La semana anterior fue detenido un joven acusado del asesinato de una estudiante de la UABC. En la audiencia del NSJP se expusieron todos los detalles del incidente suscitado hace siete meses y que significó el 21 caso de asesinato de mujeres en Mexicali, mientras la Alerta Por Violencia de Género fue firmada esta semana, falta constatar los resultados
La tarde-noche del domingo 4 de octubre del 2015, la señora Matilde llegó hasta su residencia en la colonia Valle de los Ángeles ubicada en la zona Poniente de Mexicali, entre la serie de colonias populares conocida como Los Santorales.
La casa en la calle Castor resalta entre el resto por la impecable fachada roja con vivos blancos a los lados, cerco de malla ciclónica y sobre éste una tira de alambre galvanizado de púas. La puerta principal es de metal. Frente a la casa se ubican tres, cuatro y hasta más viviendas deshabitadas.
Ese día la dueña del lugar llegó con su hija más joven ya casi oscureciendo –eran las 8:21 de esa tarde dominical–, ambas venían de una reunión religiosa realizada en el puerto de San Felipe e iniciada desde el viernes anterior.
Les llamó la atención que el candado del cerco exterior no estuviera cerrado, aunque sí lo estaba la puerta metálica y la de madera no tenía el seguro puesto. Aún estaba encendido el aparato de refrigeración. Al recorrer la pequeña vivienda la joven se asomó a la recámara que compartía con su hermana María Luisa, de 22 años y estudiante de arquitectura en la Universidad Autónoma de Baja California.
La imagen las impactó a madre e hija: Sobre la cama baja de la litera, la joven María Luisa, bocabajo, desnuda, sin aparentes huellas de violencia pero sin signos vitales, estaba muerta.
Los gritos de las mujeres atrajeron la atención de los pocos vecinos y en momentos la regularmente tranquila residencia se llenó de agentes policiacos. Esa semana en la Facultad de Arquitectura y Diseño sus compañeros organizaron una ceremonia donde plantaron un árbol en los jardines del plantel en honor a la joven estudiante y en repudio a la violencia.
Siete meses después los agentes de la Policía Ministerial detuvieron a un joven al que acusan del crimen. Se trata de Jesús Alberto Cota Camacho, un mocetón alto, grueso, fuerte y ex novio de la joven, quien seguía frecuentándola. Ella era bajita, sus grandes ojos resaltaban en la blanca cara redonda que contrastaba con la negrura de su cabello.
En sus primeras declaraciones –en octubre, tras la muerte de la joven– Cota dijo que ya no la frecuentaba, aunque aceptó haber recibido una llamada de la joven cerca de las diez de la noche de ese viernes fatídico. Según dijo a los investigadores, la chica se le insinuó sexualmente pero él se negó, dado que ya tenía otra relación con una mujer que estaba embarazada.
Pero algunos detalles lo evidenciaron, como la ausencia de una computadora portátil y el celular de la joven muerta. En declaraciones de testigos se expuso que al menos a dos conocidos el joven Cota trató de venderles una laptop y al revisarla se dieron cuenta que tenía varios archivos relacionados con la arquitectura. Además los exámenes periciales de perfil genético arrojaron que algunas muestras recogidas en el cuerpo de María Luisa coincidían con las del muchacho.
Cota Camacho fue acusado por homicidio calificado con premeditación y robo simple y de ser condenado podría pasar los próximos 52 años de su vida en prisión.
De acuerdo a los datos oficiales, el crimen de la joven en octubre pasado significó el caso 21 de mujeres asesinadas a octubre de 2015 en Mexicali, cifra que cerraría ese año con 25.
Audiencia
Antes de las 8 de la mañana –la audiencia estaba agendada a iniciar a las 8 am– hasta la salita de los juzgados en Calle Sur llegan tres mujeres. Una es la mamá de María Luisa, otra la hermana más joven y la tercera es acompañante de ambas. En diálogo previo la señora expone sus creencias religiosas. Se asume cristiana, pentecostés e integrante de la Iglesia de Dios Justificado. Refiere que hay una justicia divina y que el Señor sabe por qué hace las cosas, aunque también aclara que espera la justicia terrenal. ¿Y usted, es creyente?, revira al reportero.
El imputado, Jesús Alberto Cota Camacho
Enfundado en el overol naranja –que luce sucio– el imputado calza unos zapatos usados como chancletas, pelo corto, mirada vaga, parece no quitar la vista de la nada. La Juez de Garantías fue Sandra Sofía Rubio Díaz
De entrada se lee el acta de aviso del incidente, fechada el 4 de octubre del 2015 y signada por un agente de la policía municipal quien relata cómo cerca de las 8:30 de esa noche en el C4 se reportó que encontraron una persona muerta en un domicilio de la avenida Castor, en el fraccionamiento Valle de los Ángeles. Los agentes policiacos que arribaron al lugar se entrevistaron con la joven Ana Laura, hermana de María Luisa. El cuerpo estaba parcialmente cubierto con una cobija, en la litera de la parte baja. En el certificado de la autopsia se anotó que la joven murió por asfixia mecánica por sofocación, por obstrucción de los orificios respiratorios.
Los especialistas encontraron en la parte trasera de la casa nueve colillas de cigarrillo marca Pal Mall. En la declaración de la madre leída en la audiencia dijo que el viernes dos de octubre salió de la casa junto con su hija hacia San Felipe, aunque antes habló con María Luisa, quien aún estaba en la Universidad. Al día siguiente le llamó por teléfono y ya no le contestó, el aparato mandaba al buzón. Al regresar a su casa el domingo por la tarde encontraron el cuerpo y localizaron en el comedor la bolsa de ella, sin su computadora portátil marca HP, gris, los libros regados por todos lados y faltaban los alhajeros y el celular de María Luisa.
Entre otras cosas dijo que su hija tenía una amistad con un joven de nombre Esteban Ramírez, también con otro de nombre Miguel Martínez y otro más, Jesús Alberto Cota, los tres ex novios.
En su declaración Esteban dijo que efectivamente habían sido novios pero ya no lo eran, que esa noche ella le habló ya cerca de las 10 de la noche, que estuvieron platicando por WhatsApp y posteriormente ella ya no le contestó. Dijo además que eran amigos y que ocasionalmente tenían encuentros sexuales.
Por su parte Jesús Alberto –el imputado, quien vive en la colonia San Miguel, en la zona del ex ejido Orizaba– dijo que tuvo una relación sentimental con ella que solo duro tres meses, lapso en el que también tuvieron encuentros sexuales pero luego perdieron el contacto, pero se reencontraron por Facebook en mayo del 2015. Dijo que el 2 de octubre por la noche tuvieron comunicación por celular. Insistió que esa noche él estuvo en un convivio familiar y que ella se le insinuó sexualmente pero él la rechazo debido a que ya tenía otra relación con una joven –Sheila– a la que había embarazado. El otro amigo de la joven, Miguel Antonio contó que la última vez que vio a la joven fue el 14 de septiembre, fecha en que tuvieron un encuentro sexual ahí en la casa de ella.
Los agentes entrevistaron a la supuesta pareja de Jesús Alberto, con quien se ligó sentimentalmente por cerca de un año, pero que terminaron en marzo del 2015 cuando él supo que ella estaba embarazada. “Él se desapareció”, les dijo. Otro elemento en su contra fue la declaración de otro testigo, Enrique, quien se dio cuenta que el ahora imputado estaba vendiendo una laptop en 600 pesos, corriéndose el rumor ahí en la colonia que “la computadora era de la muchacha que habían matado”.
Un elemento contundente fueron las pruebas de perfil genético en las colillas de cigarro, las cuales coincidieron con el de Jesús Alberto, igual las de antígeno prostático con el exudado realizado al cuerpo de la joven. Con todos esos elementos la Juez de Garantías decidió vincularlo a proceso por el delito de Homicidio Calificado con Premeditación y Robo Simple, fijando plazo de seis meses para el cierre de la investigación; mientras, el joven permanecerá detenido en el Centro de Reinserción Social de Mexicali.
¿Dónde quedó la Alerta?
Este martes 31 de mayo en Tijuana se firmó –a casi un año de emitida la solicitud para implementar la Alerta de Género en la entidad– un convenio entre el Gobierno del Estado y la Red Iberoamericana Pro Derechos Humanos, organismo encabezado por Merixell Calderón y que fue el que interpuso la petición.
En la parte estatal se informó que fueron 14 las carpetas relacionadas con los rubros atendidos, la única faltante tiene que ver con la creación del Centro de Justicia para la Mujer y que por cuestiones presupuestales se espera concretar el próximo 2017.
Calderón explicó que se solicitó la alerta cuando se dieron cuenta que había muchos casos de violencia contra las mujeres que estaban sin resolverse y que la Procuraduría no tenía la respuesta adecuada.
“No existía en nuestra legislación local un mecanismo para investigar bien los feminicidios o las desapariciones o el que la violencia sexual se estuviera atendiendo de manera adecuada”, sostiene la activista tijuanense. Aparte comenta que les ‘preocupaba’ –como el tema del Caso Paulina– que en la entidad pudiera seguirse aplicando la NOM 046 en caso de violencia sexual, o que hubiera casos de muerte materna donde se estuviera ocultando información.
Todo eso se incluyó en la solicitud, lo que dio como primer resultado la conformación de un Grupo de trabajo que elaboró 14 recomendaciones relacionadas con el tema y aceptadas por el estado.
/
María Luisa Cuevas: La juez de garantías Sandra Rubio Díaz
Como ejemplo menciona los mecanismos a utilizar para que se haga un modelo más adecuado para que se atienda a más mujeres y de manera más amplia, que haya un Centro de Justicia para Mujeres, que hayan protocolos de investigación de feminicidios, de desapariciones
“Son varias acciones que el estado ha realizado a partir de la solicitud de Alerta de Género que no había realizado en muchos años. Consideramos que la solicitud de alerta fue como avanzar mínimo 20 años”.
Merixell considera que es necesario que se siga dando esta coyuntura entre academia, sociedad civil y gobierno del estado, por eso la razón para firmar un Convenio donde se incluye la creación de cuatro mesas de trabajo para dar seguimiento a las recomendaciones.
En el caso del Centro de Justicia también la inclusión de campañas de prevención de la violencia contra mujeres, la posibilidad de denunciar la violencia no solo física sino psicológica o legal, que haya una base de datos y que se tengan los diagnósticos actualizados. Explica que se trata de un espacio físico que debe haber en los cinco municipios –con el apoyo del estado y la federación– con la idea que estos espacios estén funcionando en el año 2017.
La activista comenta que hay otros temas pendientes, como las llamadas Buenas Prácticas, ejemplifica con el caso de Estados Unidos donde se utilizan Cámaras de Gesell para que a la víctima de violencia se le interrogue una vez y no repita la situación traumática, así como llevar a políticas públicas para mujeres discapacitadas, con VIH.
Insensibles
Maricarmen Rioseco, ex integrante del Consejo Social de Inmujer a nivel nacional, se muestra escéptica en torno a la vigencia de las medidas contra la violencia. De la Alerta de Género explica que se trata de centrar la atención en una situación que está causando mucha violencia, “Ellos cumplieron su examen, contestaron a todo. Lo que no hemos visto es cómo lo van a hacer y si realmente lo están haciendo. Hemos visto que no es tan tipificando feminicidios, la investigación sigue siendo sin el protocolo.
“Si lo van a cumplir o están cumpliendo, ¿dónde está el presupuesto impactado en las Secretarías, en las direcciones? Yo no vi que en los presupuestos estuviera marcado un ramo para trabajar lo de la Alerta. Cada institución tiene que meter en su Programa Operativo las actividades que va a hacer sobre esto y meter un presupuesto”.
“Se han dedicado a dar capacitaciones, pero parece que no hay muchos resultados, se siguen lastimando a las mujeres, siguen moviendo las pruebas, hay muchas personas libres, no se ha hecho justicia.
“El tema de mujeres solo es importante cuando son las elecciones”.
Balean a mujer en Mexicali
Una joven mujer fue herida por su expareja, quien la golpeó y baleó en una pierna en hechos ocurridos el pasado fin de semana en un domicilio de la Zona Poniente de Mexicali.
De acuerdo con datos aportados por las autoridades, Carmen Lizeth fue agredida por su exesposo, Manuel “N”, quien portaba una pistola tipo escuadra calibre .22. Primero le dio un cachazo en la cabeza y posteriormente le disparó en una pierna el domingo 29 de mayo por la tarde, en un domicilio ubicado por la calle Abrojo, en el fraccionamiento conocido como Villa del Paraíso, hasta donde policías y paramédicos arribaron para atender el incidente.
La mujer explicó o a los agentes que se encontraba en el domicilio en mención cuando de repente apareció su exmarido, quien empezó a insultarla y después la lesionó. El agresor huyó y a la fecha no ha sido detenido. (ZETA Mexicali)
