De los 336 millones de pesos destinados este año para Becas Progreso –presupuesto base para el sostenimiento de las escuelas, ahora en extinción– solo se han liberado 71 millones debido a un cambio en la estrategia de entrega, lo que ha provocado confusión y especulaciones. Mientras, recurren a créditos, a las ganancias de las tienditas escolares y apoyo de padres de familia
Arrancó el ciclo escolar 2016-17, y en las más de 3 mil escuelas de educación básica de Baja California, siguen esperando el apoyo económico conocido como Beca Progreso, parte de un fideicomiso en extinción que será cambiado por un programa del Instituto de Servicios Educativos y Pedagógicos (ISEP) con recursos federales, del cual a la fecha tampoco se ha entregado un solo peso.
La importancia de Beca Progreso es tal que llegó a sustituir –con un presupuesto anual para el estado de 340 millones de pesos– lo que los padres de familia pagaban por cuotas escolares. Al decretarse la prohibición de éstas, el gobierno estatal, encabezado entonces por Guadalupe Osuna, implementó el fideicomiso.
A finales del pasado ciclo escolar sobraron quejas por el evidente retraso de la entrega de ese apoyo económico. En mayo de este año los planteles tenían cerca de diez meses sin recibirlo y en junio –de un monto total de 342 millones de pesos– el gobierno estatal solo entregó 70 millones. Dos semanas antes el secretario de Educación en la entidad, Mario Herrera Zárate, dijo que se había revisado el mecanismo de entrega, detectando que era “muy rígido y creaba problemas a las propias escuelas”, adelantando que se transformaría el fideicomiso y se trasladarían esos recursos a la ISEP. La idea central es que ya no se entregaría dinero en efectivo sino apoyo en especie.
Pero llegó este nuevo ciclo escolar y en las escuelas no vieron ni uno de los dos apoyos.
Insumos como material de limpieza, papel sanitario, agua de garrafón, papelería y mantenimiento de equipo de aire acondicionado siguen pendientes, y así las 3 mil 232 escuelas de Baja California tuvieron que iniciar clases.
“Seguimos pidiendo prestado, fiado y echando mano del dinero aportado por la cooperativa”, expone una maestra se la secundaria 107 que hace funciones de directora dado que se quedaron sin directivos, y no han sido reemplazados.
Igual en el jardín de niños “Carlos Rubio Parra”, en la colonia Almitos, donde la directora tiene apenas una semana en el puesto y su principal actividad –hasta el momento– ha sido llenar formatos administrativos para comprobar gastos del ciclo pasado relativos a la última ministración de la Beca Progreso.
En otra secundaria de la zona Oriente de Mexicali planearon celebrar una asamblea con padres de familia para pedirles que apoyen económicamente al plantel. Mientras, desde la dirección idearon un práctico mecanismo: si alguien pide cambio de turno le solicitan a cambio una resma de hojas, igual a los padres de alumnos reprobados.
Desde el Sistema Educativo Estatal (SEE) aseguran que el nuevo procedimiento estaría operando en los próximos días –sin aclarar fecha-, pero ya no como fideicomiso sino como Programa del ISEP con recursos federales, además distribuido en dos vertientes: una de proyectos de apoyo a la infraestructura con pago del SEE directo a proveedores y la otra para insumos depositado en tarjeta de débito a los directivos –que deben llenar un riguroso formato- pero además sujeto a que hayan comprobado el gasto completo de la última ministración de Beca Progreso.
Pero de acuerdo a datos oficiales, esa comprobación solo la han completado cerca del 66 por ciento de los planteles. Otro dato: En este 2016 se destinaron 342 millones para Beca Progreso, pero a la fecha solo se entregaron 71, lo que implica que hasta agosto –a dos meses de concluir el año fiscal- cerca de 270 millones de pesos no han sido utilizados, y por consecuencia no pueden comprobarse. Es decir, aun cuando esté listo el recurso del nuevo esquema los directivos no podrían utilizarlo.
ATORADOS
“No tenemos dinero, asumí el cargo aquí en esta escuela y lo que se ha gastado hasta el día de hoy ha salido de mi bolsa”, asegura la directora del preescolar “Carlos Rubio”, Wendy Parra. Se refiere al gasto por material, y al que viene porque se les acaba de “tronar” una refrigeración del comedor.
“Esto no se puede detener hay cosas que uno tiene que solventar y los tiempos no son los tiempos de Beca Progreso”, expone la directora, que además comenta que al inicio del ciclo escolar había 18 ventanas de vidrio rotas, a lo que calcularon un costo de 8 mil pesos.
En otra escuela, la Secundaria 27 Estatal –ubicada en la colonia Independencia de Mexicali– cuentan con 333 alumnos en el turno matutino. “Ahorita estoy trabajando con el cierre de Beca Progreso, después dicen que van a trabajar con una tarjeta”, expone la maestra Elisa Ruiz, quien hace funciones de directora.
Las cuentas las hace por los últimos 34 mil 900 pesos que les fueron depositados el 1 de junio, pero de acuerdo a sus cálculos anualmente les corresponderían cerca de 120 mil pesos.
“Ahorita estamos sobreviviendo de lo que nos presten” y con lo que sacan de la cooperativa escolar, expone.
De acuerdo al director de la Secundaria Estatal número 22 de Mexicali, Antonio Martínez, lo que les han adelantado es que ahora se van a administrar sus recursos con una tarjeta bancaria. El procedimiento incluye hacer un presupuesto de la obra y en caso de autorización desde el sistema educativo, enviarán un técnico y posteriormente el material necesitado.
Refiere que en esa escuela –con cerca de 900 alumnos– les correspondía de Beca Progreso cerca de 378 mil pesos anuales, pero solo les entregaron 80 mil pesos en marzo pasado, gastos que ya justificaron.
Para otras necesidades, como mantenimiento de la refrigeración y obras de la escuela, se han endeudado con empresas y trabajadores de obra, cuentas que saldarán con el apoyo de los padres. A ellos, también les solicitan aportar material de limpieza y de papelería.
“Todos están cooperando, sobre todo los que reprobaron exámenes”, comenta el director escolar. También adelanta que se han programado una serie de viajes escolares para sacar fondos. Pero además menciona lo burocrático que significará el cambio. “Antes para cambiar un termostato lo tenían listo en una hora, ahora hay que hacer oficio para todo”.
Librada Morales es la directora de la escuela Secundaria 18 Magisterio –con 820 alumnos en dos turnos–, donde por concepto de Beca Progreso les tocan 344 mil pesos por año, pero en este 2016 solo les ha entregado 90 mil pesos hasta junio, todo ya invertido en el mantenimiento de las refrigeraciones
“No nos han citado para decirnos cómo va a ser el procedimiento (con el nuevo método de repartición de recurso), no sabemos cómo se va a trabajar”, expone, y quien menciona que uno de los principales problemas es la infraestructura del plantel, dañada con el sismo de abril del 2010.
ESTRATEGIA POR AHORRO: SEE
“La disposición es cumplir con lo que se tenía programado para este ejercicio en cada una de las escuelas”, asegura el Subsecretario de Planeación y Administración del SEE, Luis Armando Carrasco Moreno.
El funcionario expone que como se está en la coyuntura del ingreso a clases, hay sustituciones de directivos, lo que implica la necesidad de actualizar la plantilla para poder abrir las cuentas donde se les harán los depósitos.
Carrasco Moreno refiere que el Fideicomiso de Beca Progreso no ha desaparecido y que la última transferencia realizada fue en junio pasado, por cerca de 71 millones de pesos, cifra que aún está en proceso de comprobación por las escuelas. Ése ha sido el único depósito en este año 2016.
Comenta que la cifra de Beca Progreso destinada para este año fue de 336 millones de pesos y el resto –quitándole los 71 ya dispuestos– de 265 millones será absorbido por ISEP.
Explica que ahora, el presupuesto estará dividido en dos conceptos principales. Una parte –mantenimiento– va a ser atendida directamente por el área de normatividad en conjunto con los directores de escuela.
“Va a ir una persona que va a ser subcontratada, como le hacían los directores y con base a los requerimientos que ya nos ha hecho llegar las mismas escuelas y un estudio de análisis que realizó el área de Normatividad donde indican las principales necesidades, se va a llenar un reporte y con esas necesidades se va a cotizar, validar por directores, padres y Normatividad del SEE y se van a realizar los mantenimientos”.
La otra parte son los insumos –papelería, limpieza, agua–, para los que se enviará el recurso revolvente a cuentas de los directivos, para que hagan directamente las adquisiciones de material.
Al preguntar el porqué del cambio, Carrasco Moreno refiere: “El Fideicomiso (Beca Progreso) es recurso estatal 100 por ciento. El recurso que nos está llegando y de acuerdo a las gestiones que estamos haciendo con México es precisamente para mantenimiento de escuelas. Es recurso FONE (Fondo Nacional para la Educación, federal) y es con el que contamos”.
“Sí contamos con ese recurso, podemos darle un mejor uso al recurso estatal, porque ahorita hay muchas necesidades, como el tema de pensiones jubilaciones, nóminas e interinatos por liberados. El recurso estatal tenemos que buscarle forma de optimizarlo”.
En cuanto a los tiempos de entrega de recurso, explica que en el tema de mantenimiento ya fue iniciado en las escuelas, atendiendo primero las emergencias –como el robo de cables o aparatos de refrigeración descompuestos–, y a la par se ha solicitado la información de los directivos para empezar a hacer las transferencias.
“Una vez que ya tengamos la gran parte de los directivos en las 3 mil 232 escuelas, vamos a ir haciendo las transferencias, esperemos que no pase de la próxima semana (dijo hace una semana, y la situación es la misma) cuando ya tengamos todos los datos adonde les podremos transferir”.
Comenta además que falta un porcentaje de escuelas por comprobar gastos de lo ejercido por Beca Progreso –cerca del 66 por ciento lo han hecho– el cual queda facturado a nombre del Gobierno del Estado de Baja California. El otro recurso será facturado a nombre de ISEP.
“No nos podemos detener en las escuelas que no hayan terminado de comprobar, tenemos que empezar a asignar en las escuelas que ya comprobaron”, explica el funcionario.
—Y a los que no han comprobado ¿no les van a entregar los nuevos recursos?, se le pregunta al funcionario y responde:
“Así es, se les va a tener que detener el recurso, que los íbamos a dar por ISEP, hasta que no terminen de comprobar el recurso anterior”, dice en relación a ese 34 por ciento faltante que significan mil 080 escuelas en Baja California.