Quien lo conoció, lo describió como un gran hombre, culto, íntegro, carismático, trabajador. Una persona involucrada con la vida empresarial de Tijuana. Con su fallecimiento, Don Enrique Mier y Terán deja un legado en la industria maquiladora.
El industrial nacido en la Ciudad de México el 15 de julio de 1940, pero arraigado en Tijuana desde 1954, murió el jueves 21 de julio cuando departía con empresarios en la casa del Cónsul de Japón en Tijuana.
La muerte, de quien en los últimos años se desempeñaría como Cónsul Honorario de Corea, causó conmoción entre el empresariado californiano y bajacaliforniano.
“Fue una pérdida irreparable para Tijuana”, dijera el creador de Tijuana Innovadora, José Galicot Behar. “Era un hombre muy inteligente, siempre de buen humor y dispuesto a ayudar a quien se lo solicitara”.
Antes de incursionar a la vida industrial, don Enrique Mier y Terán fue vendedor de calendarios, trabajó en un banco, con su abuelo vendió medicamentos a laboratorios, y también tuvo una agencia de cobranza.
Ya cuando con 19 años, de la mano de su padre Juan Mier y Terán fundaron en 1960 una de las primeras empresas maquiladoras en Tijuana y México. Kaynar, inició con 13 empleados, tres meses después ya la conformaban 400 trabajadores.
Desde esa fecha, estuvo involucrado en el negocio industrial; fue gerente, operador, inversionista, promotor y consultor. Dedicó más de 10 años a la apertura del mercado latinoamericano y europeo para productos electrónicos fabricados en Tijuana. También se dedicó al desarrollo de bienes raíces industriales para las maquiladoras y a la consultaría en la implementación y operación de empresas de capital extranjero.
Presidió el Grupo EMYT; dos inmobiliarias, el Parque industrial TECNOMEX, un grupo de consultoría y SAFEMEX, una empresa de servicios de emergencia para el turista en toda la República Mexicana.
También formó parte del consejo de la Administración Portuaria Integral de Ensenada, del Consejo Regional de Fianzas Monterrey, del Consejo Regional Financiera y de una cadena de periódicos.
Fue Presidente y fundador de la Asociación Local de Maquiladoras de Tijuana y el primer Presidente a nivel nacional de la Asociación Mexicana de la Industria Maquiladora (hoy Consejo Nacional).
Fue miembro fundador del Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana (CDT) y presidió su Comisión CENTRIS de Fomento Industrial; fue miembro activo de Tijuana Trabaja, del San Diego Dialogue y del Foro Fronterizo.
Además fue presidente de Desarrollo Económico e Industrial de Tijuana. Promovió y dirigió el Fondo Tijuana de capital de desarrollo para la pequeña empresa exportadora o proveedora de maquiladoras, en sociedad con el BID y NAFIN.
En 1999 fue distinguido con el galardón “Forjador del Año” en Tijuana y su experiencia como hombre de negocios fue reconocida al formar parte del Paseo de la Fama instituido por Tijuana Innovadora.
Por su experiencia en la industria maquiladora mexicana, dictó conferencias y participó en seminarios tanto en el país como en Estados Unidos, Japón, Corea, España, Argentina, Brasil y Venezuela.
Su opinión y proyectos sobre el fomento de la industria maquiladora, la inversión extranjera en México y el desarrollo económico regional han sido plasmados en artículos periodísticos de difusión internacional como The Economist, Businessweek, Time Magazine, National Geographic, The New York Times. También tuvo una participación en el libro “Maquiladoras, su Operación y Funcionamiento”, editado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, A.C. (IMEF).
En Estados Unidos, destaca su participación activa en San Diego Dialogue, organismo de políticas públicas de la Universidad de San Diego. Abordaba temas binacionales, empezando por la disminución de los tiempos de espera de los cruces fronterizos.
Su labor altruista en beneficio a la comunidad es digna de distinguir, así como su labor en el tema educativo, por cinco años presidió el organismo administrador del patronato de la Universidad Iberoamericana, unidad Noroeste.
Fue presidente del Club Campestre de Tijuana y miembro fundador y activo del Grupo de los Jueves.
El martes 26 de julio en la Iglesia Espíritu Santo, del fraccionamiento Chapultepec, familiares y amigos despidieron al empresario en una emotiva ceremonia.
A don Enrique Mier y Terán le sobreviven su esposa Minerva, sus hijos, Enrique, Alina y Alejandra y nietos.