Lamento el resultado de la elección, esperaba el triunfo de René Mendívil. De todos los candidatos, a mi juicio, y después de conocerlo y estimarlo desde hace décadas, era el más preparado, pero perdió y a sus huestes les ha faltado talante democrático para aceptar la realidad, tratando, maliciosamente, de montar una escena del crimen. Me explico: las personas que han sido señaladas como autores del fraude en el distrito XI y XIII, son funcionarios que fueron colocados en esos espacios por el PRI. Retrasaron y entorpecieron los cómputos porque así se los ordenaron. El PAN, particularmente en el distrito XI, no requería hacer fraude alguno, pues lo ha ganado, de forma por demás holgada e ininterrumpidamente desde 1989; las grabaciones que se han filtrado a distintos medios de comunicación, para “probar” la compra de votos panista, es lastimosamente falsa, en ella participan personas colombianas, a las que les resulta imposible ocultar su peculiar acento.
Por otro lado, el Sr. Leyzaola, o el milico como sarcásticamente lo llamo por sus antecedentes de tortura, estaba pidiendo la anulación de la elección apenas un par de horas después de que cerraron las casillas, no antes, pues pensaba que iba a ganar, sino cuando le comunicaron el resultado de sus actas de cómputo, lo hacía sin argumento alguno, éstos vinieron cuando los priistas montaron su teatro.
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¿Pero hubo fraude? Claro que sí, uno bastante más sofisticado, ensayado y difícil de probar que la pantomima que los priistas nos presentan, y los seguidores del milico utilizan como estandarte que “prueba” su bíblico triunfo. Me explico:
1.- El gobierno de Kiko Vega, como todos los gobiernos panistas desde González Alcocer, destinó recursos humanos y económicos a las campañas azules, lo hizo en forma de despensa; de promesa de obra o chamba; de amenaza a los empleados públicos estatales y; de movilización del aparato policiaco estatal para inmovilizar a los acarreadores priistas pero ayudar a los panistas. El PAN, hizo además trampa mediante el despliegue de una campaña negra, ocultándose de forma cobarde en páginas de Facebook falsas o de seguidores, en la que no se proponía nada, simplemente se denostaba con mentiras y calumnias al candidato priista;
2.-El gobierno municipal hizo lo suyo obligando a sus empleados a participar en las campañas del PRI a cambio de mantener el empleo; prometiendo y repartiendo despensas y materiales a cambio de votos. El otrora partido mayoritario también hizo trampa rebasando como el PAN los topes obligados de campaña.
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3.-El PES y el milico cometieron el fraude más preocupante y aberrante de la jornada: la evolución histórica de México, nos ha permitido después de mucho esfuerzo y sangre derramada, constituirnos en un estado laico, que garantiza la libertad de culto pero prohíbe estrictamente la intromisión de las iglesias en los asuntos públicos. Cuando se legalizó el registro del partido encuentro social con el logo de un pez, símbolo de los cristianos evangélicos, se legalizó un fraude a la ley y a la historia. Las consecuencias las vivimos el 5 de junio, cuando, inmoral e ilegalmente, desde las iglesias evangélicas de todo Tijuana, se movilizó, arengó y Manipuló a feligreses para que votaran por el milico y el PES.
El exótico desenlace de la elección local de este año, tiene a un irreconocible PRI, reclamando fraude como un ladrón reclama el hurto de su pistola y antifaz, lo rocambolesco es que lo hace, haciendo lo que mejor sabe hacer: fraude. A un desvergonzado PAN, acusado, en la tierra de Rosas Magallón, de tramposo especializado. Y a un milico con antecedentes de tortura, reclamando la violación de sus derechos. ¡Habrase visto! ¡Tramposos!
Jesús Alejandro Ruiz Uribe fue dirigente del PRD en Baja California, ex diputado local por el mismo partido y actualmente es Rector del Centro Universitario de Tijuana en Sonora. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com
