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viernes, febrero 16, 2024
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Periodistas

Susanne Bilello es una excelente periodista y amiga. Primero la traté por teléfono. Luego nos conocimos en Nueva York, 1996. Ocupaba amplio y funcional cubículo. Piso 12. Edificio clásico. Calle Séptima. Allí están las oficinas del Comité de Protección a los Periodistas. CPJ, iniciales en inglés. Entonces Susanne era ejecutiva. Encargada para América Latina. Tenía hartos contactos en cualquier ciudad y país. Le informaban inmediatamente si algún periodista fue maltratado, herido o asesinado. También asalto,  o quemazón de cierto diario. De suceder tales desgracias inmediatamente se movilizaba toda la oficina. Telefonazos al periódico donde trabajaba el afectado. Hospital o prisión. Una carta urgente al presidente del país, gobernador, procurador, diputados o funcionarios. A los periodistas de toda América Latina les informaba. Y solicitaba que cada uno publicara y enviara cartas de reclamo a la autoridad. Si el caso era grave, Susanne con algún otro colaborador viajaban al lugar de la tragedia. Se sumaban a la protesta. También investigaban. Aparte se comunicaban con diarios, televisiones y estaciones de radio de todo el continente para reportar la desgracia.

Lo mismo ha venido haciendo Ricardo Trotti. Argentino radicado en Miami. Encargado de proteger y auxiliar a los periodistas desde la Sociedad Interamericana de Prensa. Teléfono, correo electrónico y fax son sus herramientas inmediatas. Reclamo. Muchas veces personalmente ante los presidentes del país donde sucedió la desgracia. Regis Bouriax actuó igual en Reporteros sin Fronteras de Francia. Desde allá atento a cualquier suceso en México. Sin importar categoría del diario, televisora o radio. Simplemente defender al periodista.


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En Estados Unidos son muy respetados CPJ Y SIP. También Reporteros sin Fronteras. Sus boletines nunca son menospreciados. Empezando por The New York Times o el The Washington Post. Tienen cabida y posición especial en Los Angeles Times o Chicago Tribune. Igual Trato en El Clarín de Argentina o El Tiempo colombiano. Mercurio en Chile o en cualquier parte del mundo. La unidad y solidaridad les distinguen. Estas organizaciones no son lucrativas. Operan con aportaciones de los diarios. Y tienen en sus consejos de administración a personalidades del periodismo. Competidores muchas veces. Pero en tratándose de salir a defender un compañero sólo hay un frente. Atrás quedan logotipos, política e intereses comerciales. Cada año esas organizaciones premian a lo mejor del periodismo. CPJ siempre realiza su evento en Nueva York. Cena de gala en el Warldof Astoria. 10 mil dólares la mesa. Celebridades de todo el mundo se desviven por comprarlas. El gran e histórico salón se llena. La recaudación es utilizada para la causa. Reporteros sin Fronteras sigue el mismo camino. Normalmente sus celebraciones son en París. Y también logran donativos importantes de los principales diarios europeos. La Sociedad Interamericana de Prensa cambia de sede cada medio año y año. Los asociados aportan una notable cantidad. Lo hacen sin regateo sabiéndolo: Sus contribuciones serán utilizadas para bien.

Susanne dejó CPJ para integrarse a “Freedom Forum”. Organización patrocinada por el diario norteamericano USA Today. Su propósito es capacitar periodistas de todo el mundo. Tiene oficinas en cada continente. En CPJ permaneció Joel Simmons. Su desempeño es algo así como el carburador. Cada cual por su lado promovieron en su momento una organización mexicana. Viajaron al D.F. Hablaron con los más importantes. Se logró crear la Sociedad de Periodistas A.C. Tuvo un excelente principio. 1997. Los muy selectos compañeros eran en términos boxísticos “peso completo”. Un mensaje de protesta de ellos hacía temblar a gobernadores y procuradores. Es que entonces se aclaró: Ningún reclamo al Presidente de la República. No tiene facultades legales para atender crímenes o agravios cometidos en los Estados.

Recuerdo el primer caso que trató la Sociedad de Periodistas: El Maestro Homero Aridjes fue amenazado de muerte cuando viajaba por Estados Unidos. Inmediatamente hicimos el reclamo público. El entonces Embajador de Estados Unidos, Jeffrey Davidow, nos invitó a desayunar en su residencia. Blanché Petrich de La Jornada, Juan Angulo de La Jornada del Sur en Acapulco, Raymundo Rivapalacio ahora en El Universal y yo. Aridjes explicó el caso. Detalló lo sucedido. El diplomático escuchó paciente y cortésmente. Por fortuna y desde entonces jamás fue molestado nuestro compañero. Y así, la Sociedad de Periodistas intervino en graves incidentes de Oaxaca, San Luis Río Colorado, Mexicali, el desagradable episodio que estremeció a Lily Téllez de TV Azteca y muchos más.


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Pero desidia, desentendimiento, desinterés o lo que haya sido: La Sociedad de Periodistas entró en agonía hasta que murió. Seguramente existen los papeles de su constitución legal, pero son letra sepultada. En lo personal me dio tristeza. Por vez primera se trataba de una organización ajena a reconcomias personales, política o preferencias por logotipos. Había la decisión de luchar para defender. Nada de protagonismos. Eran los primeros pasos para seguir el ejemplo de CPJ, SIP y Reporteros sin Fronteras. Demostrar un trabajo limpio para obtener donativos ajenos a la sospecha. Desgraciadamente falló.

Me alegro del nuevo esfuerzo: Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET). Organizó un movimiento nacional “Ni uno más”, en protesta por los recientes asesinatos de compañeros. Organizó la Comisión en Verdad buscando el esclarecimiento del caso Roberto Mora en Nuevo Laredo. Ha realizado seminarios y talleres para reporteros en Tamaulipas, Veracruz, Ciudad de México, Guanajuato y San Luis Potosí. Recibió el patrocinio de las universidades de Guanajuato, San Luis Potosí y Regiomontana de Monterrey. El Mañana, diario de Nuevo Laredo, hizo la primera aportación: 60 mil pesos a entregar cinco mil por mes. Es un excelente principio. Mejor si se extiende a todo el país alejado de protagonismos y ese fantasma de rencores. A veces provocado por la competencia empresarial periodística. Y otras por las referencias personales. CEPET puede ser en el futuro lo que necesitamos los periodistas mexicanos. El punto de la unidad. Común denominador de la defensa. Protestas con efectos. Mientras tal no suceda, las organizaciones extranjeras seguirán calando más en nuestros gobiernos y gremio.

Escrito tomado de la colección “Dobleplana” y publicado el 7 de mayo de 2010; propiedad de Jesús Blancornelas.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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