La protesta social se multiplica contra lo que consideran un peligroso proyecto para Mexicali, y cada vez parecen sumarse más ciudadanos al rechazo, a la par que desde la empresa insisten en las bondades de lo que caracterizan como el proyecto de una moderna ciudad industrial sustentable en 14 mil hectáreas al suroeste del municipio. “No hay que irnos con la finta de que ya está autorizado”, advierte SEMARNAT
En documentos, EcoZone.MX es el proyecto de Viz Resource Management, S.A. de C.V. para crear una Ciudad Industrial Verde sobre 14.7 hectáreas al suroeste de Mexicali, sobre las faldas de la sierra Cucapah, para desarrollar obras y actividades de generación de energía fotovoltaica, aprovechamiento de residuos peligrosos, extracción de materiales pétreos, de conservación forestal; así como un centro de educación, zonas habitacionales, de servicios y comerciales.
Los inversionistas de EcoZone hablan de la creación de un parque industrial sustentable, moderno.
Quienes se oponen, acusan un proyecto de alta peligrosidad para los mexicalenses, un basurero de residuos tóxicos, en una zona inadecuada, que en caso de sismos y filtraciones, la toxicidad afectaría la zona urbana de Mexicali. Incluso denuncian que pone en peligro el agua que llega hasta las lagunas de almacenamiento, que a su vez distribuyen el líquido a Tijuana y Tecate.
Y recuerdan que los promotores del proyecto, la familia Vizcarra, son los dueños de la planta SuKarne, con antecedentes de contaminación que muestran la indolencia del grupo en términos de cuidados medioambientales.
En lo que coinciden ambos lados es en reconocer que en México, solo el 26 por ciento de residuos peligrosos tiene un destino final, por lo que el 74% restante -calculan 6 millones de toneladas de esos residuos- queda en las compañías que los generan o son depuestos de manera ilegal.
Mapa del sitio EcoZoneMex a 8 klometros de la mancha urbana. La estacion de manejo de residuos peligrosos cuestionada, la ubicaion original la movieron a 2 kilometros
Apenas en julio de 2016, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) otorgó la aprobación al Manifiesto de Impacto Ambiental al proyecto, pero exclusivamente al rubro de cambio de uso de suelo forestal. Para los permisos para cada uno de los tipos de empresas incluidos en el proyecto “no hay que irnos con la finta de que ya está autorizado, todavía hay otras etapas más que le siguen”, aclara Alfonso Blancafort, delegado de esa secretaría.
OPOSITORES: PELIGRO PARA MEXICALI
“El Manifiesto de Impacto Ambiental tiene tantos defectos que tuvieron que hacer una fe de erratas de otras 312 páginas”, expone de entrada Témoc Ávila, ingeniero en Ciencias y uno de los cachanillas empapados del tema de EcoZone.MX que se opone al proyecto.
Como el grupo Célula 686, del Congreso Nacional Ciudadano: “EcoZone no es otra cosa más que parte de la misma corrupción, cómo es posible que las autoridades otorguen los permisos para ese basurero tan peligroso, tan cerca de la mancha urbana. Para nosotros eso quiere decir ‘feria’ para los funcionarios”.
Más técnico, Ávila argumenta que de los 14 mil 810 millones de pesos de inversión que implica el proyecto, “solo el 1.1 por ciento se va a dedicar a prevención, mitigación y recuperación”, que todo es capital de la familia Vizcarra, parte de un corporativo que incluye empresas como SuKarne, Agrovizión, Salud Digna, entre otros.
El ingeniero en Ciencias asegura que solo hay un espacio a nivel nacional que recibe residuos peligrosos en Minas, Nuevo León, ubicado a 50 kilómetros de Monterrey, aunque anteriormente había otro en Zimapan, Estado de Hidalgo. Pero además, el proyecto de instalar aquí contempla la posibilidad de recibir ese tipo de residuos desde Estados Unidos.
Cuestiona el que la empresa esté “ofreciendo” a los mexicalenses que la parte de las recicladoras y la planta fotovoltaica son a diez años, mientras que la extracción de material pétreo es a tres años, y los hoyos que hagan servirán para los depósitos de residuos peligrosos.
Temoc Avila, rechazo total al proyecto
Témoc Ávila opina que la instalación de ese basurero afectaría también a Tijuana: “Ellos omiten referirse al agua que va a Tijuana, no refieren ni la Planta de Bombeo Cero -cruza a 50 metros de donde pretenden instalar los residuos peligrosos-, que tiene a un lado cuatro lagunas artificiales donde llega el agua que bombean a Tijuana”. Muestra un mapa de Google donde señala el área de residuos peligrosos, la cual fue cambiada de lugar -después de las críticas públicas-, aunque solo la movieron dos kilómetros hacia el Poniente, virtualmente en la misma zona.
En esa parte, una de las principales críticas tuvo que ver con el depósito de material peligroso, que estaría sobre las fallas geológicas. El antecedente más ilustrativo es el terremoto de abril de 2010, en la zona se marcaron fisuras en el terreno, algunas que cruzaron desde la Sierra Cucapah hasta el Cerro del Centinela. “Aquí en esta zona está la Falla de Michoacán de Ocampo, la Falla de Cerro Prieto y la Falla de Imperial y, más atrás, la Falla de la Laguna Salada. Dicen que se retiran de la zona, pero solo se alejan dos kilómetros, cerca de 16 cuadras…”, y asegura que, en caso de sismo, toda esa parte tendría escurrimientos.
Los múltiples empleos que crearían los inversionistas del proyecto fueron puestos en duda por Ávila y ejemplificó con EcoQuim, empresa similar en Escobedo, Nuevo León: “Allá al desalojar a los trabajadores, resultó que eran 60”.
Lo anterior tiene que ver con un corporativo del que depende en Mexicali SuKarne, instancia que ha sido muy cuestionada en cuanto a la contaminación que ha propiciado en la Zona Poniente de Mexicali, sobre todo por el evidente descuido en cuanto al trato y depósito de los residuos fecales de miles de cabezas de ganado que se encuentran en los establos del rastro.
TERRENO EN DISCORDIA
En cuanto a las 14 mil 782 hectáreas destinadas para el proyecto, ubicadas en una zona pegada a la falda sur de la Sierra Cucapah, Julio Navarro, integrante de la etnia -de los que quedan 73 integrantes con derecho agrario-, explica que sin contar con la firma de la Secretaria del Comisariado, la presidenta de la mesa directiva, Juana Aguilar, firmó el Convenio General de Colaboración con EcoZone.MX y con el Ejido Heriberto Jara.
Alfonso Blancafort, delegado de semarnat en BC
De acuerdo con ese documento, la comunidad Cucapah participará en apoyo a la conservación del borrego cimarrón y la flora del lugar. “Juana no ha hablado nunca sobre ese tema con la asamblea”, argumenta Navarro, por lo que buscan remover la mesa directiva, a la par que sospechan que la líder recibió un apoyo económico por la firma realizada. Por eso piden su destitución.
TODO ESTÁ BIEN: VIZ RESOURCE MANAGEMENT
El director general de EcoZone.MX, Jesús Manuel López Pérez, resume por qué escogieron Mexicali para instalar el proyecto:
”Es un proceso que traemos desde hace muchos años, donde hemos venido incorporando una propiedad de la tierra en esta zona y, cuando planteamos al Organismos de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) la posibilidad de desarrollar algún concepto sustentable en esta zona de la frontera, nos recomendó este modelo de Ciudad Industrial Verde que ha venido promoviendo y tienen muchos casos exitosos, especialmente en Asia. Mexicali es una ciudad que se lo merece, es una tierra que amamos y queremos profundamente”, justificó.
Ingeniero civil por la Universidad Autónoma de Sinaloa, con Maestría en Planeación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), López es integrante de la sociedad denominada Viz Resource Management, S.A. de C.V., que a su vez es parte de un corporativo que incluye SuKarne, Agrovizión y Salud Digna. De acuerdo con el Registro Público de la Propiedad, la empresa fue oficialmente registrada el 6 de agosto de 2013, e incluye a cinco socios fundadores: Guadalupe Vizcarra Calderón, con 20 mil partes sociales; Luis Armando Vizcarra Calderón, 20 mil partes sociales; y otro hermano, Fernando Vizcarra Calderón, con 5 mil partes. El resto lo completan David Edgardo Vizcarra Gracia, con 2 mil 500 partes; y el propio Jesús Manuel López Pérez -quien figura como secretario del consejo de administración-, con otras 2 mil 500 partes sociales.
Acorde con López, el proyecto de EcoZone.MX es parte de un concepto que incluye conservación ambiental, valor del reciclaje, energías renovables y un centro de investigación e innovación. Refiere que en la Manifestación de Impacto Ambiental registraron una inversión de 14 mil millones de dólares -valor del proyecto- , aunque aclara que ese monto no sería aportado por el grupo, sino que pretenden desarrollar el concepto en el modelo de Parque Industrial y ahí atraer las inversiones.
Al preguntarle si ya tienen el listado de inversionistas, asegura que por ahora es un “concepto” y un inicio de trámites federales, y buscan pasar a los trámites estatales y municipales: “Una vez que tengamos todos esos permisos, entonces sí vamos a hacer una promoción para atraer inversiones”.
Recuerda que la primera exploración que se hizo sobre el concepto fue en 2011, cuando se acercaron a una firma –Foster and Partners-, la cual les recomendó hacer un proyecto similar a Masdar, un ciudad ecológica, sustentable, ubicada en el Emirato de Abu Dabi, en los Emiratos Árabes, y en esa búsqueda se toparon con ONUDI.
Agrega que el concepto para esas 14 mil 650 hectáreas consiste en desarrollar una zona inmobiliaria para parques industriales verdes, específicamente para la industria del reciclaje.
“Cuando hablamos de reciclaje estamos hablando de muchos tipos de residuos, carros, electrodomésticos, basura electrónica, plásticos. Todos estos desechos contienen residuos peligrosos, quien hable de desechos y no hable de residuos peligrosos, está ocultando algo”, subraya el ingeniero, y pone el ejemplo de un auto que trae aceite, líquido de frenos, batería, poliuretano aislante y anticongelante.
Abunda que se trata de un parque industrial para recicladoras, revalorizando los residuos peligrosos que vengan contenidos en esos desechos, que opere con energía renovable -solar- y que incluya un Centro de Investigación e Innovación en materias como reciclaje.
Además, de las 14 mil hectáreas, solo 4 mil se desarrollarán en la zona plana del terreno, el resto serán destinadas a la conservación ambiental, que es la parte del terreno que coincide con la parte de la sierra.
El director de EcoZone.MX amplía que en términos de la solicitud incluyen solo un acopio temporal, como lo tiene cualquier industria; “Estamos hablando de co-procesamiento, de revalorización, de tal manera que el residuo que ya no se puede reutilizar, se tiene que disponer en los sitios autorizados que existen para ello en México”.
De los posibles escurrimientos de esos materiales -en caso de alguna contingencia-, reconoce que en cuanto a los residuos peligrosos no están planteando nada más allá de lo que ya existe en Mexicali: “Estamos hablando de un reciclaje de manera profesional, no se pueden procesar residuos peligrosos al garete, hay acuerdos internacionales. Aquí no estamos hablando de un tema de confinamiento, sino de una revalorización. Aquí no esperemos que el proyecto EcoZone.MX va a tener contenedores de material peligroso, radioactivo, en absoluto; me espanta a mí hablar del tema radioactivo”.
Pone el ejemplo del gas refrigerante que se puede purificar y regresar a los sistemas de refrigeración, o el caso del aceite usado de los coches que se puede revalorizar como un insumo para producir combustibles derivados de residuos; o bien, el material de las pilas alcalinas, que al desempaquetarlas, se puede recuperar metal, ionizar de nuevo y producir una nueva pila.
“Hemos estado hablando de revalorización, no esperemos que aquí en un evento vaya a haber toneladas almacenadas de algún radiactivo que va a llover y se va a filtrar el agua”, expone, además de dejar en claro que los permisos para el cambio de uso de suelo tienen que ver exclusivamente para los usos ya especificados: comercial, habitacional, parques industriales, logístico, revalorización, o del Centro de Innovación o de energía fotovoltaica.
Del total de la zona pretenden desarrollar mil 300 hectáreas de parques industriales para reciclaje y, en cuanto al número de residuos que se procesarán, será en función de las empresas que logren atraer.
En suma, el ingeniero López recalca que los residuos ya no utilizables no van a estar almacenados en EcoZone.MX, que no habrá riesgo de filtraje, que el agua que utilizarán será en parte de líquido residual reciclado -más la extracción de pozo de la zona- y que no estarán conectados al sistema hidráulico de la ciudad.
Finalmente, sobre la contaminación generada por SuKarne, asume que se trata del mismo grupo empresarial, pero este proyecto EcoZone no tiene ninguna relación con SuKarne.
OFICINA RECEPTORA DE TRÁMITE
Desde noviembre de 2015, los responsables del proyecto EcoZone.MX presentaron ante SEMARNAT una Manifestación de Impacto Ambiental, afirma Alfonso Blancafort, delegado de esa dependencia federal en la entidad. En julio de este año, la dependencia emitió la resolución condicionada:
“Se centra en dos puntos, el primero es en el que se autoriza, en materia de impacto ambiental, el cambio de uso de suelo. A ese trámite todavía la falta la autorización en materia de cambio de uso de suelo para el proyecto fotovoltaico, y para ello debe presentar un estudio justificativo, no existe es autorización todavía”, detalla el funcionario federal.
Tal procedimiento se ha realizado en oficinas centrales y la oficina delegacional solo fungió como “oficina receptora de trámite”.
Desde enero la SPA estatal avalo el proyecto
Blancafort comenta que localmente se encargaron de la reunión pública para presentar el proyecto.
En el caso de las otras áreas, el delegado de la SEMARNAT aclara que en la parte de desarrollo inmobiliario de parques industriales, la extracción de materiales pétreos y para el centro de manejo y revalorización de residuos peligrosos, la manifestación que se hace sobre un cambio de uso de suelo está condicionada a las manifestaciones particulares de Impacto Ambiental de cada una de las áreas mencionadas.
Específicamente se le pregunta sobre la parte relativa a lo que se ha criticado públicamente sobre la instalación en esa zona de un confinamiento de residuos peligrosos, a lo cual responde “esa parte no la han ingresado”; el análisis, revisión y emisión de un resolutivo tendrá que ver con el cómo venga esa parte del proyecto.
De los otros cuestionamientos como la ubicación en las faldas de la sierra y la falta de estudios hidrológicos, el delegado responde en el mismo sentido: “Todo eso se va a evaluar cuando se presente por parte del promovente esos temas particulares. Yo te puedo hablar únicamente de lo que han ingresado aquí en la secretaría, y eso no viene todavía, no está ni siquiera en esa etapa para poder hablarte del proyecto y los alcances…”. Igual están otros rubros como la extracción de material pétreo.
Proponen Contraloría Social
Del proyecto de EcoZone.MX, SEMARNAT solo ha autorizado -a través de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental- y de manera condicionada, el cambio de uso de suelo en terrenos forestales, así como la construcción de una planta fotovoltaica, pero quedan excluidos otros rubros como el desarrollo inmobiliario de parques industriales, donde se ubica la zona industrial de recicladoras de residuos de manejo especial, explica de entrada Efraín Nieblas, actual presidente de la Asociación de Biólogos de Mexicali y ex Secretario de Protección al Ambiente en el Estado.
“Esa autorización es solo para que la autoridad diga que autoriza a que en función de las etapas del proyecto vayan desmontando las zonas de cubierta natural requeridas para el proyecto, es lo que se está autorizando en ese resolutivo”, refiere quien forma parte del Instituto de Investigaciones de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Eso implica que cuando la empresa quiera desarrollar cualquiera de los otros proyectos, inclusive lo que tiene que ver con la valorización, reciclaje y reúso de manejo especial y peligrosos, tendrá que hacer un Manifiesto de Impacto Ambiental particular para esa actividad; en ese caso se tendría que hablar de cantidades, de tipos de residuos, de volúmenes, de equipos de procesamiento, e incluir posibles emisiones a la atmósfera, las cuales se tendrían que contabilizar, cuantificar y declarar. Igual en el posible caso de uso de agua.
De tal forma que en cada fase, la autoridad, en este caso SEMARNAT, tendrá que evaluar y abrir a consulta pública, antes de emitir su fallo en tres posibles vertientes: Pedir más información, negar la autorización o, en su caso, autorizar de manera condicionada -a implementar medidas de mitigación o compensación o ajustes-, pero en los tres casos, justificar el razonamiento en la respuesta.
“Siempre la autoridad y ante una violación de cualquiera de esos condicionantes, sean previos o durante el proceso de construcción, o bien durante la operación, tiene la posibilidad de detener, sea construcción u operación, mediante una auditoria de PROFEPA”, expone el presidente de la Asociación de Biólogos de Mexicali.
Nieblas menciona la necesidad de una Controlaría Social que se involucre en EcoZone.MX, dado que se trata de un proyecto que ha levantado mucho interés social, explicando que se trata de un organismo contemplado en la Ley General de Equilibrio Ecológico, que incluye todo un apartado a la participación social, en aras de transparentar todos estos procesos.
“Hemos visto todo tipo de declaraciones, muchas sin argumento y peso técnico, y solamente impulsados a veces sobre la propia desinformación que existe sobre el tema. Ante esta falta de claridad en la información vemos con buenos ojos que pudiera desarrollarse este concepto de Contraloría Social”, dice el especialista en relación a la necesidad de contar con un organismo muy objetivo, con capacidad de análisis técnico y conformado por representantes de la académica, de la sociedad civil, del sector empresarial.
En cuanto a residuos peligrosos, indica que técnicamente es posible desarrollar salidas tecnológicas para cierto tipo de residuos: “La desinformación que se generó desde un principio es la que ha provocado el rechazo social al proyecto. Oímos hablar de residuos peligroso y nadie lo quiere tener a la vuelta de la esquina.
En resumen, el investigador de la UABC considera que hay responsabilidad -en cuanto al que hacer- de todos los participantes, desde la empresa que debe poner sobre la mesa toda la información disponible para que la sociedad tenga más elementos de juicio, hasta la autoridad, la cual debe acatar absolutamente lo que dice la Ley, los reglamentos y las Normas Oficiales mexicanas; a la par de hacer transparente el proceso y, en cuanto a los grupos ciudadanos, ser muy objetivos y hablar con elementos de juicio respecto a la información que vaya fluyendo.
“Hay que señalar, pero a la vez jugar un papel muy objetivo y serio, con mucha responsabilidad. De otra manera podemos ser cajas de resonancia, si no generamos información adecuada, podemos generar una serie de rumores infundados, que no llevan a nada y que solo generan más desinformación”, advirtió Efraín Nieblas.
