“Se necesita hacer de la cultura una verdadera política de Estado, prioritaria”, expresa a ZETA el fundador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. “De 2014 a 2015 hubo un recorte realmente impactante de cerca del 20 por ciento del presupuesto de Cultura en el país”
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La creación de la Secretaría de Cultura en diciembre de 2015, todavía no refleja una política cultural de Estado, mucho menos ha propiciado una “discusión incluyente” sobre la Ley General de Cultura.
Precisamente, en el contexto actual de esa ausencia de debate sobre una eventual política cultural de Estado en el gobierno de Enrique Peña Nieto, el fundador y presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Raúl Padilla, impartió la conferencia “Hacia una política cultural de Estado” durante la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) de Mérida, disertación que hoy en día se torna vigente sobre todo por sus análisis y propuestas en materia cultural.
Para empezar, Padilla advirtió que no se trata de que la Secretaría de Cultura sustituya en nombre el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), ni mucho menos en oficinas:
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“No se trata sólo de ocupar las entidades anteriormente coordinadas por CONACULTA, como de hecho sucedió al poner en marcha la nueva Secretaría de Cultura, sino que ojalá dé lugar a una auténtica y profunda reingeniería de este conjunto de entidades y que a su vez este rediseño sea la pauta para dotar a la nueva Secretaría y a las instituciones que aglutina; deben de dotarse con órganos de gobierno autónomos que funjan como ejes rectores del quehacer cultural del país, y a su vez integrado con lo más destacado y representativo de las respectivas comunidades culturales y artísticas”.
Durante su intervención, Raúl Padilla cuestionó la sistemática política del gobierno peñista de reducir el presupuesto al rubro de Cultura.
“LA MAYORÍA DE LOS PAÍSES NO RECORTAN SUS PRESUPUESTOS DE CULTURA”
En cuanto a presupuesto para Cultura, Padilla citó que “la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda que la asignación del presupuesto para Cultura por parte de los países miembros sea cuando menos del 1.0 por ciento respecto del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país”.
El conferenciante expresó que en Europa los países asignan entre el 1.0 y 2.7 por ciento para Cultura respecto del PIB, incluso que el promedio es de 1.1 por ciento, es decir, por encima de la recomendación de la UNESCO.
Incluso, reveló que en América Latina México asigna solo el 0.18 por ciento de su gasto público para Cultura superado incluso por países como Uruguay, Venezuela, Paraguay, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil; en la gráfica de 10 países latinoamericanos, México sólo supera a Colombia.
“En América Latina, los porcentajes de asignación presupuestal a la Cultura están por debajo de este estándar internacional, en la que se advierte que lamentablemente México está entre los países de menor inversión con apenas 0.18 por ciento del gasto público en Cultura”.
No sólo México está muy lejos de la recomendación de la UNESCO, sino que en 2015 el presupuesto total para instituciones como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Fondo de Cultura Económica (FCE), fue de 14 mil 427 millones de pesos; mientras que para el mismo rubro en 2016 el presupuesto asciende a 12 mil 471 millones de pesos, una diferencia de aproximadamente 14 por ciento menos en 2016 en relación con 2015.
“De gran relevancia será que se logre un incremento del presupuesto en cultura, pues ese mismo presupuesto sufrió un recorte importante este año que impactará el ejercicio de la mayor parte de sus instituciones”.
También comparó años previos donde la tendencia es la disminución del presupuesto para cultura:
“De 2014 a 2015 hubo un recorte realmente impactante de cerca del 20 por ciento del presupuesto de Cultura en el país; esta medida es discordante con lo que acontece en materia de economía creativa en el plano mundial en donde la mayoría de los países, no obstante los períodos de crisis a las que se han visto dispuestos, no recortan sus presupuestos de Cultura y menos específicamente los de fortalecimiento de las artes”.
Padilla cuestionó la lamentable política peñista de recorte presupuestal al rubro de cultura:
“Estas prácticas de recortes presupuestales al sector cultural desentonan realmente tanto con las dinámicas económicas globales como con el contexto actual de nuestro país, cuyas industrias culturales continúan incrementando sustancialmente las aportaciones del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, alcanzando más de 7 puntos porcentuales”.
LAS PROPUESTAS DE RAÚL PADILLA
Luego de su análisis del presupuesto para Cultura evidentemente disminuyendo cada año, Padilla basó su propuesta para la Secretaría de Cultura en cinco ejes:
- a) La mejora de las instituciones de Cultura existentes, advirtiendo “la necesidad de hacer una verdadera reingeniería en éstas para redimensionar sus alcances y sus beneficios”.
- b) La apertura a la diversidad cultural, formación de recursos humanos y defensa de la propiedad intelectual comunitaria.
- c) El impulso a la participación en el mercado internacional de bienes culturales y la búsqueda de mecanismos equilibrados de intercambio.
- d) El uso de nuevos medios para el fomento a la creatividad, “tenemos que lograr que nuestro país lo antes posible en nuestras primarias la educación artística sea una constante”.
- e) El desarrollo y fortalecimiento de sistemas de fomento cultural e incentivos fiscales.
Padilla también manifestó que “para avanzar adecuadamente en ese terreno, se sugiere una ruta que abarque los siguientes puntos”:
1) Discusión de la Ley de Cultura a partir de un proceso de consulta que abarque la participación de los creadores, investigadores, trabajadores de las instituciones de Cultura, los legisladores de éstas y de pasadas legislaturas; las entidades federativas a través de las secretarías de Cultura y las legislaturas estatales, los municipios, y los organismos culturales de los estados o de proyectos representativos por su repercusión nacional como las ferias del libro, los festivales de cine y de arte, entre otros.
2) Que se establezca una comisión específica de legisladores y especialistas que analicen el contenido de la Ley General de Cultura, discutan y fijen postura en torno a los puntos más polémicos de la iniciativa.
3) Que se garantice un mejor presupuesto para esta nueva Secretaría de Cultura, al igual que un incremento de los presupuestos de los Estados y de los municipios, así como mayores apoyos para las iniciativas de las universidades y de la sociedad civil.
“SE NECESITA HACER DE LA CULTURA UNA VERDADERA POLÍTICA DE ESTADO”
El ex rector de la Universidad de Guadalajara, propone una política cultural de Estado, sobre todo como motor de desarrollo:
“La creación de la Secretaría Cultura tendrá sentido en la medida en que este organismo asuma la complejidad de la acción cultural en una sociedad que demanda participación democrática y que conciba a la cultura no sólo como protección y fortalecimiento de nuestra herencia cultural, sino como un instrumento de construcción de ciudadanía, pero sobre todo como un motor de desarrollo”.
— ¿Cuál sería el principal riesgo si no se abre una “discusión incluyente” en torno a la Secretaría de Cultura y la Ley de Cultura?
“En que en materia de cultura no pase nada más que lo que hasta ahorita ha pasado. No es malo lo que ha pasado, o sea, yo mismo reconozco que en este país, culturalmente hablando, suceden muchas cosas, pero se trata de que sucedan más; yo creo que la cultura puede ser el gran pivote de desarrollo de esta nación, pero para ello se necesita hacer de la cultura una verdadera política de Estado, prioritaria; y que genere una ruta de cara a la reelaboración de la Ley de Cultura, reelaboración de las políticas y estrategias, de desarrollo y fomento cultural, y para hacerlas es obligado acudir a la comunidad artística y cultural en la participación de este rediseño de nuestros planes y programas culturales”.
— ¿Qué es lo más urgente en materia cultural en México?
“Revisar la Ley de Cultura, sobre todo en sus partes reglamentarias del Artículo 4, que tiene que ver con terminar de precisar en qué consiste el derecho al acceso a la cultura”.
— Finalmente, ¿quiénes deben tomar la iniciativa en esta “discusión incluyente”?, porque vemos que evidentemente la Secretaría de Cultura que dirige Rafal Tovar y de Teresa no está llamando ni fomentando al debate.
“Debe de ser la misma comunidad cultural, intelectual; yo creo que en este caso, los diputados, el Congreso, porque finalmente se trata de una ley, yo creo que el Congreso y particularmente la Comisión de Cultura debe de convocar a un gran debate, a una gran discusión nacional en el que participen intelectuales, promotores culturales, artistas, legisladores de las diversas entidades que están vinculadas a la promoción cultural”.
