La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) determinó que Julio César Mondragón, alias “El Chilango”, uno de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, murió por traumatismo cráneoencefálico y no por disparo de arma de fuego en la cabeza como había indicado en su reprote el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Al otorgar detalles del Reporte sobre el Avance de las Investigaciones del Caso Iguala, José Larrieta Carrasco, titular de la Oficina Especial de la CNDH para los sucesos acontecidos el 26 de septiembre del 2014 en Guerrero, informó sobre la causa de muerte de Mondragón, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida y con la piel de la cara arrancada.
Larrieta Carrasco precisó que ésto último fue causado por la fauna depredadora del lugar. “La ausencia de piel en rostro y cuello del cadáver de Julio César Mondragón fue por intrusión de fauna depredadora; no hubo acción humana”, aclaró.
Según el dictamen médico forense y criminalístico de la CNDH, la muerte del normalista derivó de un traumatismo craneoencefálico producido por objeto contundente con extremo angular.
“Con la segunda necropcia [al cuerpo] se corroboró que no existió proyectil de arma de fuego que causara la muerte”, dijo Larrieta Carrasco, quien además aclaró que la muerte de Mondragón Fontes se dio entre 00:45 y 02:4 5horas del día 27 de septiembre de 2014.