económico a la Cámara de Diputados”, consideró, por su parte, Miguel Barbosa, coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado.
Siempre crítico, el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y dos veces ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, indicó que el Presidente actuó presionado por factores externos. “Este error ahora lo está queriendo enmendar haciendo los cambios. Seguramente a los del Partido Demócrata no les gustó y lo presionan”, expresó el tabasqueño, refiriéndose a la candidata Hillary Clinton.
Ella había rechazado la invitación del Presidente Peña para visitar México antes de la elección de noviembre: “No. Me voy a continuar enfocando en lo que estamos haciendo para crear empleos en casa, y lo que estamos haciendo para asegurar que los estadounidenses tengan mejores oportunidades posibles en el futuro”, declaró Clinton.
La semana pasada, la Presidencia de México confirmó que había extendido dos invitaciones a los dos candidatos presidenciales de Estados Unidos desde finales de agosto, a lo que Trump contestó aceptando de inmediato.
Clinton criticó a su rival republicano por causar un “incidente diplomático”, con la polémica sobre si habría tratado el costo de un muro fronterizo con México durante su reunión privada con Peña Nieto. “No supo siquiera la manera de comunicarse efectivamente con un jefe de Estado, y pienso que es muy claro el resultado de este viaje”, aseguró.
Otros críticos fueron antiguos aliados políticos, como el ex Presidente Vicente Fox, quien apoyó a Peña en la elección presidencial de 2012, incluso, sobre el partido Acción Nacional,
que en su momento lo llevó al poder. “Que Peña nos recupere el honor, que baje del pedestal a ese baboso de Trump, que le quite esa investidura de estadista que vino a conseguir aquí en México”, aseveró el originario de Guanajuato.
Al parecer el efecto de su visita a México fue muy positivo para Trump. En una reciente encuesta nacional, la de CNN, publicada a solo seis días de su reunión con Peña, el magnate llevaba a su rival demócrata una ventaja de 2 puntos entre los votantes probables, al tener 45% del apoyo contra el 43% de Clinton.
“Si lo hice fenomenal o no, eso ya luego lo dirán. (Ha) Sido un éxito tremendo para mí. ¿Tú sabes que virtualmente todos, incluyendo mis más grandes críticos, han dicho que cuando fui a México fue un éxito tremendo?”, dijo Trump durante una entrevista anterior a la renuncia de Videgaray.
“Y si uno ve lo que ocurrió, si uno ve el desenlace hoy, donde las personas que arreglaron el viaje en México han sido sacadas del gobierno, ¡así fue lo bien que nos fue! Y eso es lo que vamos a tener que hacer, Matt”, añadió Trump, refiriéndose de forma posterior a la renuncia del ex titular de Hacienda mexicano.
La prensa de EU coincidió: “No se ofreció ninguna razón para justificar la salida de Luis Videgaray”, consignó el diario The Washington Post. Por su parte, The New York Times, destacó que la renuncia de Videgaray se produce solo una semana después de la reunión entre Peña Nieto y Donald Trump. “Ese encuentro generó una gran consternación y despertó la ira entre los mexicanos, además de dividir el gabinete del presidente mexicano”, aseguró el diario neoyorkino.
“Al secretario Videgaray, el tiempo le hará justicia por la gran visión de Estado que ha tenido, entiendo que el secretario toma esta decisión como una medida de apoyar al señor Presidente en momentos difíciles, y es un sacrificio y lo valoramos”, salió en defensa de Peña Nieto el priista Jorge Estefan Chidiac, secretario de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
Y es que al titular del Ejecutivo federal le quedan pocos aliados, y a dos años de que finalice su sexenio, el panorama político se ve muy complicado para él. Hay desde quienes piden su renuncia, hasta quienes lo acusan de estar enfermo de esquizofrenia paranoide, tal como escribió en el semanario Proceso, el doctor en Derecho e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ernesto Villanueva.
“Algunos elementos”, indica Villanueva, “podrían arrojar que el presidente sufre de esquizofrenia paranoide”, enfermedad del sistema nervioso central caracterizado por “distorsiones fundamentales de la percepción, el pensamiento y las emociones”, abundó el también articulista de Aristegui Noticias.
La buena salud mental debe ser legalmente considerada “imprescindible para acceder a cargos de representación pública” y Peña Nieto, “al parecer, se encuentra incapacitado para gobernar”, concluye el también investigador de la prestigiosa Universidad Rice de Estados Unidos.